JOSHE, era un personaje malísimo conocido en
el Alto Mayo, sobre todo en Rioja, su tierra natal, por las peculiaridades que
el tenia: experto tejedor de sombreros, siendo esta actividad propia de
mujeres, cartomántico, pero en sus vaticinios acostumbraba mayormente decir con
su voz melindrosa: te acompaña una mujer
trigueña, aunque el usuario no tenía ni siquiera enamorada.
Y en una actitud propia de bohemios se
zampaba sus “chuchuhuashas” y como era blanquiñoso, cuando empinaba el codo su
rostro se ponía sonrosado.
Y
estando con sus alcoholes era más desvergonzado, a tal punto que incluso cometía
latrocinios. Una mañana Joshe estaba caminando por la calle y al pasar frente a
una casa vio a una señora que estaba tejiendo.
De inmediato, él se acercó y ofreció sus
servicios como tejedor, ofrecimiento que la mujer acepto de buen grado, le dio
la obra y se metió en su cocina a preparar el almuerzo.
Pero, se dio el caso que ella no tenía plátano
para el inguiri, por lo que le contó a Joshe que no tenía dicho artículo. Él ni
corto ni perezoso y con gesto zalamero, dijo : Selmita, no te preocupes, yo te
lo consigo, se donde hay”.
Entonces, ella le dio diez soles(de los
antiguos) y una alforja nueva. Joshe, recibió las dos cosas, salió de la casa y
nunca más volvió.
Otro dia, estando “chuchuhuashado”, se fue al
cementerio y parándose en el centro de la entrada, con potente pero afeminada voz,
llamo al panteonero, que tenía por chapa Gollon y cuando este se acercó. Joshe
le dijo: “Mira, Golloncito, quiero darte a conocer mi deseo para cuando yo me
muera.”
El tal Golloncito le pregunto:” ¿ Y cuál es
tu deseo Joshe?, y este le respondió:”Cuando me muera, quiero que me entierren
aquí” y señalo el lugar donde estaba parado.
El panteonero volvió a preguntarle:”¿ Porque
quieres que te entierren en este sitio? y Joshe le respondió al
instante:”Golloncito, es que yo quiero que me pisen al entrar y me pisen al
salir”.
En algún momento, Joshe cometió un delito que
merecía encarcelamiento y debido a que en Rioja no hay cárcel, tuvo que ser
conducido a Moyobamba.
Como siempre ha habido un resentimiento
contra las autoridades de la capital departamental por cuestiones
presupuestarias, cuando vieron que Joshe estaba subiendo al carro, preso ya, un
riojano manifestó con resentimiento al decir:” Estos desgraciados moyobambinos
todo nos quitan, aishta, ahora, a
nuestro único maricon también nos están quitando”.
Bueno, es posible que haya más anécdotas y sobre
Joshe ; de haberlas, ya lo sabremos y les contaremos en otra ocasión. Por el
momento , hasta otro día.
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