jueves, 18 de agosto de 2011

EL MACHACUYACU

El Machacuyacu, es una quebrada que corre por el fondo de las Pampas de Fachín de la ciudad de Moyobamba y tributa sus aguas al río Mayo.
La creencia popular se expresa en que una burra era la “madre” de dicha quebrada, que aumentaba de tamaño al ser montada por un grupo de traviesos niños que paseaban por ese lugar, con la pretensión de sumergirlos en el agua y llevarlos a las profundidades donde se ubica su palacio construido con perlas y conchas de caracoles, cucharas y piedras preciosas, con abundantes peces que eran la fuente de la alimentación y la fortaleza de los vivientes.

EL CHAPANERO
Es el que tiene a su cargo la mitad de carne, el que hace el servicio de ir al monte y traer carne, de allí también que se le diga mitayero, del quechua “mitayoc”, el que hace o tiene a su cargo la ejecución de un servicio a favor del grupo familiar o ayllu de referencia.
Mitayo, se dice a las piezas de carne traídas por el chapanero. El chapanero hace parte de un grupo integrado por un número variado de personas de 4 a 6 que pueden ser familiares y amigos, que en ciertas épocas del año hacen expediciones de caza y recolección para proveerse de carne del monte, pues protegidos de gruesas sandalias, el pantalón ajustado a la cintura con una angosta faja de hilo, la escopeta sobre el hombro apoyada por la mano izquierda, un filudo sable corto en la mano derecha, que utiliza de vez en cuando para marcar en la corteza de los árboles la ruta de la selva.
Distingue perfectamente a la razón de tal o cual ruido. Sabe del ruido que produce el desplazamiento del venado, del majás, del armadillo y de los animales que se desplazan por las ramas de los árboles, a veces con saltos firmes y bien dirigidos, otras veces por las lianas o sogas que se tejen en el frondoso bosque.
Normalmente los que van de chapana son hombres, pero pueden ir, aunque es raro, también mujeres; la edad para integrarse a un grupo de chapaneo normalmente se inicia a temprana edad, no directamente para realizar las actividades de caza, sino como ayudante del grupo. Este puede ser un niño de 8, 12 a 14 años de edad que recibe el nombre de “camero”.
El camero colabora con el equipò principalmente cuidando las provisiones del grupo cuando éste constituye su campamento en la zona del monte. Ayuda al grupo eviscerando las piezas, salándolas, ahumándolas, haciendo el fuego, trayendo leña y cuidando de que las piezas cazadas o los trozos de carne ya preparados no sean objeto de sustracción por parte de animales o personas que eventualmente podrían transitar por el campamento cuando el grupo de chapaneo se ausenta de éste.
En la chapana se usa principalmente al denominada retrocarga, un arma de fuego de cañón largo que usa cartuchos cilíndricos de cartón, de base metálica, en cuyo centro existe una punta que hace las veces del disparador. Estos cartuchos llamados balas los consiguen en las tiendas locales.
Se trata de una escopeta, un arma de fuego de un metro de longitud formada por una pieza de madera en la que va el dispositivo para disparar y un cañón montado a continuación de ella.
El cuchillo y machete son los otros instrumentos necesarios para esta tarea, tanto para cortar y tasajear la carne del monte como para abrir la trocha y eventualmente para defenderse y matar animales.
El chapanero tiene que ser una persona que converse con la “sacha” ó monte. Coversar no solo implica conocer los caminos del monte, los hábitos y el ciclo de vida de los animales y aves del monte, saber disparar adecuadamente la retrocarga, sino estar en empatía con el monte, ser un conocido de éste, hasta llegar a ser un miembro más del bosque.

LA RUNA MULA
Nombre compuesto por los vocablos: “runa” que significa hombre y “mula” que es una bestia producto de la hibridación del caballo con el burro.
La Runa Mula, es una mujer casada que tiene relaciones sentimentales con el cura. Esta, en las noches de los días martes y viernes, toma la forma de una blanca y hermosa mula, la misma que es montada por un pequeño jinete con látigo en la mano.Cuando éste llegaba a la casa de la mujer, ella se revolcaba por el suelo y al instante quedaba convertida en “mula”.
El diablillo jinete montaba y luego de darle con furia con la rienda sobre las ancas, salían a todo galope por las calles botando chispas de candela, tanto del anca como del piso.
Cuenta la tradición que para saber, que mujer era la que convivía con el cura, se tenía que disponer de una hebra larga de soga de caballo, la que se atravesaba en la calle, porque iba a pasar la runa mula y al tomar contacto con la rienda, la mula tomaba forma natural de mujer.
Relatan que en distrito de Habana, provincia de Moyobamba, había un cura muy famoso, por sus aventuras amorosas con mujeres casadas, incluso llegó a procrear hijos en una de ellas.
Cuando la Runa Mula salía por las calles, la gente decía: ¡Está pasando la Agueda montada por el Padre Villacorta! Y cuando amanecía iban a ver a doña Agueda y la encontraban desganada, rendida sin ánimo de trabajar, pues, aducen que era por los fuertes latigazos que le propinaba su jinete en la noche anterior.

Carlos Velásquez Sánchez