Había
una vez un chacarero muy trabajador, que todos los días iba a su chacra a
cultivar y aparecía a almorzar a las 12 del medio día, luego de come regresaba
a la chacra.
El
tenia en su choza bastantes plátanos maduros y así vivía trabajando. Hasta que
un día se halla con la sorpresa de no encontrar preparado su almuerzo, pasaban
los días e igual no encontraba su comida.
Hasta
que un día dijo :”Voy a pescar a mi mujer, creo que esta maldita me está
sacando la vuelta. Me está poniendo los cuernos.
Y
era cierto, porque su mujer le estaba sacando la vuelta con tres enamorados.
Uno de los enamorados se llamaba
“Barbusho”,el otro se llamaba “Uno y Otro “y el ultimo se llamaba “Siquiera Uno”.
El
humilde campesino trabajaba ya con esa idea de que no encontraba a su comida
preparada, ni a su “chapo” preparado, a pesar de que el tenia bastante plátano
maduro.
Y
dijo :”Hoy volveré temprano, de repente hay algo, pero no creo que mi mujer me
haga esas cosas”.
Luego
llego a su casa antes del mediodía y su mujer en esos instantes se encontraba
con sus tres enamorados y vieron como se iba acercando el marido campesino.
El
que se llamaba Barbusho y el que se llamaba Uno y Otro subieron al terrado donde
estaban los plátanos maduros y el que se llamaba Siquiera Uno se había
escondido detrás de la puerta.
Hasta
que entro el marido a la casa y le dijo a su mujer:” Mi amor, hay que comer. Y
ella le dijo :” No hay nada marido mío”.
Entonces
el marido dijo:”· Voy a subir al terrado a traer maduro para que me hagas a mi
chapo” y la mujer le dijo:” No subas marido mío, yo voy a subir”, a la vez que
le acariciaba a su marido.
Y
la mujer agarro la escalera, empezó a subir y el marido que estaba sosteniendo
la escalera para que su mujer no vaya a caer.
Pero
resulta como el marido había llegado de improviso, la mujer no tuvo tiempo de
ponerse su “bombacha” (calzón) .
Por
eso, cuando su mujer iba subiendo al terrado a sacar los maduros, el marido vio
que su mujer estaba sin bombacha y le dijo a ella:”Ya le he visto a tu
barbusho”, el enamorado que se llamaba Barbusho, pensando que el marido ya le
había visto, se arrojo del terrado asustado empezando a correr.
El
marido viendo esto le dijo a su mujer:” Así que tu estas con uno y otro y el
enamorado que se llamaba Uno y Otro también salto del terrado asustado y
corrió.
El
marido rápidamente agarro su escopeta y dijo :” Ahora voy a matar siquiera uno
y el otro enamorado que se llamaba Siquiera Uno salió detrás de la puerta y
empezó a correr.
El
marido comenzó a correr tras ellos disparándoles.
Moraleja
: Hay muchos hombres que permiten que sus mujeres estén ociosas en su casa. Hay
que dejarlas con trabajo y apoyen en la chacra.
Carlos
Velásquez Sánchez
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