Quién, que haya vivido en la selva, no ha escuchado
desde pequeño el mito de que a los recién nacidos que no habían sido bautizados
aun, había que ponerles una cruz o una tijera de acero debajo de la almohada mientras
dormían, para que los "Ishingos" (duendes juguetones y malévolos) no
se los llevaran consigo, sobre todo en las noches en que la lluvia y los
truenos arreciaban.
Los Ishingos, dicen algunos, son las almas de los bebes abortados, otros aluden que no son más que aquellas criaturas que murieron a temprana edad, de manera sorpresiva o trágica, y el mismo hecho de negarse a estar muertos y pasar al siguiente plano evolutivo los a mantenido en este mundo convirtiéndolos en seres algo demoníacos, malévolos y traviesos. Por ello, es usual enterarse de personas que los han visto y han sido víctimas de malas pasadas a causa de sus visitas, ya que solo saben molestar, jugar bromas pesadas, asustar y hacer travesuras sin medir las consecuencias de sus actos.
Como verán, la selva también tiene sus duendes:seres ambiguos, que ha veces se aparecen de forma amigable para hacer compañía y jugar con los niños que se quedan solos en casa, pero que en ocasiones también suelen ser bastante malévolos y letales cuando se encariñan con alguna criatura y deciden llevársela consigo, para convertirlos en uno más de ellos.
Los Ishingos, dicen algunos, son las almas de los bebes abortados, otros aluden que no son más que aquellas criaturas que murieron a temprana edad, de manera sorpresiva o trágica, y el mismo hecho de negarse a estar muertos y pasar al siguiente plano evolutivo los a mantenido en este mundo convirtiéndolos en seres algo demoníacos, malévolos y traviesos. Por ello, es usual enterarse de personas que los han visto y han sido víctimas de malas pasadas a causa de sus visitas, ya que solo saben molestar, jugar bromas pesadas, asustar y hacer travesuras sin medir las consecuencias de sus actos.
Como verán, la selva también tiene sus duendes:seres ambiguos, que ha veces se aparecen de forma amigable para hacer compañía y jugar con los niños que se quedan solos en casa, pero que en ocasiones también suelen ser bastante malévolos y letales cuando se encariñan con alguna criatura y deciden llevársela consigo, para convertirlos en uno más de ellos.
Carlos Velasquez Sanchez
No hay comentarios:
Publicar un comentario