Amanecía en el poblado de San Antonio del Huallaga, aguas abajo del
pueblo de Navarro, capital del Distrito de Chipurana y ese día don Raymundo
Saurin, paso la ultima tarde con su esposa e hijos.
Y don Raymundo era conocido en toda la zona por su habilidad de
curandero con yerbas, resinas y dietas rigurosas. Curaba a sus pacientes de sus
dolencias y salvaba la vida hasta de lo que sufrían mordedura de serpientes
venenosas de nuestra selva y por estas habilidades era querido por muchos y
odiado por otros, porque decían que los brujos curan, sanan y también matan con
sus maleficios y actos diabólicos.
Y la noche fatal y escabrosa, se lleno de misterios y temor, cuando ya
don Raymundo se encontraba descansando en su humilde choza junto con los suyos.
Hasta que llego a la vivienda don Encarnación Napuchi, armado con una
retrocarga, llamo insistentemente, se levanto la esposa y le dijo que él no
podía levantarse por estar delicado.
Encarnación, se hizo el de retirarse e instantes después le disparo un
balazo en su propia cama a don Raymundo, quien murió al instante, quedando su
cuerpo inmóvil sin dar un solo quejido.
El criminal se dio a la fuga por el estrecho camino, mientras los hijos
mayores lo perseguían para reconocerlo.
Ese día se entrego a las autoridades del Distrito confesando su
sangriento crimen y los móviles para este acontecimiento, se reduce a que don
Raymundo en su calidad de brujo había matado a algunos hijos de don Encarnación
y tenía otro hijo, que en aquel instante se encontraba delicado, seguramente ya
tenía el veneno o virote de la brujería, destinado a morir y así con este
crimen, vengaría la pérdida de sus hijo ante el curandero.
Y cuando llevaron el cadáver del brujo a enterrarlo, mucha gente lo
siguió hasta el cementerio y en esos precisos momentos que lo cerraban en la
tumba, vinieron fuertes vientos y tempestades, que la gente corrió despavorida
a sus hogares.
Y más tarde comentaron que a don
Raymundo lo habían visto nuevamente en su choza, al cabo de una semana de haber
sido enterrado.
Carlos Velásquez
Sánchez
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