miércoles, 12 de agosto de 2015

EL MAL DE OJO -CREENCIAS

Existe una enfermedad/malestar que afecta especialmente a menores de edad, en relación inversa a su edad, es decir, a menor edad mayor posibilidad que se enfermen de este mal. Los niños muy pequeños lloran sin motivo aparente, víctimas de un malestar que los médicos no pueden ubicar. Cuando esto sucede, no hay que descartar la posibilidad que el párvulo en cuestión haya sido ojeado y hay que buscar al curandero más cercano para que le haga una limpia.
¿QUÉ ES EL MAL DE OJO?
No hay una opinión unánime, pero la idea central es que al afectado le transmiten “mala energía”, entendiéndose esto por el mal ánimo de la persona que ojeó al afectado; o también se ojea a alguien porque se “antojaron” de él/ella (les gustó mucho) o por la simple envidia (el ojeador quiere tener alguien igual para sí mismo).
Como dijera el agente Fox Mulder, yo también “quiero creer”, pero me cuesta hacerlo pese a que lo viví personalmente, aunque de ello no tengo memoria. Cuenta mi mamá que cuando yo era bebé una vecina de la quinta donde vivíamos me vio por casualidad y enseguida le advirtió diciéndole “Haaay Rosita ya lo ojee a tu hijito, yo tengo mal de ojo”. En la noche el bebé cronista estaba llora y llora, y no había qué lo calme. Por ese entonces felizmente estaba en la quinta su tocaya, doña Rosa Campos, famosa curandera de Bambamarca, que fue a quien recurrió mi mamá para calmar a su bebé y en efecto, luego de hacer la “limpia” correspondiente, logró calmar la desesperación de la pobre criatura.
LA CURA
Para
curar este mal se usa un huevo común de gallina y se lo pasa por todo el cuerpo del afectado, en un ritual en el que se invoca a un anterior curandero/a y por supuesto ofreciendo una oración a Dios y al santo al que se tiene fe. Esto toma un par de minutos y luego que se ha completado el ritual se parte el huevo y su contenido se lo vacía en un vaso con agua. Allí, el huevo se sancocha parcialmente, y según las formas que adquiera se verifica el “ojo”. Difícil de creer ¿no?.

UNA VÍCTIMA


Este mes el mal de ojo regresó a mi familia, pero el afectado no fue ningún humano, sino nuestra pequeña perrita calata. El día sábado estuvo de visita la sospechosa ojeadora, pero para ser precisos recién el lunes vimos que la perrita estaba mal, pues vomitó en la mañana y estaba desganada, y no quiso comer. Por la tarde estaba con fiebre y ya estaba preocupando a la familia, pero también aquí hubo una feliz coincidencia: el hijo de la señora Rosa Campos (mencionada anteriormente) está con nosotros desde el día sábado. Él también tiene el don de hacer limpias y se ofreció a curar a la afectada. Para esto obtuvo un huevo de gallina y con él realizó el ritual correspondiente, invocando a doña Rosita y rezando una oración a Dios. Poco a poco la perrita regresó a su temperatura normal, le regresó el ánimo y dejó de vomitar. ¡Increíble!.

Yo me enteré de todo esto por la noche, luego de regresar del trabajo. En la mesa encontré el huevo usado y me contaron sobre la limpia, y que por ello el huevo estaba lleno de ojos (yo vi muchas burbujas). Ajá... esta era una buena oportunidad para introducir el método científico, así que decidí comparar el huevo usado con otro obtenido del mismo lugar (el refrigerador) y colocado en un vaso similar. He aquí los dos huevos:
Pues si, había una ligera diferencia, el huevo utilizado en la limpia tenía muchas burbujas en la clara, la cual por cierto estaba blanca en algunas partes, como si se hubiese sancochado. Pero luego caí en la cuenta que en mi precipitación por hacer la comparación cometí un error: el huevo “inocuo” no fue sometido a ninguna frotación ni agitación que simule la limpia,y tal vez por eso la diferencia. Bueno, tienen una imagen de referencia, así que pueden hacer la prueba en casa y luego compararla.
EL CURANDERO
Mi curiosidad me llevó a preguntar al curandero cómo aprendió a curar de mal de ojo y me contó que él no sabía que tenía ese Don, sino que fue “descubierto” por un vecino bambamarquino. Hace muchos años, luego de fallecida su mamá, dicho vecino fue a buscarlo porque se sentía mal y estaba seguro que lo habían ojeado. Como ya no estaba doña Rosita, le solicitó a su hijo que le curara, a lo cual respondió:
·         Pero yo no se curar el mal de ojo
·         ¡Cómo que no! Su mamá fue curandera, y seguro que usted también tiene el Don.
Como con hacer el ritual no le hacía ningún daño, el futuro curandero accedió y ... zas, el vecino se curó. Dicho vecino posteriormente se encargó de hacer fama de que Segundo, el hijo de doña Rosita Campos, más conocido como Wicho, también curaba el “mal de ojo” y por supuesto que también el “susto”. Luego de eso ha tenido hasta la fecha “pacientes” regularmente, especialmente los días martes y viernes, que son los días más propicios para las curas. Como este es un Don, no cobra una tarifa establecida, sino que en retribución por el servicio solicita “lo que sea su voluntad”.
Luego que respondió a mis preguntas agradecí al curandero por la información brindada y le di un beso de buenas noches: Segundo Cerdán Campos, mi papá, tiene que ir a descansar... y yo a seguir comparando los huevos protagonistas de esta historia y seguir preguntándome ¿cómo es esto posible?. Si Dios existe, esta debe ser una manifestación de Él.
EPILOGO
La pequeña Cala se mejoró un poco después de la limpia, pero al día siguiente volvió a vomitar, por lo que fue llevada a un veterinario, quien diagnosticó que tenía
parvovirus. Cala todavía está en tratamiento. El viernes será víspera de navidad y le espera otra dosis más de suero... y también una nueva limpia, por si acaso.






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