Personaje
mítico – legendario de los pueblos amazónicos en plena proceso de
transformación cultural, en donde el sentimiento religioso del cristiano se
entremezcla con las creencias y costumbres arraigadas con la superstición y lo
maravilloso del folklore oral.
La runa
mula (mula y jinete) hace su aparición a
todo galope después de la medianoche aterrorizando a la gente.
El
diablo con sus malas artes de brujería,
transforma a la mujer infiel en mula y la cabalga entre gritos y azotes.
Todo
esto en el imaginario popular se refiere a la mujer infiel casada en sagradas
nupcias que traiciona clandestinamente a su esposo, peor aún cuando llega al
extremo de hacer lo prohibido con el mismo sacerdote, quien representa la
autoridad de Dios y la moral de la comunidad base de la fe católica: un hombre
que ha hecho voto de castidad y pureza para llegar a ser intermediario de Dios
en los actos sagrados como bautizo, unir en matrimonio, administrar la
confesión y el perdonar los pecados. Mostrando una vida ejemplar y digna.
El
diablo tentador por oposición es el jinete que propicia los desenfrenos
pasionales y arrebata conduciendo a sus víctimas a su penitencia y condena
eterna.
Se
impone por lo tanto el castigo con el desprestigio, la marginación, la feadad
que producen los cargos de conciencia.
¿Es
posible el perdón por parte de la Comunidad de Dios, del esposo, del verdadero
amante?.
En
ciertos pueblos las lapidaban, en otros las expulsaban de la Comunidad, incluso
creían que contaminaban las cosechas.
Y no lo
olviden, la runamula sigue apareciendo los marte y viernes al filo de la
medianoche en e campo, en pueblos y Caseríos aún.
Carlos
Velásquez Sánchez
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