En aquel
tiempo, cuando Jesús era perseguido, él se transformaba en diferentes formas y
edades.
Cuentan que una vez
Jesús estaba siendo perseguido y llegó a un lugar donde estaba un señor
sembrando trigo. Jesús le dijo:
— ¿Qué siembra señor?
— Estoy sembrando mi triguito —, contestó. Jesús dijo:
—Cosecharás muy bien tu triguito. Si alguien viniera preguntando por mí, dile que pasé cuando estabas sembrando.�
— ¿Qué siembra señor?
— Estoy sembrando mi triguito —, contestó. Jesús dijo:
—Cosecharás muy bien tu triguito. Si alguien viniera preguntando por mí, dile que pasé cuando estabas sembrando.�
Al día
siguiente pasaron por allí los judíos y preguntaron por Jesús.
— Sí
pasó por aquí, cuando estaba sembrando mi trigo— dijo el campesino.
Al ver que el trigo ya estaba para cosecha, creyeron que Jesús les llevaba harta ventaja. Apresuraron el paso.
Al ver que el trigo ya estaba para cosecha, creyeron que Jesús les llevaba harta ventaja. Apresuraron el paso.
Después,
Jesús pasó por un señor que era de mala fe y lo encontró sembrando papas y le
dijo:
—¿Qué
siembras? -, y él le respondió:
—Estoy sembrando piedras; ¿para qué me preguntas?
—Estoy sembrando piedras; ¿para qué me preguntas?
Jesús le
dijo:
—Cuando vengan preguntando por mí, les dirás que pasé cuando estabas sembrando piedras.
Al siguiente día pasaron los judíos; le preguntaron y él contestó:
—Cuando vengan preguntando por mí, les dirás que pasé cuando estabas sembrando piedras.
Al siguiente día pasaron los judíos; le preguntaron y él contestó:
—Pasó
ese viejo maldiciao cuando estaba sembrando papas. Pero la chacra estaba
convertida en piedras.
Carlos
Velásquez Sánchez
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