viernes, 27 de mayo de 2016

LA RUNA MULA


Es una mujer que teniendo marido se mete en amoríos con el cura del pueblo.
Los martes y viernes a medianoche, sale a correr por las calles del pueblo como una blanca y hermosa mula, la misma que es montada por un pequeño jinete con látigo en la mano que viene a ser el cura.
Cuentan que al llegar la medianoche, esta mujer sacrílega, amante del cura, se da de revolcadas en el suelo y de inmediato se convierte en mula.
El duendecillo la monta y luego sale a todo galope por las calles del pueblo botando chispas de candela.
Si este maligno animal con su duende de jinete no llega a tiempo a su casa, antes de que los rayos del sol aparezcan.
La mujer aparece de madrugada en la puerta de su casa totalmente desnuda, para vergüenza de ella y su familia.
Por otro lado, cuentas las lenguas de víbora, que para descubrir quien es la mujer que convive  con el cura, se tiene que atravesar una soga de caballo de orilla a orilla en la calle por donde se supone que va a pasar la runa mula, quien al tomar contacto con la rienda, pierde el equilibrio, cae y se convierte en la mujer que es.
Me contaron también: En un lugar de la selva, camino a  Shapaja, vivía y predicaba un cura muy famoso que le gustaban las mujeres casadas.
Había una en especial que le visitaba cuando ni un alma en pena caminaba por las calles, aprovechando que su marido se quedaba profundamente dormido.
Cuenta que incluso le llegó a empreñar y la muy condenada hizo parecer que era de su marido.
¡Uy! Como murmuraba la gente cuando nació el yuyo ¡ Que parecido! ¡Que bendita la comadre!, repetían.
Cuando la runa mula aparecía por la medianoche y se sentía sus cascos por las calles, la gente comentaba. Está pasando la Roshaca  montada por el cura español.
Y de madrugada se acercaban a chismosear en su casa, encontraban a la malnacida rendida y
sin ganas de hacer sus cosas.
¡Seguro que anoche duro le golpeó su también malvado jinete! Decían.
Carlos Velásquez Sánchez



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