En la selva, se llama mitayero al
cazador, también se le conoce como montaraz. El mitayero, es un hombre que
conoce el secreto de los animales, su vida, sus costumbres y características,
sabe donde viven, donde paran y como se reproducen, sabe imitar sus gritos, sus
cantos y silbidos.
Es un experto, tiene temple y nervios
de acero y no conoce el miedo. Tiene super desarrollados los órganos de la vista, el oído, el olfato y
tiene un sexto sentido : la intuición.
Es un hombre sereno, tranquilo,
paciente, observador, con gran dominio de si mismo y de reacciones rápidas.
Sale al monte diariamente y regresa cargado de diversas piezas de caza..
Sus únicos compañeros son la
escopeta, retrocarga y el machete. Sin embargo hay otro tipo de mitayero,
especializado en la caza de ciertos animales, que se hace acompañar por perros entrenados en la cacería de
ciertos animales: añujeros, venaderos, carachuperos, etc.
C U E N T O
Julio Sánchez era el mitayero del
campamento, diariamente salía solo y recorría grandes extensiones de la selva
en busca de caza. Con las primeras sombras de la noche regresaba, trayendo
venados, huanganas, sajinos, conejos, achunis, sachacuyes, ardillas, paujiles, pavas,
trompeteros, panguanas, loros, palomas, etc.
Cuando tenía la suerte de encontrar
una manada de huanganas, se subía a un árbol para librarse de la furia de
dichos animales y desde arriba mataba varios ejemplares. En este caso, regresaba
a pedir ayuda para el transporte de los animales muertos, en igual forma
procedía cuando cazaba una sachavaca grande o un otorongo.
Una vez pasando cerca de un matorral,
escucho un ruido de galope a gran velocidad, entonces se escondió tras un árbol,
con el arma lista a disparar, era una sachavaca, que tenia prendido en su lomo
a un enorme otorongo que le trataba de dominar y Julio le disparo al otorongo,
hiriéndolo pero escapo.
Luego saliendo de su escondite
comenzó a seguir los rastros de sangre que fue dejando la sachavaca, de la
terrible herida que le había causado el tigre, hasta que encontró a la
sachavaca recostada en un tronco caído, mal herido y sin fuerzas para
levantarse y correr.
El mitayero se compadeció de la pobre
bestia y la llevo al campamento para curarle y domesticarle, no sin antes
cubrirle sus sangrientas heridas con barro con el fin de aliviarle el dolor y
paralizar la hemorragia.
Poco tiempo después, era la mascota
el campamento completamente curada y domesticada.
Y es así como el mitayero abastecía
diariamente de carne fresca del monte al campamento.
Carlos Velásquez Sánchez
MUY BONITO CUENTO
ResponderEliminarMUY BONITO CUENTO
ResponderEliminarescuchen la instrumental de los LOS WEMBLERS DE IQUITOS - La danza del Mitayero
ResponderEliminar