lunes, 28 de enero de 2013

JOSHE

Escribe: Carlos Tafur Ruiz

JOSHE, era un personaje malísimo conocido en el Alto Mayo, sobre todo en Rioja, su tierra natal, por las peculiaridades que el tenia: experto tejedor de sombreros, siendo esta actividad propia de mujeres, cartomántico, pero en sus vaticinios acostumbraba mayormente decir con su voz melindrosa: te  acompaña una mujer trigueña, aunque el usuario no tenía ni siquiera enamorada.

Y en una actitud propia de bohemios se zampaba sus “chuchuhuashas” y como era blanquiñoso, cuando empinaba el codo su rostro se ponía sonrosado.

 Y estando con sus alcoholes era más desvergonzado, a tal punto que incluso cometía latrocinios. Una mañana Joshe estaba caminando por la calle y al pasar frente a una casa vio a una señora que estaba tejiendo.

De inmediato, él se acercó y ofreció sus servicios como tejedor, ofrecimiento que la mujer acepto de buen grado, le dio la obra y se metió en su cocina a preparar el almuerzo.

Pero, se dio el caso que ella no tenía plátano para el inguiri, por lo que le contó a Joshe que no tenía dicho artículo. Él ni corto ni perezoso y con gesto zalamero, dijo : Selmita, no te preocupes, yo te lo consigo, se donde hay”.

Entonces, ella le dio diez soles(de los antiguos) y una alforja nueva. Joshe, recibió las dos cosas, salió de la casa y nunca más volvió.

Otro dia, estando “chuchuhuashado”, se fue al cementerio y parándose en el centro de la entrada, con potente pero afeminada voz, llamo al panteonero, que tenía por chapa Gollon y cuando este se acercó. Joshe le dijo: “Mira, Golloncito, quiero darte a conocer mi deseo para cuando yo me muera.”

El tal Golloncito le pregunto:” ¿ Y cuál es tu deseo Joshe?, y este le respondió:”Cuando me muera, quiero que me entierren aquí” y señalo el lugar donde estaba parado.

El panteonero volvió a preguntarle:”¿ Porque quieres que te entierren en este sitio? y Joshe le respondió al instante:”Golloncito, es que yo quiero que me pisen al entrar y me pisen al salir”.

En algún momento, Joshe cometió un delito que merecía encarcelamiento y debido a que en Rioja no hay cárcel, tuvo que ser conducido a Moyobamba.

Como siempre ha habido un resentimiento contra las autoridades de la capital departamental por cuestiones presupuestarias, cuando vieron que Joshe estaba subiendo al carro, preso ya, un riojano manifestó con resentimiento al decir:” Estos desgraciados moyobambinos todo nos quitan, aishta,  ahora, a nuestro único maricon también nos están quitando”.
Bueno, es posible que haya más anécdotas y sobre Joshe ; de haberlas, ya lo sabremos y les contaremos en otra ocasión. Por el momento , hasta otro día.

L A M A D R E D E L A L U P U N A

“La madre de la lupuna” es una hermosa mujer alta, blanca y de ojos azules, pasa los días cantando y a pesar de que en el verano duerme día y noche, canta entre sueños unas lindas canciones que solo las personas afortunadas pueden oír y entender.

Aparentemente, la madre de la lupuna es un árbol, pero solo en apariencia, su copa es la cabeza, su tronco el cuerpo y sus aletas son las piernas.

En cierta ocasión, un nativo vio a la madre de la lupuna, se enamoró de ella y convivían. El nativo hizo saber esto a su cuñado, diciéndole :” Cuñado, he conocido a una linda mujer en el bosque y con ella me case”.

El cuñado quiso ir a verla y fueron al monte a visitar a la mujer de su cuñado.

El cuñado al verla se enamoró de ella y le dijo al otro: ”Esta mujer es para mí”. El nativo le contesto:” No, tú ya tienes mujer y es mi hermana”.

Y el cuñado se acercó a la madre de la lupuna, entonces la lupuna le aprisiono entre sus brazos y no quiso soltarlo. El hombre lloraba y gritaba asustado, pidiendo auxilio.

El nativo le dijo :” Ahora vas a sufrir, porque tu tenías mujer y querías tener otra”.

El nativo fue al Caserío a dar parte a los demás de lo sucedido, todos fueron a ver al cuñado, pero no hallaron ni a la madre de la lupuna ni al cuñado. La lupuna le había ya robado.

Los nativos creen que la lupuna secuestra a las personas que caminan solos por el monte amazónico.

Carlos Velásquez Sánchez

EL S A P O Q U E C O M I A A L O S H O M B R E S

Venia navegando un paisano, que iba a visitar a una familia rio abajo, era tarde y venia la noche. El paisano preocupado decía:¿ Dónde voy a dormir?. No he buscado lugar seguro para pasar la noche y de pronto a lo lejos, vio unas luces y dijo :¡ Que suerte! ¡ Hay paisanos que están pescando¡ y al llegar a ellos, bajo de la balsa, vio a una mujer que estaba raspando las escamas de un pescado y le dijo : Buenas noches.

Volteo la mujer y le dijo : Buenas noches , primo. Siéntate y él se sentó. En eso, vino un hombre alto, parecía que no tenía huesos y le dijo : Hola primo, ven a mi choza. Que aquí tu prima, no te va a dar pescado, ella es muy “mishica”, pero yo si te voy a dar, soy muy bueno. Vamos.

El paisano le contesto: Vamos pues a tu choza. Lo llevo, llegaron y dijo : Siéntate, que te voy a traer pescado. El paisano pensó y dijo : Este no es mi paisano, Este es un Sapo. Luego le trajo bastante pescado y dijo : Toma primo, come, me imagino que tendrás mucha hambre.

El paisano comió y comió y dijo: Ya estoy lleno. Come más, llénate bien, que después te voy a comer. El paisano se asustó y el Sapo le dijo: Vamos a la arena para luchar, si me ganas, te vas.

El paisano acepto y empezaron a luchar, el paisano no se dejaba ganar, pero en un descuido el Sapo lo trago. Y dijo el Sapo: Ahora estoy bien satisfecho. El Sapo regreso a su choza, así hacia  a los que navegaban, a todos los tragaba.

En ese rio, ahora ya no navegan los paisanos, pero había un paisano llamado Clemente que no hizo caso y dijo : Yo voy a navegar, para ir rio abajo, hizo su balsa, se fue, navego, navego hasta encontrarse con los Sapos, fue a visitarlos.

Ahí estaba una mujer ahumando su pescado y ella le dijo :  Buenos días primo. Buenos días, prima le contesto Clemente. Siéntate le dijo y se sentó.

Después de un rato vino el Sapo y le dijo : Hola primo. Hola primo le respondió el paisano. Vamos a mi choza, que aquí tu prima no te va a dar pescado, es muy miserable. Peo yo si te voy a dar, yo soy muy bueno. Vamos pues, le dijo el paisano.

Se fueron, luego en su choza el Sapo le dijo : Siéntate, voy a traerte pescado, seguro que tienes hambre. Le trajo bastante pescado y el paisano comió hasta llenarse bien. El Sapo le insistía que siguiera comiendo, porque después le iba a comer.

El paisano Clemente molesto le dijo : Ya no quiero comer. El Sapo le contesto: es en vano que te lamentes. Vamos ya, que tengo hambre y tú ya estas gordo ídem el Mañanero.

¿ A dónde me llevas? le pregunto el paisano. A la arena, le contesto el Sapo. Se fueron, lucharon, el Sapo saltaba de un lado a otro, Clemente no se movía, le miraba con los ojos fijos. Salto el Sapo encima del paisano, pero el paisano logro zafarse de él.

Ya estaba cansado el Sapo y dijo :  Uff, Uff, ahora te tragare, ja, ja,ja. Y seguía luchando el paisano con todas sus fuerzas y en un descuido del sapo, escapo  a toda carrera. El Sapo le seguía saltando y saltando.

El paisano llego a su balsa, la empujo y subió. El Sapo, le seguía  también en una balsa, Clemente remaba desesperadamente, el Sapo también gritando ei, ei,ei no escaparas, te seguiré y te tragare y se reía como un loco, ja,ja,ja.

El paisano llego al otro lado del rio, bajo y corrió todo lo que pudo, pero el Sapo ya estaba cerca. El paisano grito. Sapo del Diablo. El Sapo ya estaba cerca y gritaba ya te voy a comer, saltaba, saltaba.

El paisano entro al monte y subió a un árbol. El Sapo no podía subir, se resbalaba y le dijo: Crees que te vas a escapar. Voy a traer mi hacha, se fue y no demoro ni un minuto, ya estaba volviendo. Miro hacia arriba y vio que el paisano estaba temblando. El Sapo comenzó a cortar el árbol hasta derribarlo. El Sapo salto y logro atraparlo y lo trago y el Sapo le dijo : Ya ves, ya ves, de mi nadie se escapa.

Volvió con su hacha sobre el hombro, mientras que el paisano Clemente se mataba de risa, porque lo que se tragó el Sapo, no había sido el, sino un “pelejo” (yonca). Como estaba muy apurado ni se dio cuenta que era lo que se había tragado.

Esa noche, el paisano se la paso fumando su tabaco, al amanecer saco filo a su cuchillo y lo guardo en su morral. Luego fue rio abajo, navego, navego, hasta llegar donde estaban los Sapos. Dijo el paisano: Ya estoy aquí. Ojala que no me reconozca, voy a pintarme con achiote la cara y se pintó.

Al igual, que en la primera vez, dijo el Sapo: Vamos pues, a la arena a luchar. Ojala no tenga mucha fuerza, porque la otra vez se me escapo y se subió a un arbol, tumbe al árbol y por no ver bien,  me trague una yonca y él se escapó.

Cuando caía el árbol, el salto al otro árbol y yo no me fije y me trague una yonca. Me di cuenta, cuando fui al baño y salieron pelos blancos y amarillentos y dije:  Yo no me trague al paisano, sino que un fue un pelejo o yonca.
Vamos, dijo el Sapo. Se fueron a la arena y comenzó la feroz pelea, el paisano le esquivaba al Sapo, no podía atraparlo y de un salto agarro al paisano y se lo trago de un bocado y dijo el Sapo: Por fin comí una buena presa, pero mientras tanto, dentro de su panza, el paisano saco de su morral el cuchillo que había afilado y le corto la barriga, saliendo el paisano Clemente todo baboso como un recién nacido.

El Sapo grito de dolor, el paisano le miro y vio como el Sapo se transformaba en un verdadero Sapo, que no se parecía a la gente y así comenzaron a aumentar los sapitos por toda la Selva. 

 

Carlos Velásquez Sánchez

martes, 22 de enero de 2013

El árbol del zapote y sus usos medicinales

Escribe José Antonio Garboza.- Sabias que …El árbol del zapote llega a medir unos 18 m, Las hojas perennes o caducifolias, son de 2-5 cm de largo, y de 4-10 cm, la fruta puede ser redonda, ovoide o elíptica, a menudo terminadas en punta en el ápice, varía 7,5-22,8 cm de largo, de peso de 227 g a 2,3 kg.

La fruta es rugosa, marrón oscuro, firme, coreácea, piel semi-leñosa masa suave de color rojo salmón, dulce y sabrosa, envolviendo de 1 a 4 semillas grandes, pulidas, duras, con forma de huso, terminadas en punta y de color casi negro o marrón muy oscuro. En la cara ventral tiene una banda blanquecina y áspera. La semilla tiene un núcleo grande, amargo, aceitoso con un fuerte olor a almendras amargas.

Usos Medicinales Zapote

El fruto se usa como analgésico. Se ha reportado el uso del fruto verde en pequeñas cantidades como producto astringente y para el control de diarreas. La semilla se utiliza vía oral en enfermedades renales y como antirreumático. Aplicada localmente sirve para enfermedades pectorales, y como sedativo en malestares de los ojos y oídos. El aceite de la semilla de las tres especies se utiliza para abrillantar el pelo y contrarrestar la caída del pelo (alopecia).

El tallo se utiliza como astringente y como acaricida. Las hojas se pueden utilizar como anti-inflamatorio. La corteza es amarga y astringente. La corteza cocida en agua es tomada como expectorante y aplicada en infecciones de la piel.

El látex la savia lechosa se dice que es un vomitivo y ha sido usada para remover verrugas y controlar hongos en la piel. El látex del zapote verde y del canistel es colectado y vendido para la fabricación de chicle.

Otra fruta milagrosa para nuestra salud: La Cocona

Escribe José Garboza.- La Cocona es una fruta cítrica tropical oriunda de la Amazonía del Perú, perteneciente a la familia de las solanaceae. Se cultiva generalmente en suelos de textura arcillosa y rica en materia orgánica y con buen drenaje.Se comercializa mayormente en las zonas de producción. Se le considera como el tomate de la Amazonía, preparado con ají y para mezclar con ensaladas.

Características de la Cocona varía en sus formas, puede ser redonda u ovalada, en diversos colores desde el amarillo hasta el rojizo, con un peso que varía entre 24 y 250 grs. El sabor es ligeramente ácido.La mejor forma de consumir la cocona es en jugos, mermeladas, jaleas, compotas y dulces. Es también aparente para preparar salsas para acompañar los anticuchos y en las sopas de pescado.

Propiedades curativas:

La cocona tiene propiedades curativas, es buena contra el colesterol y la diabetes por su bajo contenido de azúcar. También ayuda a controlar el exceso de ácido úrico y otras enfermedades causadas por el mal funcionamiento de los riñones y del hígado.

Se han realizado estudios para determinar que el extracto de una cocona, tomado en ayunas es altamente efectivo. Ingerirla en refrescos o jugos no tiene el mismo efecto pues simplemente, la pulpa se oxida rápidamente y pierde valores.

En medicina tradicional, se utiliza como antidiabético, antiofídico, escabicida, en hipertensión y en tratamiento de quemaduras.

Una gran fruta que cura el cáncer: La Guanabana

Escribe José Garboza.- La Guanábana, es 10.000 VECES MÁS FUERTE QUE UNA QUIMIOTERAPIA. Las cadenas farmacéuticas no quieren que lo sepamos porque dejarían de vender sus productos… ES EL ANTI-CANCERÍGENO MÁS PODEROSO DEL PLANETA.

La guanábana o la fruta del árbol de Graviola es un producto milagroso para matar las células cancerosas.

Usted puede ayudar a un amigo que lo necesite, haciéndole saber que le conviene prevenir esta enfermedad.

El fruto de la guanábana es agradable, TOMAR UNA INFUSIÓN DE SUS HOJAS, es mejor… Evítese los horribles efectos de la quimioterapia.

Y sí tiene la posibilidad de hacerlo, plante un árbol de guanábana en su patio. Todas sus partes son útiles, ESPECIALMENTE SUS HOJAS… Cuántas personas mueren sin haber conocido este remedio?.

En Brasil, lo conocen con el nombre de Graviola; en Hispanoamérica, como guanábana y en el idoma inglés como Soursop.

El interés de esta planta se debe a sus fuertes efectos anti cancerígenos. Y aunque se le atribuyen muchas más propiedades, lo más interesante de ella es el efecto que produce sobre los tumores… Esta planta es un remedio de cáncer probado para los cánceres de todos los tipos.

Se la considera además como un agente anti-microbial de ancho espectro contra las infecciones bacterianas y por hongos; es eficaz contra los parásitos internos y los gusanos, regula la tensión arterial alta y es antidepresiva, combate la tensión y los desórdenes nerviosos.

La fuente de esta información es fascinante: procede de uno de los fabricantes de medicinas más grandes del mundo, quien afirma que después de más de 20 pruebas de laboratorio, realizadas a partir de 1970 los extractos revelaron que: Destruye las células malignas en 12 tipos de cáncer, incluyendo el de colon, de pecho, de próstata, de pulmón y del páncreas…

Los compuestos de este árbol demostraron actuar 10,000 veces mejor retardando el crecimiento de las células de cáncer que el producto Adriamycin, una droga quimioterapéutica, normalmente usadaen el mundo.
Y lo que es todavía más asombroso: este tipo de terapia, con el extracto de Graviola, o Guanábana, destruye tan sólo las malignas células del cáncer y no afecta las células sanas.

sábado, 19 de enero de 2013

E l R I O H U A L L A G A

Mi madre, siempre me decía :” Cuídate del fuego y de las aguas, que son vida, pero también muerte”.

Y mira, que venir a vivir junto a ti, Rio Huallaga ¡ Pendejo! ¡Huallaga de amor! Huallaga ¿ De que?¡ Huallaga del carajo, si rio eres, eres un pendejo!

Cuídate, “trujillanito”, que el que toma de sus aguas, nunca mas podrá abandonarlo. Así me dijo la “chucumita” y mira, ella hace años que me dejo y yo siempre yendo, siempre viniendo.

¿ Que eres, pues?, ¿ Bendición?, ¿ Maldición? ,¿ Esperanza? ,¿ Nostalgia?, ¿ Que eres, Huallaga?, ¿ Que eres? ¡Contéstame!

¿ Que tienen tus aguas?, ¿ Que misterios encierran, que hasta ahora no he podido descifrar? Te he contemplado en noches interminables y escuchado el ruido de tus aguas cuando nacen y parecen tus olas el rugir de los otorongos. Eres violento. Arrastran tus aguas  balsas y canoas llenas de hombres y mujeres que se asustan y se ríen a la vez, de tus pendejadas.

En los veranos, con la ausencia de lluvias, te transformas en una culebra flaca y tus aguas también se tornan pardas. Las cañas bravas, los zapotes y las ponas se balancean coquetas con el manso viento de la tarde. ¡ Que pendejo                 que eres! ¡ Como sabes engañar, mostrar sonrisas de verano al cielo! También sabes de traiciones, pues con las lluvias de invierno tu caudal aumenta, te vuelves altanero, feroz, no respetas ni la vida ni la muerte.

¡Que puede importarte la vida! Destruyes poblados, te llevas los ganados, arrastras huanganas, todo aquello de tus  márgenes te lo llevas, las palizadas se convierten en una trampa mortal para los viajeros y los remansos parecen soplos del infierno.

Es en las noches de luna llena, cuando saltan de tus aguas los misteriosos bufeos y escondidas sirenas de hermosas cabelleras y ojos de fuego que rondan la quietud del campo, despertando el desconcierto y el miedo ancestral de los pobladores.

Son noches de chamanes negros, de charapas traicioneras, de  caneros salvajes, pirañas depredadoras, de jergones,  serpientes malignas que nada ni a nadie respetan, solo a tus aguas ¡ Huallaga!.

Rio Huallaga ¡ Pendejo de los pendejos! Tambien tus aguas son cementerio de hombres y mujeres asesinados en tus orillas, por la maldita guerra de diez años.

A tus orillas crecen y brotan las sogas del ayahuasca, purgas de chamanes visionarios que reflejaron en sus retinas rojas el paisaje de muerte que se avecinaba. En tus orillas búhos, lanchinas, chusquis presagiaron las noches tristes de nuestra Amazonia.

¡ Huallaga, Huallaguita! Tu sonríes. Te gustan las lluvias, porque ellas aumentan tu caudal y juntos siembran la noche y la zozobra. Todos se refugian, solo tú te regocijas en la desesperación, luego la calma. Los pobladores van saliendo de sus chozas, primero los niños, luego los mayores rumbo a las chinganas a beber su uvachado, un siete raíces o un quinientin para mitigar la humedad que sube y sube. Inundándolo todo.

¡ Huallaga, Huallaguita! ¿ Cuantos amores han nacido en tus orilllas? ¿ Cuantos juramentos de amor se llevan tus aguas? ¿Cuantos besos y caricias han contemplado tus aguas? Besos con sabor a aguajina dulce o a ungurahuis tiernos.

Hemos bebido de tus aguas, mezclando el masato blanco con tus aguas turbias. Hemos llorado, hemos reído, hemos soñado en tus orillas y nos hemos hundido en tus muyunas traicioneras y ahí quedo preso de tus sirenas.

¿ Que paso? ¿ Que maldiciones de dioses crueles te dieron potestad para ser remanso bravío?.

Te tragas a las gentes, llevándotelas para siempre. Eres cementerio sin cruces, recipiente oscuro de lágrimas saladas, ataúd de agua.

¡ Oh, Huallaga! ¡ Aquí empieza, aquí termina, aquí se reinicia el trágico dolor de un pueblo castigado, familias castigadas por la violencia que lo vistió de luto.
*Un homenaje a mi sobrino Erick Anthony Briceño Sangama que falleció ahogado en este rio Huallaga. Descansa en paz y cuídanos siempre  sobrino. Te recuerda siempre tu tío Carlos A. Velásquez Sánchez

E L F A N T A S T I C O A G U A J A L

( Carlos Villacorta Valles )

El aullido de los perros que la distancia devoraba, llegaba a los oídos de un pensativo Tomas como arañazo de malagüero. Tenía que encontrar los aguajes, eran su sustento, por ello trataba de disipar la temible voz de la selva que no conocía con los sonidos del bosque, que como dulces trinos le llegaban.

Un airecillo tropical azotaba azotaba sus lacios cabellos, levantándolos ligeramente. Le habían dicho que por esos peligrosos parajes había grandes aguajales.

Silencioso avanzaba por un angosto camino. Ya presentía el aguajal por toda su piel. El olor a cocha y pantano le estrellaba suavemente a través de los hilos finísimos del airecillo tropical, que cada vez eran más aromáticos, con ese olor silvestre de aguaje fresco y acido, que solo los aguajeros lo pueden percibir de los aguajes.

De pronto se abrió ante su vista, un impresionante y fantástico bosque de árboles de aguaje-¿ Alguna vez, alguien ha visto algo  semejante?- se preguntaba Tomas. Se paró un instante, cerró los ojos y los abrió lentamente para comprobar si era cierto tanta maravilla. Ahí, estaba, exuberante, inmensos racimos de color marrón oscuro amarillento de los aguajes.

¡Qué cosa! ¡ No puede ser! Un pavoroso escalofrió, un hielo macabro de inmediato recorrió por sus asustadas venas. La dicha se transformó en angustiante y plomizo miedo.

¿ Sera un engaño del maldito pies torcidos?- pensó y pensó. Le vino a la mente tantas desgracias sucedidas por esta causa: locos, tarados, ciegos, chejos, muertos en vida deja el chullachaqui burlón a los distraídos solitarios que se dejan llevar por su melifluo poder engañoso, entra a nuestra mente y  nos lleva donde quiere. Pensó en la Juana y sus hijitos, sus amigos, sus vecinos, lo malo que se porta a veces.

¡ No, no puede ser! Estoy viendo con mis propios ojos. Ahora debo tocarlos.

Tomas caminaba, caminaba y caminaba, se agitaba desesperado queriendo coger los aguajes que parecía tenerlos a la mano, pero estos se alejaban, se alejaban y se alejaban con la sutilidad de estar siempre quietos.

Por fin llego, los cogía, los abrazaba, los ponía en la cara, daba vueltas de contento por uno y otro lado.

Ran sintió que los aguajales le quemaban las manos, el aguajal lanzaba rayos luminosos. Una lluvia de fuego cayó sobre su cabeza y una hilarante risotada con sonido de lejanía fue lo último que escucho.

Lanzo un chillido agónico como aullido y se perdió en el remolino de su mente. Se cubrió la cabeza con las manos y cerró los ojos para soportar las miles de hinconantes espinas que inclemente sentía se le clavaban en el cerebro y cayó como un tronco.

Dicen la gente , que cuando escuchan un aullido  hilarante en el fondo del bosque, es que alguien ha sido atrapado por el poder mentiroso del “shapingo”.

El “shapingo” es nuestra propia mente que nos atrapa en la soledad cuando no lo alimentamos con buenas lecturas- termino diciendo el maestro, al concluir la narración.

Un suspiro hondo se dejó sentir en el aula y a lo lejos, en las profundidades de la selva, el silbido de un lastimero aullido se dejó oír. Nadie lo escucho. Solo tú.

jueves, 17 de enero de 2013

EL SAPO HUALO

Cuando la noche arriba en medio de la selva se oyen los más increíbles sonidos que uno se pueda imaginar, casi como una especie de concierto natural se van escuchando extraños agudos, graves profundos, chillidos sostenidos, incluso gritos destemplados.

- Eso es algo de todos los días señor decía María.

María era una mujer pequeña, delgada pero con las manos fuerte como ella misma decía,

- Manos fuertes para trabajar señor, por que yo soy masajista en el spa del hotel donde usted se queda.  Estoy aprendiendo recién solo sé lo básico no más de reflexología y algo de masajes no más. Pero en lo que si soy buena es leyendo el aura en eso si soy buena y me viene de familia ah, mi mamá y mi abuela son buenas leyendo el aura.

- Si quiere le leo el aura señor.

- No María gracias eso del aura me da algo de miedo imaginate que te enteres de mis secretos mas terribles. No gracias.

- Ja ja ja no señor, usted no tiene cara de tener secretos raros pero bueno, otro dia puede ser,10 soles no mas.

Casi sin darnos cuenta ya era de noche otra vez y los sonidos de la selva empezaban a hacerse mas notorios.

- Ese ese el hualo señor es como un sapo pero mas grande y grita así todas las noches.

Esa noche no pude dormir escuchando los sonidos de la selva y pensando en el hualo, escuchaba los sonidos de la selva cerca, a lo lejos también y siempre distinguía el sonido del hualo croando fuerte en toda la noche.

Las noches siguientes salimos a caminar esperando conocer algo más de aquel pueblo que nos acogía, aparentemente tranquilo todo el tiempo.

Una noche regresando al hotel escuchamos el sonido del hualo mas fuerte que de costumbre.

- Es que está en época de celo señor, así grita cuando busca novia ; nos dijo María.

Siguiendo aquel sonido fuerte llegamos a un terreno vacío desde donde logramos escucharlo mejor. De pronto al acercarnos por fin logramos verlo, ahí estaba el hualo y en efecto, era un sapo grande como de 30 cms. Estaba sentado al lado de un charco inflando la garganta exageradamente seguro para que alguna hembra lo viera.

Tenia un color marrón aunque yo lo había imaginado verde brillante (quizás sea daltónico). Andaba con los ojos bien abiertos y no se inmutó con nuestra presencia.

- Que grande es el hualo y que paciencia esperando ahí, seguro a la novia pensé en voz alta.

- Mejor nos vamos, no será que venga la novia finalmente y no pueda hacer nada de la vergüenza.

- Si, mejor nos vamos.

Regresamos al camino y nos fuimos caminando callados por un momento pensando seguramente en que si el hualo finalmente conseguiría novia aquella noche o quizás la siguiente; quien sabe. Lo cierto es que no cesa de croar y su sonido sigue llegando  a mi habitación. Suerte hualo en tu búsqueda. La vas a necesitar.

Carlos Velasquez Sanchez

L A L E Y E N D A D E L A Y A Y M A M A N

                      ( El Mundo es ancho y ajeno : Ciro Alegría )

Porque en el fondo del bosque tropical, mientras la luna platea las copas de los enormes árboles y las aguas de los ríos inmensos, el “ayaymama” canta larga y desoladamente. Parece decir : "“Ay, ay, mama”.

Es un pájaro al que nadie ha visto y solo es conocido por su canto. Y ello se debe al maleficio del “chullachaqui”. Sucedió así.

Hace tiempo, mucho tiempo, vivía en las márgenes de un afluente del Napo, rio que avanza selva adentro para desembocar en el Amazonas, la tribu secoya del Cacique Coranke.

El tenía como todos los indígenas, una cabaña de tallos de palmera, techada con hojas de la misma planta. Allí estaba con su mujer que se llamaba Nara y su hijita.

Nara era tan bella y hacendosa como Coranke, fuerte y valiente. La hijita, muy pequeña aun, crecía con el vigor de Coranke y la belleza de Nara y era como una hermosa flor de la selva.

Pero, he allí que el chullachaqui se había de entrometer. Es el genio malo de la selva, con figura de hombre, pero que se diferencia en que tiene un pie humano y una pata de cabra o de venado. No hay ser más perverso.

El chullachaqui los ahoga en lagunas o ríos, los extravía en la intrincada inmensidad de la floresta o los ataca por medio de las fieras. Es malo cruzarse en su camino, pero resulta peor , que el se cruce en el de uno.

Cierto día, el chullachaqui paso por las inmediaciones de la cabaña del Cacique y distinguió a Nara. Verla y quedarse enamorado de ella fue todo uno. Y como puede tomar la forma del animal que se le antoje, se transformaba algunas veces en pájaro y otras en insecto para estar cerca de ella y contemplarla a su gusto sin que se alarmara.

Más pronto se cansó y quiso llevarse consigo a Nara. Se internó entonces en la espesura, recupero su forma y para no presentarse desnudo, consiguió cubrirse matando a un pobre indio que estaba por allí de caza, robándole la túnica que era larga y le ocultaba la pata de venado.

Fue bogando hasta llegar a la casa del Cacique, que estaba en una de las riberas.

-Nara, hermosa, Nara, mujer del Cacique Coranke-dijo- mientras arribaba- soy un viajero hambriento. Dame de comer.

La hermosa Nara le sirvió en la mitad de una calabaza, yucas y choclos cocidos y también plátanos. Sentado a la puerta de la cabaña, comió lentamente el chullachaqui, mirando a Nara y después dijo :

-Hermosa Nara, no soy un viajero hambriento, como has podido creer y he venido únicamente por ti. Adoro tu belleza y no puedo vivir lejos de ella. Ven conmigo…

Nara le respondió :

-No puedo dejar al Cacique Coranke…

Y entonces el chullachaqui se puso a rogar y a llorar, llorar y a rogar para que Nara se fuera con él.

-No dejare al Cacique Coranke-dijo-por último Nara.

El chullachaqui fue hacia la canoa, muy triste, muy tiste, subió a ella y se perdió en la lejanía bogando rio abajo.

Nara se fijó en el rastro que el visitante había dejado al caminar por la arena de la ribera y al advertir una huella de hombre y otra de venado, exclamo : Es el chullachaqui. Pero callo el hecho al Cacique Coranke, cuando este volvió de sus correrías, para evitar que se expusiera a las iras del Malo.

Y pasaron seis meses y al caer la tarde del último día de los seis meses, un potentado atraco su gran canoa frente a la cabaña. Vestía un rica túnica y se adornaba la cabeza con vistosas plumas y el cuello con grandes collares.

-Nara, hermosa,Nara-dijo saliendo a tierra y mostrando mil regalos, ya veras por esto que soy poderoso. Tengo la selva a mi merced. Ven conmigo y todo ser tuyo.

Y estaban ante el todas las mas bellas flores del bosque y todos los mas dulces frutos del bosque y todos los mas hermosos objetos: mantas, vasijas, hamacas, túnicas, collares de dientes y semillas- que fabrican todas las tribus del bosque.

En una mano del chullachaqui se posaba un guacamayo blanco y en la otra un paujil del color de la noche.

Veo y se que eres poderoso- respondió Nara, después de echar un vistazo a la huella, que confirmo sus sospechas- pero por nada del mundo dejare al Cacique Coranke.

Entonces el chullachaqui dio un grito y salió la anaconda del rio, dio otro grito y salió el otorongo del bosque. Y la anaconda enrosco su enorme y elástico cuerpo a un lado y el otorongo enarco su lomo felino, al otro.

-¿ Ves ahora? Dijo el chullachaqui-mando en toda la selva y a  los animales de la selva. Te hare morir sino vienes conmigo.

-No me importa- respondió Nara.

-Hare morir al Cacique Coranke- replico el chullachaqui.

-El preferirá morir-replico Nara.

Podría llevarte a la fuerza, pero no quiero que vivas triste conmigo, pues eso sería desagradable. Retornare como ahora dentro de seis meses y si rehúsas acompañarme te daré el más duro castigo.

Cuando Coranke retorno de la cacería, Nara le refirió todo, pues era imprescindible que lo hiciera y el Cacique resolvió quedarse en su casa para el tiempo en que el chullachaqui ofreció regresar a fin de defender a Nara y a su hija.

Así lo hizo, Coranke templo su arco con nueva cuerda, aguzo mucho las flechas y estuvo rondando por los contornos de la cabaña todos esos días. Y una tarde en que Nara se encontraba en su chacra de maíz, se le presento de improviso el chullachaqui.

-Ven conmigo- le dijo el chullachaqui- es la última vez que te lo pido. Sino vienes, convertiré a tu hija en un pájaro que se quejara eternamente en el bosque y será tan arisca que nadie podrá verla, pues el día en que sea visto, el maleficio acabara, tornando a ser humana.. Ven, ven conmigo, te lo pido por última vez, sino…

Pero Nara, sobreponiéndose a la impresión que le amenaza le produjo, en vez de ir con él, se puso a llamar:

-Coranke, Coranke…

El Cacique llego rápidamente, pero el chullachaqui ya había desaparecido en la espesura.

Corrieron los padres hacia el lugar donde dormía su hijita y encontraron la hamaca vacía. Y desde la tumorosa verdura de la selva les llego por primera vez el doliente alarido :”Ay, ay, mama” que dio nombre al ave hechizada.

Nara y Coranke envejecieron pronto y murieron de pena oyendo la voz triste de su hijita, convertido en un arisco pájaro inalcanzable aun con la mirada.

El ayaymama ha seguido cantando, sobre todo en las noches de luna y los hombres del bosque acechan siempre la espesura con la esperanza de liberar a ese desgraciado ser humano. Y es bien triste que nadie haya logrado verlo todavía.

E L N A C I M I E N T O D E L A S P L A N T A S Y A N I M A L E S

En la antigüedad existió una raza de gigantes que fue el terror de los nativos. Los hombres, las mujeres y niños eran su plato favorito, pocos eran los que podían librarse de las garras de estos seres monstruosos.

La intención de los gigantes era la de hacer desaparecer de la faz de la tierra la raza de todos los indígenas y quedarse ellos dueños del mundo. Con este mismo fin, acaparaban las plantas comestibles y los animales, dejando sin alimento a los nativos.

Únicamente se conocían de plantas : el plátano y de los animales solamente la carachupa, el añuje y el majaz. Los nativos se extinguían poco a poco : unos víctimas de los gigantes y otros por el hambre.

Cierto día, un nativo salió al monte, acompañado de su mujer en busca de alimentos, caminaron horas y horas y encontraron un árbol cargado de hermosas frutas y subió a cosecharlas, su mujer recogía los frutos que el lanzaba de arriba, la mujer estaba contenta porque iba a llevar alimentos a sus hijos y se puso a cantar.

De pronto, vinieron a cortarle las alegrías e ilusiones unos ruidos, como de alguien que corría en la hojarasca del monte y se acordaron del gigante y le dijo a su marido:¿ Quién viene?, el marido no le contesto, por temor a ser descubierto por un posible gigante y la mujer se echó en el suelo y el marido estaba escondido en el árbol.

La mujer escucho que le decían : Levántate, tia. La mujer vio a un niño vestido con una cushma y le reconoció, era su sobrino que había desaparecido de la casa secuestrado por los gigantes.

El niño le dijo : Que estaba en terreno de los gigantes y que ya eran cautivos. El niño dijo a su tía :Tía, yo te tapare con esta rama y el gigante no te cogerá. La mujer le contesto: Tápame, sobrino.

Y el sobrino le cubrió con la rama y se escondió.

Luego llego el gigante y vio al nativo que estaba subido en el árbol y le retorció el cuello con sus largos dedos y lo cargo sobre su espalda. A la mujer no la vio y luego el gigante se fue llevando la presa a su casa. Mientras tanto, el niño informaba a su tía acerca del reino de los gigantes, su palacio es el hueco de un árbol muy grueso y muy alto, tiene muchas mujeres y muchos hijos, tiene una crianderia de monos, de aves y de grandes plantaciones, de las cuales se alimenta todo su reino, los gigantes duermen en los meses de Julio y Agosto con un sueño profundo y debido a eso, no truena ni llueve durante esos meses, pero en Setiembre y Octubre despiertan varias veces, por lo cual truena y llueve y luego despiertan definitivamente en Noviembre y permanecen despiertos durante todo el invierno.

La mujer ya estaba suficientemente informada, el niño la dejo y ella regreso a su casa triste, jurando vengar la muerte de su marido, llego a su casa y conto a sus padres y paisanos todo lo sucedido y les propuso un plan de venganza contra el gigante en los meses de Julio y Agosto, durante los cuales dormían y los nativos aceptaron la propuesta.

En el mes de Julio, toda la Comunidad reunieron una cantidad fabulosa de leña y muchas toneladas de caucho. A principios del mes de Agosto, trasladaron al reino de los gigantes, toda la leña y rodearon el árbol con ellas, taparon todas las ventanas del árbol con las bolas de caucho para que nadie huyera.

Al medio día,  cuando los rayos solares eran más fuertes, prendieron la ruma de las leñas y las llamas se levantaron rápidamente, se oyen gritos, llantos de personas y de los animales, que se habían despertado al sentirse sorprendidos por el fuego y presos en aquella jaula.

El gigante dio un puntapié al árbol y abrió un hueco por donde salían muchos gigantes hijos, quemados y morían, luego salto afuera el rey gigante, quien cayó con vida al lado de los nativos, estaba chamuscado y con sus voces hizo el trueno y una gran lluvia que no pudo apagar aquella infernal fogata.

Los nativos se lanzaron con cuchillos y machetes sobre el cuerpo asado del gigante, lo descuartizaron y lo comieron y asi los nativos celebraron su triunfo sobre el gigante.

El pájaro carpintero que estaba enjaulado en el árbol, picoteo el tronco y salió volando, cuerpo y pico estaban negros chamuscados por la fogata. También salió un cotomono, cuya cara es negra, porque las llamas le chamuscaron, le sigue la pava, que sale tapándose la cabeza con una de sus patas, por esto la pava es negra, menos la cabeza que es blanca porque la cubrió con su pata.

Después salió el guacamayo graznando de cólera, sale prendido e incandescente y por eso el color de guacamayo es rojo, por ultimo sale la maquisapa, que por jugar y comer de un lado para otro, se chamusco totalmente, quedando para siempre negro como un carbón.

Los nativos regresaron a sus casa felices por la victoria,, pero algunos nativos  dudaban de que el gigante pudiera tener poder mágico y presentían que viviera y pudiera vengarse y a la semana siguiente regresan al lugar, pero allí estaban amontonados los huesos del gigante.

Permanecieron allí varias horas y luego sintieron hambre. Un niño dijo a su mama: Mama, tengo hambre. Vamos a comer caña y su madre le contesto: Cómela. El niño cogió una de aquellas plantas desconocidas y comenzó a chuparla, era sabrosa y dio a probar a sus paisanos.

El niño fue probando todas esas plantas y raíces y les iba poniendo un nombre a todas y dando de comer a sus paisanos como el zapallo, camote, sandia, callhua, puspucho, etc.

Los naticos comieron mucho aquel día y llevaron las semillas a su Caserío y las sembraron.

Desde entonces, nadie padece hambre, en el monte hay monos y aves en abundancia y en las chacras se reproducen variedad de alimentos.

Carlos Velásquez Sánchez

E L B U F E O C E N I Z O

Salimos de Iquitos con un bote de propiedad del patrón que nos daba todo lo necesario para pescar, pishtar y salar.
Trabajábamos como rederos y nuestra misión era buscar una mijanada de pescado de cualquier calidad en el rio e internarnos en las cochas a buscarlos y pescarlos de día como de noche con la red hondera que llevábamos  en la canoa.

A veces encontrábamos mijanadas de pescados boquichicos, palometas, corvinas y llenábamos  pronto la embarcación, dedicándonos varias horas a salarlos y empanerarlos, cubriéndolos cuidadosamente con hojas de bijao.

Cuando debíamos secarlos, por haber surcado demasiado arriba de Iquitos, teníamos que pasar varios días esparciéndolos en la playa para que el sol del verano los secara convenientemente.

Pasábamos aburridísimos los días que no pescábamos o caía la lluvia, dedicándonos a matar zancudos bajo los rústicos tambos que improvisábamos con hojas de caña brava.

Yo le quiero mucho al bufeo de color cenizo. El bufeo colorado es malo y muy atrevido, porque muchas veces nos ha dado molestias, cuando caía alguno en nuestra red, lo destrozaba casi totalmente, dándonos trabajo para 3 o 4 días y a veces hasta quería dar vuelta a nuestra canoa.

En cambio el bufeo cenizo es un amor. Un día el dueño del bote había traído de su casa a su hijito, el único que tenía, porque a su mujer le había atacado la lepra.

El muchacho de unos 6 años de edad, se quedaba solo en el tambo, mientras nosotros surcábamos para pescar. Ahí pasaba muchas horas solo, mientras nosotros pescábamos.

Al regresar un día con la canoa llena de pescados, le encontrábamos que se estaba bañando cerca de la orilla y desde lejos le veíamos que manoteaba en el agua y que cerca había dos bultos que aparecían unas veces cerca del muchacho y se alejaban.

Nos quedamos mirando que serían, el niño seguía a esos bultos con la mirada y con las manos. Nos detuvimos un rato contemplando lo que hacía el niño, pues jugaba con dos bufeos cenizos.

Al llegar al puerto, le preguntamos al muchacho que estaba haciendo con los bufeos y nos contestó que eran sus amigos y que siempre venían a jugar con él.

Paso un tiempo y habíamos dejado el campamento anterior y habíamos levantado otro más arriba al comienzo de la isla, junto a un barranco y cerca de una playa. Después de pescar durante dos días bien arriba, regresamos al tercer día.

Atracamos en nuestro puerto y nos extrañó que el muchacho no saliera a recibirnos con la alegría de siempre.

Estará dormido, dijimos, su padre salto del bote y entro en el tambo, el enjebado donde dormía estaba vacío y el mosquitero levantado. Comenzamos a buscarle y llamarle gritando, pero no contestaba.

Yo seguía la ribera del rio y vi que dos bufeos empujaban un bulto. Llame a mis compañeros y todos vimos que lo que empujaban los bufeos, era el cuerpo del niño que posiblemente se había caído del barranco y estaba muerto.

Los bufeos había querido salvar a su amiguito, pero fue tarde, solo pudieron sacar a tierra su cadáver. Desde entonces quiero a los bufeos cenizos.

Carlos Velásquez Sánchez.