domingo, 15 de marzo de 2015

EL BUFEO ENAMORADO

Al extraño delfín rosado del Amazonas la gente lo llama, simplemente, bufeo colorado y así lo distinguen de sus otros hermanos que son de color gris. Todas las leyendas afirman que el bufeo, es un ser o duende “encantado” capaz de transformarse en un varón “gringo” al que le gustan las mujeres jóvenes y bonitas de los caseríos ribereños.
Convertido en un apuesto varón, le gusta llegar hasta la fiesta donde pasa revista a las chicas y elige una que le gusta.
Entonces, haciéndose pasar como un viajero de paso, baila y enamora a la muchacha ofreciéndole una vida mejor. Para que los demás le crean un potentado, invita bebidas para todos los asistentes a la fiesta. De esa manera se gana la simpatía de la población. Sin embargo nunca se le ve comer y menos libar licor, porque según cuentan las leyendas, si se emborracha, dejaría su ropaje de varón y todos se darían cuenta que es un bufeo.
En mitad de la fiesta, el apuesto varón (que no es otro que el bufeo) anuncia su noviazgo con la chica elegida y la colma de regalos, mientras sigue invitando mucha bebida a los demás. La fiesta se convierte en un loquerío de alegría.
Puede suceder que esa madrugada, cuando la mayoría está durmiendo la borrachera, el bufeo se lleve a la chica. Pero también ocurre que el bufeo desaparece y sólo se le ve retornar al anochecer, siempre alegre y dispuesto a invitar bebidas o comida a los que lo rodean. Siempre al amanecer, desaparece el enamorado para volver por la noche.
Poco a poco, la joven enamorada se siente muy extraña cuando no está su amado y se le ve, casi siempre a orillas del río, extrañando a su “gringo”.
Esa es la señal de alerta.
Si sus familiares se dan cuenta a tiempo, acudirán donde un curandero que, después de varias sesiones, la curará, evitando que la joven termine viviendo en el fondo del río con el bufeo.
Pero si no se dan cuenta, un buen día verán a la joven enamorada hundirse en el río, para no salir nunca más.
Cuando el bufeo sabe que lo han descubierto, desaparece y nunca más vuelve por el caserío. Cuenta una vieja leyenda Shipibo que hace muchos, muchísimos años, un pueblo entero de shipibos fue convertida en delfines de río (bufeos) por no haber querido reconocer el poder de una hechicera que quería ser la jefe de la comunidad. En castigo y para mostrar su poder, ella los transformó en bufeos. Desde entonces sus descendientes pueblan alegremente el caudaloso río Ucayali y sus afluentes. Se les encuentra de cuatro o cinco, surcando juguetonamente las aguas.
Las leyendas siguen diciendo que en las noches de fiesta en los pueblos de las riberas de ríos y lagos, casi siempre aparecen varones extraños que dicen ser viajeros y que piden hospedaje. Como en la selva, nadie niega nada a nadie, se quedan en el pueblo y participan de la fiesta. Dicen que en cierto pueblo, apareció Shinaan, un bufeo colorado que -a diferencia de los otros bufeos- se enamoró de Panshin, una humana muy bella. Tanto era su amor que le confesó su verdadera identidad.
Al principio Panshin se asustó y no quiso ver más a Shinaan pese a que éste llegaba todas las noches a buscarla con regalos.
Tanto fueron los ruegos de Shinaan que Panshin accedió a conversar con él.
Después de largas conversaciones, Shinaan le dijo que haría cualquier cosa por vivir con ella.
“¿Cualquier cosa, incluso aunque parezca imposible?” le preguntó la joven.
Y Shinaan enamorado respondió: “si es posible daría mi vida po ti”, dijo él. “Déjame pensarlo”, le dijo ella. Alegre Shinaan se arrojó al río y retozó un gran rato hasta perderse en las profundidades.
A la noche siguiente, cuando Shinaan regresó, no encontró a Panshin. La buscó por todo el pueblo, pero no la encontró. Triste se fue a sentarse a orillas del río, pensando que ella había jugado con su amor.
De repente una red cayó sobre su cuerpo y lo sujetaron fuertemente a las aletas de un árbol.
Entonces apareció Panshin con un curandero y preguntó “¿De verdad harían lo imposible por mí?”.
“Sí”, contestó él.
“Entonces te convertirás en humano para siempre”, le dijo ella y el curandero hizo sus hechizos y Shinaan jamás volvió a ser bufeo.


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