sábado, 25 de febrero de 2017

EL MAYANTÚ


Este pequeño hombrecito verde, de no más de treinta centímetros, de cuerpo robusto y cara de sapo, es conocido en gran parte de la selva baja como el “Mayantú”. Este duendecillo noble suele prestar ayuda a las personas de buen corazón que se encuentran en problemas, mientras que a la gente que vive dañando a los animales o sacando provecho del monte indiscriminadamente, suele asustarlos tomando la forma de fieros animales para espantarlos, o haciéndoles pasar malas jugadas con la mente a base de espejismos.
Algunos indígenas como los Yaguas, todavía suelen adorar a esta criatura bondadosa, pues ha enseñado a los ancestros como poder curar los males y enfermedades con ayuda de la diversidad de plantas curativas que coexisten con el hombre. Por ello, es normal ver como en esas comunidades siempre los pobladores dejan ofrendas como muestra de respeto y agradecimiento, en los lugares sagrados en donde es idolatrado. Los cristianos que han tenido la suerte de verlo o conversar con él, después de haber sido socorridos gracias a su nobleza, saben que este ser simboliza el equilibrio y la misericordia dentro de la cosmovisión del monte y sus misterios. Es por ello que este ser (más espiritual que físico) es considerado por muchos como un geniecillo piadoso que sana, de ahí proviene la denominación de este gracioso hombrecito con carita de sapo: “el duende bondadoso que cura”.

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