lunes, 11 de febrero de 2013

S H A P I Y L O S D I A B L O S

Una vez, Humberto el popular Shapi, se fue a “mitayear” en el bosque amazónico y encontró un árbol de oje en la cual trillaba el animal  y dijo : “Aquí esta botada la carne, voy a hacer mi chapana(barbacoa) para esperar al animal de monte.

Termino toda su chapana y espero, pasaban los minutos, las horas y Shapi  no oía nada y de repente escucho un ruido como el sonido de un violín y decía : “Creo que es mi idea”, pero seguía el ruido más cerca de la chapana.

Shapi se ponía intranquilo y por ultimo oyó bajo su barbacoa el ruido del violín, preparo su retrocarga y soltó un tiro: PUM , que sonó bien fuerte en esa montaña en silencio y el ruido del violín desapareció.

Más tarde, Shapi oyó que tocaban una pandilla lejos y al escuchar esa música bajo de su chapana, salió al camino, empezó a caminar y se dio cuenta que en su delante estaba parado un hombrecito, Shapi se asustó y seguía caminando, en el camino encontró palos, piedras, excrementos y allí estaba el violín.

Shapi dijo:” Este es mi violín, lo agarro y lo llevo a su casa, al llegar , su mujer le pregunto: “Oye, que cosa tienes”. Y Shapi le conto todo lo sucedido. Más tarde Shapi se puso enfermo, su mujer busco un médico para curarle, pero no lo podían sanar de esa enfermedad extraña.

Resulta de que en su mismo violin le habían “shingureado” y Shapi se murió, lo velaron con bombo, tambor y requinto y la viuda lloraba diciendo :”Ay, Shapicito, me has dejado para siempre”.

La gente le ayudaba a llorar, al segundo día lo llevaron a su entierro, le pisotearon bien con mazo y lo dejaron bien enterrado.

Y al dia siguiente de su entierro, uno de sus vecinos iba a su chacra, por donde estaba enterrado Shapi y se dio con la sorpresa de que Shapi no estaba en su fosa, estaba vacío.
Y se fue a avisar a la viuda que Shapi ya no estaba en su tumba. Buscaron a un brujo para saber que le paso a Shapi y el brujo les dijo:” A Shapi lo llevaron los diablos en cuerpo y alma, porque Shapi estaba estudiando la magia negra y la magia blanca.

L O S C H U L L A C H A Q U I S

( Arturo Rios Ruiz )

Toc, toc, toc,toc…, José Tuanama, apoya lentamente si hacha sobre un tronco que está cortando. Hace mucho calor al mediodía y con su camisa lleno de remiendos que cuelga de una rama ,se limpia el sudor que corre por su cara y disimuladamente coge una huicapa que lanza con fuerza hacia el lugar de donde provienen los sonidos y toda la selva se aquieta.

Toc, toc, toc…

José Tuanama, deja nuevamente su hacha y con su retrocarga se interna en la selva decidido e encontrar al causante de ese golpetear de palos sobre los troncos y vuelve la calma nuevamente. Cuando regresa de su búsqueda en vano, el hacha ha desaparecido y luego la descubre escondida entre unos arbustos.

¡Desgraciados chullachaquis! grita con furia, empuñando su arma.

¿ Qué te pasa papa?- le pregunta su hijo que llegaba en esos instantes trayéndole su almuerzo en una pequeña olla despostillada y en un tutumo abundante refresco de taperiba.

El padre mira con disimulo los pies descalzos de su hijo y respirado aliviado al comprobar que estos son normales. Y recién le responde:¡ Hay un chullachaqui!- le dice- y esta que me jode y jode todo el día.

Y se sientan bajo un tambito de horcones y hojas de palma y empiezan a saborear el humeante shirumbe preparado por su esposa Cunshi.

-          Se llevan a la gente- ¿ Di?- le pregunta su hijo.

-          Asi es- responde José - ¿ Te acuerdas de la “opita” Mónica? le dice y continua : un dia se encontraba jugando en su chacra con sus hermanos, al separarse del grupo, ahí nomás le estaba esperando.

-          ¿Que haces aquí, mamita?- le pregunto la niña.

-          Vamos a la casa hijita- le respondió el maldito que había tomado la forma de su madre. La cogió de la mano y la llevo por el camino de siempre.

Al rato- continua José- se encontraron con un grupo de “chullachaquis”. que empezaron a saltar alrededor de la niña. Le hicieron beber un líquido espeso y bien blanco, mientras le frotaban con unas hojas que ellos mascaban, después se pusieron a jugar con ella como si fuera una muñeca de trapo.

Una semana duro la búsqueda de la niña- sigue diciendo José. Solo cuando don Facundo, el matero entro a tallar, pudieron encontrarla. Había cruzado montes llenos de chupaderos, sogales y zanjas. Hasta el rio que estaba crecido lo había cruzado, la encontraron calatita y se defendía como una fiera.

El rostro de José , se contrae con dureza, cuando agrega: Convertidos en árboles o en pájaros, seguro que estos desgraciados chullachaquis estaban observando cuando la rescataban.

Para la pobre muchacha, todo el tiempo transcurrido había sido un ratito nomas y desde entonces se ha quedado enferma.

José tiene cautivado a su hijo, con este relato de los “chullachaquis”.

Los chullachaquis- le dice- viven bien lejos, en las profundidades del monte. Sus tierras están rodeadas de pungales y arboles gigantes donde crecen puros palos fuertes.

Si tu quieres cortar un palo-plic- tu machete salta echando chispas. Pero, que te vas a meter a cortarlos, sabiendo que son de ellos. Se pasan el tiempo jugando y embromando a la gente. Eso nomas les gusta hacer.

Bien, José ha terminado su almuerzo y su hijo le dice: Papa,¿ es cierto que tienen los pies desiguales?

Y antes de que José pueda responderle, una lluvia de terrones cae sobre sus cabezas. Padre e hijo se esconden entre unas trozas y con precaución dan un rodeo para encontrar al culpable. José lleva entre sus manos una soga gruesa y va preparando un nudo corredizo. José Tuanama ha sido conductor de ganado entre Sisa y Moyobamba y maneja el lazo con destreza.

De improviso, la soga cruza rauda la maleza y jala con todas sus fuerzas. El prisionero es un hombre chiquito, fornido, trejo, tiene los pies desiguales, cojea al caminar y no ofrece la menor resistencia. Su piel es pálida casi verdosa, su pelo tishuma, está cubierto de tierra y sus uñas son largas y sucias.

En su rostro de niño ingenuo hay una sonrisa que nunca abandona y es la única respuesta a las preguntas e insultos que José y su hijo le dicen.

Conducen al chullachaqui hasta un enorme aguano(caoba), el árbol más alto y grueso del lugar, al que lo amarran con fuertes sogas de tamshi. El hombrecillo no dice nada y ahora que lo tienen prisionero no saben que hacer con él. José se pasea pensativo y hablando en voz alta.

-          Le voy a dar una paliza a este desgraciado- dice enfadado y después le hago picar por las tangaranas.

-          No mejor no- sigue diciendo- voy a probar el filo de mi machete en su pellejo y le voy a matar.

-          Papa, papa- interrumpe, el hijo entusiasmado-¡ Métele de cabeza en el perol hirviendo de chancaca!

Y a medida que José y su hijo mencionan los castigos que están dispuestos a aplicarle, la expresión picara del chullachaqui se va acentuando y se tornan más juguetones sus ojitos traviesos.

José piensa con furia en nuevos  tormentos, mientras mira a lo lejos sus arrozales esperando la cosecha.

-          ¡ Ya se carajo! ¡ Le voy a hacer trabajar a este cojudo en mis chacras un mes!

Y en esos instantes, la sonrisa burlona del chullachaqui se transforma en una mueca de terror y de un tirón saca de raíz al inmenso árbol al que está amarrado y huye despavorido para perderse en la espesura de la selva.

Y muchos montaraces vieron pasar al chullachaqui en una interminable carrera con el árbol a cuestas, huyendo del terrible castigo que José y su hijo estuvieron a punto de imponerle: ¡ EL DE TRABAJAR”.

L A M A D R E D E L B A M B U

Hubo en cierta ocasión, un matrimonio anciano, que tenía cuatro hijas y no podían casarlas, porque eran más las mujeres en aquel Caserío que los hombres y sus hijas además eran muy feas.
Los viejos estaban desconsolados y más aún lo estaban las desdichadas muchachas.

Pero, el anciano padre, tenía cuatro hermanos, uno de ellos Alpino se enamoró de una sobrina y se la pidió a su hermano, este le entrego a la mayor y en una fiesta con baile y borrachera se casaron.

Alpino salió de caza, como viaje de luna de miel con su esposa y en el monte hacen un tambo provisional para dormir en la noche y para que su mujer le espere, mientras el sale a cazar.

Más tarde llega con cinco maquisapas, una sachavaca y un sajino. Llega sudoroso y cansado, entrega los animales a su mujer y esta los chamusca y los asa. Mientras, él se baña, luego regresa a comer y lo come todo.

La mujer le mira asombrada, porque se comió toda la carne. Alpino toca su barriga y dice:” Todavía falta, no está lleno y mi hambre aún no se sacio” y se lanza sobre su mujer y la mata, luego la come.

Alpino lleva los vestidos y los huesos de su esposa a una cueva del monte y allí los esconde.

Luego, llorando, llega Alpino a la casa de su suegro y le dice:” El tigre se comió a mi señora”. Los suegros le creen y con el lloran la muerte de su hija, pero Alpino les pide que le entreguen a otra de sus hijas para que sustituya a su hermana y los ancianos le entregan a la segunda y se casa de nuevo.

Vuelve al monte Alpino a cazar, acompañado de su mujer y trae maquisapas, venados, pavas. Su mujer los asa, él los come y dice tocando su barriga :” No estoy saciado aun, cogió un palo , mato a su esposa y la comió. Los vestidos y los huesos los llevo a la cueva.

Regresa a su casa contando a los suegros que el tigre había devorado nuevamente a su mujer, mientras el estaba en el monte cazando. Los viejitos le creyeron y le entregaron a su tercera hija.

Con esta tercera mujer hizo lo mismo que con las dos hermanas, la comió y escondió la ropa y huesos en la cueva. Luego lloro nuevamente ante los suegros y les pidió a su ultima hija, Y se casó con la última de las hermanas, se fue con ella a cazar y cuando le dejo en la choza le advirtió que no se fuera detrás del tambo porque había un nido de avispas que sus picaduras producían la muerte.

Esta mujer sospecho desde un principio de que el tigre no podía matar no podía matar siempre a sus hermanas y no causar ningún daño al hombre y se fue a buscar esas avispas, no encontró avispas, pero vio que dentro de una cueva estaban los huesos y vestidos de sus tres hermanas, sintió pena por ellas y lloro su desgracia, trato de huir, tenía miedo y decidió subirse a un árbol y observar desde allí los movimientos de Alpino.

Llego Alpino al atardecer trayendo maquisapas y sachavacas, entro en la casa y no encontró a su mujer, la llamo, pero ella no contestaba, la busco por el monte, pero no la hallo.

Se puso entonces a asar a los animales y después de asarle, la comió, se palpo la barriga y se dijo :” He comido poco.¿ En donde estará mi mujer para comerla?”, la llamo de nuevo y nadie contestaba, la mujer le oía, pero no contesto para no ser devorada por su marido Alpino.

Alpino se dijo a si mismo: ”Comeré mi pierna, corto un pedazo de su pierna y le pareció tan sabrosa que se cortó otros dos pedazos y los comió y comió de si mismo hasta terminar la pierna y decía:” Que rica es mi carne”.

Después de comer, quiso levantarse y no pudo, vuelve a llamar a su mujer y esta le contesto: “ Aquí estoy, espérame”. Bajo del árbol la mujer y le dijo a Alpino: ”Porque matastes y comiste a mis tres hermanas “ y le dio un fuerte garrotazo en la cabeza y lo dejo muerto en el suelo.

La esposa de Alpino, fue a su casa y conto todo lo sucedido a sus padres, lo que Alpino había hecho con sus hermanas y el final que había tenido su marido.

Al cabo de dos semanas fueron a ver el muerto y hallaron que de sus restos crecía una planta llamada : LA PLANTA DEL BAMBU.

Alpino es la madre del BAMBU.