El
renaco, planta que crece en los lugares muy húmedos o en los pantanos donde
forma compactos bosques. De sus primeras ramas surgen raíces que se desarrollan
hacia abajo buscando la tierra, pero si cerca de ellos hay un árbol de otra
especie se extiende hasta dar con él, se enrosca una o varias veces en el tallo
y sigue su trayecto hacia la tierra.
Desde
entonces el renaco enroscado como una larga serpiente va ajustando sus anillos
estrangulando al árbol y lo divide hasta echarlo a tierra. Esta operación la
ejecuta con todos los arboles que tiene cerca y termina por quedarse sola.
Poco
a poco el renaco va formando bosques donde no permite la existencia de ninguna
otra clase de arboles. E n los lugares muy pantanosos, donde no existen
condiciones para que pueda prosperar hundiendo sus raíces, el renaco se amolda
y logra desarrollarse admirablemente.
Sus
ramas y raíces se entretejen y cubren la fangosa superficie con un tupido y
fortísimo enrejado, bajo el cual viven boas de extraordinario tamaño.
L A
S B O A S
Continuamos
por la orilla, examinando a cada paso el bosque de renacos, llegamos al borde
de un riachuelo de aguas tranquilas y claras que se perdían bajo el renacal. Allí,
nos detuvimos, en efecto, con bastante equilibrio, agilidad y suerte, podía
intentarse vadear por ese sitio.
Pasamos
allí la noche y al día siguiente provistos de largas y fuertes cañas,
saltábamos sobre el enrejado de raíces que cubrían el agua fangosa. Bajo
nuestro peso temblaba todo el renacal, era difícil el avance, cada paso de uno
ponía en peligro a los otros.
Nos
internamos sobre esa gigantesca red de raíces, apoyándonos en las cañas y en
los troncos y de entre las raíces comenzaron a salir innumerables cabezas de
boas, que daban gritos horripilantes y para defendernos, las heríamos con las agudas
puntas de nuestras cañas.
De
pronto, Sangama que iba adelante, nos grito que nos detuviéramos y al mirarle,
vimos que disparaba contra una boa que venía hacia nosotros. El efecto del
disparo si bien suprimió de pronto la amenaza, resulto pavoroso, porque
centenares de serpientes salieron de todas partes amenazantes.
Felizmente
todas estaban un tanto alejadas de nosotros y poco a poco se iban acercando
pesadamente con sus cuerpos ondulantes que nos iban cercando. Ante situación crítica, solo nos
quedaba subir a los renacos y Sangama nos aconsejaba subir.
Cuando
mire hacia abajo, me encontré con una boa que se enroscaba en el tronco donde
yo estaba y le di varios lanzazos que la hirieron, entonces la boa se
desprendió adolorida.
Sangama
nos llamaba del otro renaco que era mas corpulento y viejo y por las ramas
pasamos al otro renaco de Sangama y pudimos ver que se habían aglomerado muchas
boas con las cabezas levantadas pugnando por enroscarse y subir para darnos
caza.
Sangama
nos dijo .” Hemos caído en el más grande vivero de boas del Amazonas”. De
pronto sentimos que el árbol se hundía. “Ahora sí, que no escapamos” grite
lleno de espanto.
El
matero agarrado a una rama decía:” María Santísima, nos hundimos, vamos a caer
directamente en las bocas de las boas”. Cuando de pronto, Sangama, usando la
nariz empezó a imitar los gritos de las mismas boas. Mientras nos
decía:”Agárrense bien y no se muevan” . Y observamos con asombro que las boas
se aquietaban lentamente y detuvieron su avance y se dejaron caer en los
charcos.
El
renaco, libre del enorme peso de las boas, recobro su posición. Y quisimos
dispara a las boas y Sangama nos advirtió:” Si disparan, vendrán más boas y se
alborotara todo el renacal”.
Sangama
seguía imitando la gangosa sinfonía infernal de las boas, permanecían allí
quietas y adormecidas sin tener cuando alejarse.
El
matero dándome un codazo, me dijo :” Si no se van, estamos en lo mismo”.
Sangama nos dijo :” Solo un milagro nos salvara” y de pronto, el milagro se
produjo, el renacal se lleno de gritos, las boas despertaron asustadas y
huyeron, al rato no quedaba ni una boa.
Las
huanganas, las huanganas, gritaba el matero alegre y Sangama dijo : “ Es lo que
me falto imitar el grito de las huanganas”.
Carlos
Velásquez Sánchez
No hay comentarios:
Publicar un comentario