Yakonera, fue una mujer nativa, que
por sus grandes facultades mágicas se convertía en tigre o en mujer. Casi toda
su juventud la había pasado en el País de los Tigres, viviendo como acompañante
de un gran tigre y del cual había tenido
20 hijos tigres.
Acompañaba a los tigres en sus
cacerías, se distinguió en el ataque por sorpresa a un Caserío, pues ella los
dirigía, interesada en encontrar a algún joven que le sirviera como marido.
Para ello mataron a todas las mujeres
y después Yakonera iba mirando y oliendo a los hombres, entregando a las garras
de los tigres los que no satisfacían sus gustos. Hasta que encontró a un joven
agraciado del cual se enamoro y a quien defendió cubriéndolo con una piel de tigre
para que no fuera devorado.
Después de esta emboscada , los
tigres regresaron a la selva, mas Yakonera se retraso y se separo de los tigres
para quedarse a vivir en el País de los hombres, convertida en mujer con su
nuevo esposo, se encaminaron al Caserío para comenzar una nueva vida.
Cuando caminaban, Yakonera se dio
cuenta de que había perdido sus hermosas chaquiras de sus brazos y piernas y su
marido le dice que vaya a buscarlas.
Yakonera regreso sola a buscar sus
chaquiras, ella ya estaba embarazada y tenia en sus entrañas a Tesla y a los
dos Muichkas. En el trayecto, Tesla desde el vientre de su madre le decía :
Mama, dame esa flor olorosa, Yakonera cogía esa flor y la ponía sobre su
vientre. Tesla la absorbía y la flor entraba, sus otros dos hermanos pedían
flores y la madre les atendía, hasta que al querer coger unas flores, le pico
la hormiga isula en la mano, produciéndole grandes dolores y fiebre, ella se
enfado contra sus hijos y se golpeo
fuertemente el vientre.
Los hermanos se sintieron heridos y
lloraron la maldición de su madre que quería abandonarlos en el monte. Hasta
que amaneció, la madre vio que había dos caminos: Uno, el de su misma casa y el
otro camino el de los tigres, dejo una señal para que al regreso no confundiera
los caminos y prendió una pluma de guacamayo en el camino de su casa y una
pluma de paucar en el camino de los tigres, pero ella no sabía cual era el
camino, porque en ambos había huellas de personas y tigres.
Y le pregunto a su hijo Tesla que
estaba resentido por el enfado de su madre y le dio los datos cambiados y
Yakonera puso la señal que debiera indicar el camino de su casa en el camino.
Yakonera llego al Caserío atacado y encontró sus chaquiras y regreso, pero al
llegar a los caminos, entro por el camino de los tigres indicado por Tesla,
anduvo por varias horas pero no veía a su esposo, hasta que llego sin
sospecharlo a la casa de los tigres.
Ahí estaba su suegra , la madre de su
antiguo marido tigre, los tigres se habían ido al monte a cazar, ella se
subió a las vigas de su casa y allí
esperaría a los tigres. Los tigres comenzaban a llegar y olfateaban diciendo :
Aquí esta oliendo a Yakonera y la vieja les decía: No está aquí Yakonera.
Seguían llegando los tigres y todos
olfateaban a Yakonera, ellos habían traído un gran cargamento de sachavacas,
monos, tortugas y se sentaron a comer. Mientras comían, Yakonera escupía sobre
sus cabezas, los tigres fastidiados dijeron : ¿ Quien escupe? , la vieja les
decía: Es el alacrán y Yakonera seguía escupiéndoles, los tigres ya se
enfadaban, hasta que la vieja les dijo : Si viniera Yakonera, mi nuera, no la
devoréis.
Los tigres prometieron que no le
harían nada. Por fin cansados y molestos los tigres, porque les seguían
escupiendo y el tigre mayor dio la orden de que subiera uno a ver quien
escupía.
Subió uno y grito : Aquí esta
Yakonera y la vieja les dijo : No la comáis, porque ella me ayudara a traer
leña y agua para cocinar vuestras comidas, pero los tigres se abalanzaron
contra Yakonera y la devoraron.
La vieja corrió y cogió sus vísceras,
entre las que estaba su matriz, la abrió y saco de ella a sus tres hijos de
Yakonera: Tesla, pequeñito, que es la cría del manacaracu y los dos Muichkas,
mas grandes que eran las crías de la pucacunga.
La vieja empezó a criarlos y en un año
han crecido tanto que parecen hombres y comienzan a hacer sus chacras y
siembran plátano, yuca, camote, caña, etc.
Pero, Tesla era un Dios, un mago, un
criador, un inventor y con sus hermanos tomaron la decisión de vengar la muerte
de su madre. A Tesla se le ocurrió hacer en el rio una correntada en la que e
ahogaran todos los tigres. Para esto sacaron ponas del monte y la prendieron en
el rio cerrando su cauce, las aguas se rebalsaron y saltaron sobre las ponas
cayendo como una gran catarata en el pozo que recogía el salto del agua,
clavaron unas ponas afiladas en punta, las cuales estaban disimuladas por el
agua que caían con fuerza sobre ellos y así la trampa estaba hecha.
Llamaron a los tigres, para hacerles
ver el juego de trampolín que habían construido para divertirse bañando en el
rio. Se tiro Tesla y salió nadando, se tiraron los otros dos hermanos y también
salieron.
Viendo la novedad de aquel invento,
los tigres quisieron jugar de aquella forma, se tiraron todos al agua al mismo
tiempo y ninguno salió.
Quedaron prendidos en las ponas
puntiagudas. Solamente una hembra de tigre, rehusó aventarse, sospechando de
que sería una trampa. Los hermanos le rogaban que se tirara, pero ella no
quería y corrió al monte, la siguieron pero la dejaron.
Esta tigre hembra estaba preñada y
debido a eso, se propagaron los tigres y no pudo exterminarse la especie de
tigres como era el propósito de los hermanos.
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