miércoles, 9 de julio de 2014

EL NACIMIENTO DEL DIOS TESLA

Yakonera, fue una mujer nativa, que por sus grandes facultades mágicas se convertía en tigre o en mujer. Casi toda su juventud la había pasado en el País de los Tigres, viviendo como acompañante de un gran tigre y del cual  había tenido 20 hijos tigres.
Acompañaba a los tigres en sus cacerías, se distinguió en el ataque por sorpresa a un Caserío, pues ella los dirigía, interesada en encontrar a algún joven que le sirviera como marido.

Para ello mataron a todas las mujeres y después Yakonera iba mirando y oliendo a los hombres, entregando a las garras de los tigres los que no satisfacían sus gustos. Hasta que encontró a un joven agraciado del cual se enamoro y a quien defendió cubriéndolo con una piel de tigre para que no fuera devorado.

Después de esta emboscada , los tigres regresaron a la selva, mas Yakonera se retraso y se separo de los tigres para quedarse a vivir en el País de los hombres, convertida en mujer con su nuevo esposo, se encaminaron al Caserío para comenzar una nueva vida.

Cuando caminaban, Yakonera se dio cuenta de que había perdido sus hermosas chaquiras de sus brazos y piernas y su marido le dice que vaya a buscarlas.

Yakonera regreso sola a buscar sus chaquiras, ella ya estaba embarazada y tenia en sus entrañas a Tesla y a los dos Muichkas. En el trayecto, Tesla desde el vientre de su madre le decía : Mama, dame esa flor olorosa, Yakonera cogía esa flor y la ponía sobre su vientre. Tesla la absorbía y la flor entraba, sus otros dos hermanos pedían flores y la madre les atendía, hasta que al querer coger unas flores, le pico la hormiga isula en la mano, produciéndole grandes dolores y fiebre, ella se enfado contra sus hijos y se  golpeo fuertemente el vientre.

Los hermanos se sintieron heridos y lloraron la maldición de su madre que quería abandonarlos en el monte. Hasta que amaneció, la madre vio que había dos caminos: Uno, el de su misma casa y el otro camino el de los tigres, dejo una señal para que al regreso no confundiera los caminos y prendió una pluma de guacamayo en el camino de su casa y una pluma de paucar en el camino de los tigres, pero ella no sabía cual era el camino, porque en ambos había huellas de personas y tigres.

Y le pregunto a su hijo Tesla que estaba resentido por el enfado de su madre y le dio los datos cambiados y Yakonera puso la señal que debiera indicar el camino de su casa en el camino. Yakonera llego al Caserío atacado y encontró sus chaquiras y regreso, pero al llegar a los caminos, entro por el camino de los tigres indicado por Tesla, anduvo por varias horas pero no veía a su esposo, hasta que llego sin sospecharlo  a la casa de los tigres.

Ahí estaba su suegra , la madre de su antiguo marido tigre, los tigres se habían ido al monte a cazar, ella se subió  a las vigas de su casa y allí esperaría a los tigres. Los tigres comenzaban a llegar y olfateaban diciendo : Aquí esta oliendo a Yakonera y la vieja les decía: No está aquí Yakonera.

Seguían llegando los tigres y todos olfateaban a Yakonera, ellos habían traído un gran cargamento de sachavacas, monos, tortugas y se sentaron a comer. Mientras comían, Yakonera escupía sobre sus cabezas, los tigres fastidiados dijeron : ¿ Quien escupe? , la vieja les decía: Es el alacrán y Yakonera seguía escupiéndoles, los tigres ya se enfadaban, hasta que la vieja les dijo : Si viniera Yakonera, mi nuera, no la devoréis.

Los tigres prometieron que no le harían nada. Por fin cansados y molestos los tigres, porque les seguían escupiendo y el tigre mayor dio la orden de que subiera uno a ver quien escupía.

Subió uno y grito : Aquí esta Yakonera y la vieja les dijo : No la comáis, porque ella me ayudara a traer leña y agua para cocinar vuestras comidas, pero los tigres se abalanzaron contra Yakonera y la devoraron.

La vieja corrió y cogió sus vísceras, entre las que estaba su matriz, la abrió y saco de ella a sus tres hijos de Yakonera: Tesla, pequeñito, que es la cría del manacaracu y los dos Muichkas, mas grandes que eran las crías de la pucacunga.

La vieja empezó a criarlos y en un año han crecido tanto que parecen hombres y comienzan a hacer sus chacras y siembran plátano, yuca, camote, caña, etc.

Pero, Tesla era un Dios, un mago, un criador, un inventor y con sus hermanos tomaron la decisión de vengar la muerte de su madre. A Tesla se le ocurrió hacer en el rio una correntada en la que e ahogaran todos los tigres. Para esto sacaron ponas del monte y la prendieron en el rio cerrando su cauce, las aguas se rebalsaron y saltaron sobre las ponas cayendo como una gran catarata en el pozo que recogía el salto del agua, clavaron unas ponas afiladas en punta, las cuales estaban disimuladas por el agua que caían con fuerza sobre ellos y así la trampa estaba hecha.

Llamaron a los tigres, para hacerles ver el juego de trampolín que habían construido para divertirse bañando en el rio. Se tiro Tesla y salió nadando, se tiraron los otros dos hermanos y también salieron.

Viendo la novedad de aquel invento, los tigres quisieron jugar de aquella forma, se tiraron todos al agua al mismo tiempo y ninguno salió.

Quedaron prendidos en las ponas puntiagudas. Solamente una hembra de tigre, rehusó aventarse, sospechando de que sería una trampa. Los hermanos le rogaban que se tirara, pero ella no quería y corrió al monte, la siguieron pero la dejaron.

Esta tigre hembra estaba preñada y debido a eso, se propagaron los tigres y no pudo exterminarse la especie de tigres como era el propósito de los hermanos.

 

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