(DARIO VASQUEZ SALDAÑA
)
Hace muchos años en Piscoyacu había un exitoso conciliador, consejero
matrimonial. Juez de paz y solucionaba todos los casos.
Una tarde llegó a Piscoyacu, un conocido pidiéndole hablar a solas.
Siéntate – compadre –le dijo – alcanzándole una silla y le vio todo
nervioso.
Amigo mío – le dijo – cuénteme con toda confianza, que es lo que le ha
sucedido. Algo grave debe haberte pasado.
Compadre Juan –le dijo Fidel – no sé ni como empezar a contarte lo
que acabo de descubrir.
Estoy destrozado, compadre, humillado, deshonrado ¡ Desgraciado de mí!
Que por poco ensucio mis manos de sangre infame.
-Cálmate, cálmate mi querido compadre, que solo la muerte no tiene remedio,
Pero, por favor cuéntame lo que pasó, que alguna solución se encontrará.
Mira pues cumpa, el maldito día que me tocó vivir hoy, te cuento. Por
la madrugada fui a sembrar a la chacra, pero cual no sería mi cólera los cinco
sacos de palo de yuca que dejé ayer.
Algún rato estuve averiguando por los alrededores, sin ningún
resultado, se los habían robado, por lo que decidí regresar para llevarme los
que quedaban en la casa.
No lo puedo concebir hasta ahora, No te imaginas compadre –decía –
tomándosela cabeza con las manos –lo que pensé y sentí cuando encontré a mi
vecino encima de mi mujer y en mi propia cama, ahí estaban tirando los
malditos.
Busqué mi machete para atravesarles a los dos. ¡Maldita sea, lo había
dejado en la chacra. Cogí mi retrocarga, pero Dios quiso evitarme el crimen, no
tenía ni un cartucho.
El vecino burlador es un policía que trabaja en Lima, llegó de
vacaciones hace una semana y mira el regalo que me trajo: cuernos.
He decidido acabar por lo sano esta cuestión, divorciándome de tu comadre
y a eso vine a solicitar tu apoyo para que mañana mismo se dé inicio el
proceso.
Tú que conoces tanto de estos menesteres compadre, estoy seguro que tu
orientación será todo lo justo que deseo.
El Juez estuvo pensativo unos minutos y le dijo : Mi querido cumpita,
en primer lugar, no siempre una decisión a una excitación colérica, resulta la
más apropiada u correcta, en segundo lugar, un proceso de divorcio dura años y
es bastante engorroso, en tercer lugar, quienes sufren como víctimas inocentes
son los hijos y mi ahijado es todavía es un chiquillo que necesitará mucho de
Uds. , por último esto que te digo no
vayas a tomarlo mal.
¿ No sería posible que este infeliz incidente, este desafortunado
desliz que no debería repetirse, se puede superar conversando también con mi
comadre?
Por estos casos de mi oficio, conozco algunos casos, que por el
calorcillo momentáneo se dieron un buen resbalón por una sola vez, pero que
jamás volvieron a las andadas.
¡ Vamos compadre! Tú y yo somos fieles pero no tan fanáticos, en
algunas ocasiones nuestras esposas, acaso no han sabido perdonar nuestros
pecadillos.
Compadre – cálmate –pasado mañana espero que regreses con mi comadre
para conversar con mas calma.
¡ Compadre! Dijo Fidel,
levantándose de su asiento, bastante enojado.¿ Debo entender que estás de
acuerdo con que mi mujer siga poniéndome los cuernos o que te niegues a ejercer
mi defensa?.
Ni lo uno ni lo otro – mi querido compadre, pero estas cosas no son
granos de anís, hay que tratarles con la cabeza helada. Vente pasado mañana.
Fidel no regresó, Y al día siguiente ya tranquilo, alistando sus
maletas y viajó a Pucallpa.
No bien llegó a Pucallpa encontró mujer y trabajo en un aserradero ya
que era un experto en fabricar botes, canoas y aparejos de pesca.
Todo le iba de maravilla durante cuatro meses, hasta que un día
encontró a su mujer con un maderero.
Y dijo: Parece que la saladera me persigue y se mandó mudar a Tarapoto.
En esta ciudad se cotizaba muy
bien su trabajo en las mueblerías. Estuvo ya por el segundo mes en Tarapoto,
tratando de arreglar su vida sentimental con una nueva pareja, cuando un buen
día, o mejor dicho un mal día, no se
sabe si por la mala luna, brujería, el
diablo que no duerme encontró a su mujer con un gasfitero y no le quedó otra
alternativa que regresar a Piscoyacu.
Pasaron los meses y el Juez de Piscoyacu le encontró muy del brazo con
su ex mujer (comadre).
Y se dijo : ¿ Como habría quedado yo de haberle aceptado iniciar el
juicio de divorcio?.
Y recordó un dicho de la selva : Lavando la raca con jabón, queda bien
ricombón.
Bueno eso es con ellos y cálmense.
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