( JOSE FELIZ MAQUEN
GAMARRA )
Se
encontraban reunidos en la Plaza de Armas de Bellavista, los promociones Elías,
Vicente, Adrián, Manuel y Juvencio dialogando sobre sus aventuras y anécdotas y
se apareció de pronto la hermosa y seductora Matilde, más conocida como la
“Shayandera”, porque su placer era de andar de casa en casa visitando sin
descanso a amigos y familiares durante la mayor parte del día.
Al pasar
al lado de los alegres amigos les dijo:
-¿ Que
ya vuelta hace este racimo de maduros muro muro aquí? ¡Lo que los llevo para mi
chapo así, jajajajaaaaiiiiiiiii.
-Aquí
pues amorcita esperando una bolsa para meter nuestros maduros – respondió- de
la forma más educada don Elías.
-Jajajajaaaaaiiiiii
manavalques, pela ocotes, que pues valen sus apiachos – respondió – dándose por
ofendida a la que seguía su camino entre las risas de los inseparables amigos.
-Esta al
parecer me quiere – comentó Vicente, entre risas.
¿Porque
crees que te quiere Viche? , le preguntó burlonamente el sonriente Juvencio.
Porque
cada vez que la encuentro como pájaro mal agüero en mi camino y como voy a
chequear de la remesa de ganado a Iquitos, seguro el olor a billete la atrae.
Te
equivocas Viche, ella no es lerda, es a mí a quien más se cruza por todo lado.
Como
tardo en la orilla del río Huallaga, ha visto que despaché dos balsas con
ganado y por eso su olfato de perro sajinero experimentado está que me apunta,
pero, yo, nada que ver.
Vayan deseando
nomás ese cuerito y comiencen la mala vida- comentó Elías, sonriente.
Tal vez
no saben que a la vieja Rosha vivía paleándola Felipe porque esta Shaya quería
ser más que la titular y si no crees, pregúntale a la flaca Okey, ella como
vecina sabe bien todo la historia negra.
Solo el
día que murió Felipe quedó en paz la pobre vieja, pero después que le hizo
blanquear antes de tiempo todo el cabello.
Cuenta
la tía Rosha que el día que lo velaban, cuando estaba frente al cuerpo sin vida
de su marido rodeada de la familia que le daban el pésame, no sabía si llorar o
reír y no sintiendo ninguna emoción tuvo que bajar la cabeza para que no se de
cuenta la familia.
Eso no
es nada Elías, después del Felipe sedujo a Martín y lo hacía arrodillar
pidiéndole que no lo deje.
Cuidadito
nomás, tú también termines igual con esa hembra pusanguera y viciosa de sexo,
ni te metas.
Por si
acaso te anticipo que también le dicen la “come hombre” – dijo Juvencio.
Martín y
su esposa Orocia, en quién tenía 05 hijos terminaron separándose porque la
Mati, cuando la esposa dormía en el cuarto del fondo y el marido tenía una
habitación que da a la calle, la muy conchuda a eso de las 10 de la noche ya estaba metiéndose en su
habitación y con la e experiencia y poder que ejercía sobre él, terminó
destruyendo su humilde hogar.
Eso no
pasará conmigo, yo soy verraco, dijo Adrián entre risas.
Entonces
reciban tus bolsillos y rodillas. Mi más sentido pésame, sentenció el callado
Manuel.
Ese no
era su oficio, pero parecía.
Cada
cosa que le inventaban por shayandera, por andar de un lado a otro, de casa en
casa chismoseando.
Y con
ese cuerpazo seductor hasta sus primos la tentaban, al extremo de que las
esposas después de las visitas empezaban con los reclamos.
Te he visto
mirándola de reojo, eres un mañoso y cosas por el estilo.
Otras
veces, se pasaban horas criticando la
vida de todo el vecindario. Su fama se hizo grande y su belleza encendía deseos
y pasiones que traspasaban los límites del Distrito de Bellavista.
Más
seguro es que si caes en sus brazos, te dedicarás a cocinar, lavar y planchar,
mientras ella saldría a pasear por todo el pueblo y no te veremos más en
nuestras reuniones – dijo Mañuco.
Ja, a
este shungo lo riega el río Huallaga en crecida y a esa isla la chimbaría en
mis brazos y como a las briosas aguas le hundiría mi tacarpo y se le quiten las
ganas de andar vecineando en todo el pueblo.
Eso, ya
vuelta, mentecato chambón, alaba. Mejor anda haz tu mercado y aliméntate bien,
so eteco telen telen, porque ese otro deseo de seguro te mandará a la tumba.
Envidioso
eres Mañuco, yo estoy curado del manchari y aunque no lo creas, la Shaya no
pasara de un mes que caerá mansita como yonca en mis brazos.
Será tu
problema Adrián – vociferó Mañuco y se retiró silbando dejándolo pensativo
conversando solo y preguntándose si de verdad sería uno más en la lista de
muertos de la Shaya, porque estaba decidido a conquistarla y eso significaba un
reto en su vida.
Son
miedos infundados – se dijo – y se propuso a enamorarla para demostrarse y
también a sus amigos que hombres como él siempre consiguen su objetivo.
Al día
siguiente bien de madrugada compró en el mercado 02 kgs. de carne de chancho y
se fue directo a la casa de la Shayandera, haciendo que preguntaba por el tío
Leonidas y entregándole la carne para el desayuno, entablaron una agradable
conversación con promesas de otras visitas y regalos y que al tercer día nomás
dio los alegres resultados esperados.
La
relación clandestina era un misterioso secreto. Nadie de los amigos que se
reunían e la plaza se percataron e porque de Matilde pasaba cerca de ellos y ya
no los molestaban , hasta que año y medio después Adrián moribundo le contó a
Viche y este el día del velorio viendo al lado del ataúd a la Shayandera
derramando gruesas lágrimas declaró a todos los amigos que ella era la
causante de la fatal muerte, noticia que
corrió por todo el pueblo y le cambió de fama.
Esto fue
motivo de la shayandera quedó solterona por el resto de su vida.
Carlos
Velásquez Sánchez
No hay comentarios:
Publicar un comentario