Una terrible peste asolaba la región,
diezmando al ganado y arruinando a las familias. El cielo se negaba a dejar
caer sobre los campos de cultivos, con su lluvia . los animales y los niños se
morían sin saber porque.
Juan dijo: Atravesare las altas
montañas y llegare al otro lado, en donde quizás las tierras sean más fértiles.
Encontrare trabajo en alguna chacra y más tarde cuando haya reunido algún
dinero, volveré por mi madre y mis hermanos.
Pero, la caminata era larga y la
noche se aproximaba. Juan dijo : Estoy
cansado y hambriento, mis víveres se han terminado. De pronto vio una pequeña
choza sobre la cumbre del cerro y se dirigió hacia ella.
Llego y llamo con ansiedad, poco
después asomo la cabeza una hermosa muchacha. ¿Qué deseas? le pregunto. Algo de
comer y un techo para cobijarme esta noche. La joven atemorizada le dijo : Vete
pronto, porque si mi padre el chullachaqui nos sorprende, te matara y cerró la
puerta.
Juan , el agricultor insistió: Déjame
entrar por favor. Si permanezco a la intemperie, moriré moriré devorado por
culebras o tigres hambrientos. La puerta se abrió nuevamente y la muchacha le
dio un pedazo de pan y una jarra de chicha. Gracias, dijo, Juan ¿ Pero, porque
no me dejas ver nuevamente tu rostro? Pero, ella cerró su puerta.
Por tercera vez le llamo el campesino
para pedirle a la muchacha un lugar donde cobijarse esa noche. Y ella le dijo
: En el corral que se haya detrás de la
casa, hay unos sacos de paja, abrígate con ellos. Juan se fue al corral a dormir. Cerca de la media noche le despertó
una voz, era el chullachaqui que llegaba arreando a unos chanchos y luego de
contarlos se fue a la choza.
Entonces, uno de los cerdos anunciaba
que dentro de dos días habría luna llena y que el chullachaqui ira a reunirse
con los espiritus de la cocha y otros cerdos decían : Cuantas fechorías harán,
dañaran los campos de cultivos, morirán muchos animales y la lluvia no caerá
sobre los cerros, hasta que el chullachaqui, nuestro amo, vaya a vivir con
ellos al fondo de la cocha.
¿ Y cuando sucederá esto? Cuando un
mortal se lleve a su hija para casarse con ella. Por eso la ha encerrado en la
choza del cerro, donde hay pocos hombres para llegar, porque morirán devorados
por los tigres y las víboras, pero el hombre que está aquí, no morirá, dijo
otro cerdo. Si nos corta el pellejo y le da eso a la hija del chullachaqui para
que le fabrique sus zapatos.
Juan que escuchaba todo esto, tomo un
cuchillo y pelo a todos los cerdos, lleno con los cueros seis costales y espero
a que amaneciera, entonces luego el chullachaqui fue al corral y se llevo a los
cerdos.
Cuando el campesino le vio perderse
en la lejanía, salió de su escondite y llamo a la puerta de la choza. Salió la
hermosa muchacha, él le dio los costales de cueros de cerdos y le pidió que le
fabricara zapatos y tomando los cueros, la muchacha trabajaba todo el día,
mientras que Juan le contemplaba, por la noche escondió los trabajos para que
su padre no le descubriera.
Cuando llego este, le pregunto ¿ Que
has hecho hija mía? He limpiado la choza, he tostado maíz y he cocido las papas
para tu comida, luego me puse a contemplar el cielo y las montañas. Y el
chullachaqui sonrió satisfecho.
Aquella coche, el campesino, se
escondió otra vez y escucho la conversación de los cerdos: ¿ Que hizo hoy la
hija del amo? Trabajo todo el dia fabricando zapatos. ¿ Que hará mañana?
Confeccionara los zapatos del campesino. ¿ Y si nuestro amo le sorprende? No le
sorprenderá, si come las hojas de coca que cayeron al suelo. ¿ Que sucederá
entonces? Ah, se volverá gavilán,.
En cuanto llego la mañana, el
chullachaqui se llevo a los cerdos y cuando la muchacha le vio perderse entre
los cerros, se puso a fabricar los zapatos y antes de la noche ya estaban los
zapatos, mientras tanto el campesino comió las hojas de coca y se convirtió en gavilán.
El padre volvió más temprano que de
costumbre y encontró a su hija asomada a la puerta de su casa. ¿ No te prohibí
que salieras? dijo lleno de ira. Ella le contesto: Me asome porque oí un grito
lastimero, era ese pobre gavilán que se encuentra medio muerto. ¿ Y qué vas a
hacer con él? Dejarlo en nuestra choza hasta que se reponga.
El chullachaqui no sospechaba que era
el campesino. Esta noche, dijo el chullachaqui, tendré una reunión con mis
hermanos de la cocha y descubrió en ese momento los zapatos que su hija había
hecho y exclamo : Que buena eres hija mía, veo que has querido darme una
sorpresa, fabricándome estos zapatos.
La hija le dijo : Aun no lo he
terminado, papa. El chullachaqui dijo que quería usarlo esa noche para irse a
la reunión y se fue a dormir. Mientras
el dormía, los dos enamorados conversaban en voz baja: Huiremos esta noche le
decía Juan.
La muchacha le contesto: Si se entera
mi padre, nos matara. No temas, anoche dijeron los cerdos que si yo te llevaba
,tu padre volverá con sus hermanos chullachaquis a la cocha para siempre.
En ese momento el chullachaqui se despertó
y al escuchar rumores de voces, pregunto: ¿ Con quién estás hablando? Estoy
hablando sola , padre mío. ¡ Qué
extraño, me pareció escuchar otra voz humana! Y sospechando que algo
ocurría miro en todas direcciones y vio al gavilán en un rincón de la choza, le
tomo por las alas y le arrojo afuera y luego al notar que la luna brillaba en
el cielo, dijo : Ha llegado la hora de partir.
El gavilán le siguió de cerca sin que
le notara, vio como galopaba por las montañas y llegaba a la orilla de la
cocha, luego salieron de él ,lentamente seis ancianos harapientos y se sentaron
a la orilla de la cocha.
El chullachaqui fue a ocupar un lugar
en medio de ellos. Masticaron en silencio hojas de coca y de pronto el más
anciano. Dijo : Hermano, ya es tiempo de que vuelvas con nosotros. Desde que te
empeñaste en vivir con los hombres, los sembríos están secos, las cosechas se
pierden y los hombres huyen de sus aldeas.
Espérame todavía, om podría dejar
sola a mi hija. Todos sabemos que ella se casara con un mortal y te abandonara.
El chullachaqui contesto : Ningún mortal podrá conocer a mi hija, vivimos en lo
más alto de una montaña que es un lugar inaccesible.
Pues, has de saber, que un hombre
joven llego hace días a tu choza. El chullachaqui dijo: No es posible.¿ No
sabes que fue para ese joven, que tu hija confecciono los zapatos? . Al escuchar
esto el gavilán que estaba en una roca, echo a volar para advertir a la
muchacha que habían sido descubiertos.
La joven respondió muy afligida: Todo
es inútil. Si huimos, mi padre nos alcanzara. Pero, el campesino replico: No
tengas miedo. Vámonos, y asi la muchacha voló en las alas del gavilán y fueron
a vivir juntos para siempre muy felices.
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