lunes, 21 de noviembre de 2011

E L T I G R E N E G R O

Es la fiera mas temida de la selva. Generalmente ataca por las noches, después de haber ejercido su poder hipnótico sobre sus víctimas.

C U E N T O:

06 amigos se internaron en la selva en busca de maderas finas y llegaron a un lugar elegido donde construyeron su campamento. Durante dos semanas les fue bien, habían ya marcado buena cantidad de cedros y águanos, para eso salían diariamente por parejas en diferentes direcciones y poco a poco se iban alejando más y algunas veces les sorprendía la noche en plena selva y tenían que pernoctar allí, trepados en un árbol hasta que amanezca.
En una de esas salidas, la pareja que estaba más lejos, descubrió en forma casual las frescas pisadas del temible tigre negro y regresaron al campamento para advertir al resto del peligro que corrían si permanecían por más tiempo en ese lugar. Y ellos acordaron montar guardia nocturna permanente por parejas.
Y desde esa misma noche se comenzó con la vigilancia y se prendió una fogata a pocos metros del campamento, junto al árbol donde se instalaban los vigilantes. Toda la noche se la pasaban conversando, pero siempre atentos de cualquier indicio revelador de la presencia cercana del tigre negro. Tenían listos sus armas y sus machetes.
Al día siguiente seguían con su trabajo de marcar árboles y uno de ellos estaba nervioso y preocupado sin saber porqué y su deseo era regresar cuanto antes porqué tenía funestos presentimientos.
Vayamos con mucho cuidado y con los ojos y oídos bien abiertos, le dijo a su amigo. Marcaremos solo unos cuantos árboles y regresaremos al campamento. Y su aflicción llegó al colmo, cuando al medio día la chicua les sorprendió con su sonoro canto, muy cerca de ellos y le fue persiguiendo por largo trecho de rfama en rama, sin dejar de cantar, de pronto calló y desapareció.
Entonces, decidieron regresar y llegaron a un extenso yarinal (palmeras), cuando de pronto oyeron a lo lejos cierto rumor que poco a poco fue en aumento, pues se acercaba una manada de huanganas, que venía sorne ellos y eso les obligaba a tomar medidas de seguridad para escapar de su furia, porque estos animales cuando andan en manadas arrasan todo lo que encuentran a su paso. No respetan al hombre, por mucho que pudiera estar armado, de allí que los mitayeros que andan con sus perros, tienen que subirlos a un árbol junto a ellos, para evitar que sean destrozados.
Tuvieron pues que subir a un árbol para no ser arrasados, pocos minutos después, la gran manada estaba ya debajo de ellos, pero la manada se detuvo justo debajo de ellos a comer los frutos de la yarina, alimento favorito de estos animales.
Las horas iban pasando sin que los animales dieran señales de retirarse y mientras tanto se acercaba la noche, cuando ellos todavía estaban lejos del campamento.
Momentos después oscureció y la manada permanecía allí y los amigos no tuvieron mas remedio que resignarse a pasar la noche trepados en ese árbol que les sirvió de protección. Cuando los animales se retiraron era tarde y al día siguiente reanudaron su camino al campamento. Al llegar a éste, notaron que todo estaba en silencio y reinaba completa calma y pensaron al no ver a sus compañeros, que quizás habían salido en busca de ellos o a continuar su trabajo.
Pero de pronto a los amigos les dio un vuelco al corazón, al ver que de los árboles más cercanos a los tambos del campamento revoloteaban unos gallinazos y corrieron hacia los tambos y al llegar a la puerta quedaron paralizados de horror al contemplar los cuerpos sangrantes y muertos de dos de sus compañeros.
Luego reaccionaron y corrieron al otro tambo para ver a sus otros dos compañeros, pero no estaban y empezaron a buscarlos. Pero, solamente dieron unos cuantos pasos y vieron sus cadáveres igualmente destrozados de los otros dos amigos y nuevamente quedaron paralizados de horror, luego pensaron y expresaron: los indios.
Examinaron los cuerpos de sus infortunados compañeros, pero no presentaba huellas de balas ni de flechas, tanpoco heridas cortantes, ni golpes contundentes y se dieron cuenta de algo común en los cadáveres, todos tenían los cráneos destrozados y sin sesos, las partes del cuello y de la cara con feroces rasguños, todos presentaban una extraña palidez, como si les hubieran extraído hasta la última gota de sangre.
Después de ver esto, no había dudas, era obra del sanguinario tigre negro que tuvo su gran festín al sorprender a sus compañeros a pesar de la estricta vigilancia, cumpliéndose así al pié de la letra, la leyenda de su gran poder magnético para insensibilizar a sus víctimas, antes de atacarlas,
Luego, dieron cristiana sepultura a sus infortunados compañeros y abandonaron el campamento, no sin antes dar las gracias a Dios por haberles librado de una muerte segura al interponer en su camino a la manada de huanganas y así se alejaron para siempre de ese lugar, llevando la triste noticia a los familiares de las víctimas.

EL GALLINAZO

En cierta ocasión, un gallinazo se convirtió en un indígena, vestía cushma negra con pintas blancas y sobre su cabeza llevaba un sombrero rojo. Un día llegó a un caserío y se enamoró de una muchacha con la cual se casó a los pocos días.
Ella tenía padre, madre y una hermana menor soltera. La familia de la mujer querían que hiciera la chacra y la casa al lado de ellos y vivieran juntos, pero el gallinazo se opuso, decía que no estaba acostumbrado a vivir en sociedad.
Esto desagradó a los suegros quienes pensaron en deshacer el matrimonio, pero los dejaron que fueran a vivir a donde ellos quisieran y se fueron lejos, río adentro.
En su casa ya el nativo recibía visita de los gallinazos y el mismo se convertía en gallinazo para conversar con sus paisanos. Su ocupación era comer para vivir y vivir para comer, pero siempre compartía la comida con su señora que le servía ya cocinados o asados.
La señora solo se ocupaba de hilar y tejer cushmas que el gallinazo regalaba a sus paisanos o las cambiaba por carne o suciedades con las cuales preparaba él las comidas para su señora.
Un día, los suegros y cuñada del gallinazo fueron a visitarle a su casa. El gallinazo y su mujer se alegraron muchísimo. El gallinazo salió con sus flechas a pescar en una quebradita en el monte y su cuñada le seguía de lejos para presenciar la pesca. Hubo un momento en que el gallinazo se detuvo y ella paró también observando detrás de un árbol lo que hacía su cuñado y lo vé que está juntando suciedades, las envuelve en hojas y las amarra con bejucos, después prendió fuego a unos palos y puso los envoltorios a asar.
La cuñada regresó corriendo a dar parte a sus padres y hermana de lo que acaba de ver, éstos se indignaron. Pensaron todo irse a la casa paterna y abandonar al gallinazo, pero creyeron que mejor sería darle una paliza al gallinazo, antes de abandonarlo.
Al poco tiempo llegó el gallinazo silbando, traía diez patarashcas de pescado ya asados y listos para comerlos, los entregó a su esposa. Esta le recibió y los tiró a un lado mostrando desprecio y le increpó diciéndole:¿Porqué traes siempre patarashcas mal olientes y nunca traes pescados frescos?.
Hemos visto lo que hiciste ¿Con esas suciedades nos alimentas? Y cada cual con un palo, palearon al gallinazo en las patas para que no escapara. El nativo gallinazo lloró, gritó, pidió perdón, sin ser atendido.
Al final no pudo aguantar los palos y se convirtió en gallinazo y voló a reunirse con los suyos para no regresar más. El gallinazo ahora está cojo y camina brincando, por los palos que recibió cuando era nativo.

EL BURRO Y LOS GALLINAZOS

Una vez en Saposoa, un burro socarrón y pendejo quiso burlarse de los gallinazos. Se hizo el muerto y se le acercaron dos gallinazos con la seguridad de pegarse un banquete bueno. Pero, se pusieron a discutir sobre, por donde debían comenzar a comer al burro.
Ojoleo primero, decía uno de ellos. No, ocote primero, ojoleo primero, ocote primero,
Hasta que éste último, sin esperar más, metió su cabeza en el ocote del burro y éste al toque encerró y ajustó su ano, aprisionándolo.
Ves, ya ves, ya vés, peor va a ser, habló entonces el otro gallinazo. No me hicistes caso. Era mejor ojoleo primero y voló, dejando preso a su compañero en el ocote del burro pendejo.

Carlos Velásquez Sánchez

jueves, 20 de octubre de 2011

E L T I G R E

Una vez un nativo salió de caza al monte, se fue muy lejos y en una quebrada vio a un tigre que caminaba hacia él. El nativo se le enfrentó apuntándole con la flecha con la intención de matarle y el tigre acobardado dio un salto hacia atrás, rugió y huyó, el nativo le siguió, pero no le dio alcance.
Cuando de pronto se dio cuenta de que estaba en medio de una manada de tigres, que enfurecidos trataban de devorarle, vio un hueco en la raíz de un árbol, se metió en él y lo tapó con un tronco.
Los tigres se dispersaron y solo quedó un tigre, el más grande con un tigrillo pequeño.
El tigrillo olió, buscó dentro del hueco en el que estaba el nativo, comenzó a escarbar aullando, el tigre también se acercó al árbol para oler y supo que allí se escondía una persona. El tigre reprendió al tigrillo, diciéndole¿ Porqué sigues a la gente?, ese que está dentro del hueco es mi paisano, déjale.
El tigre era ya una persona que vestía una cushma pintada y le dijo al hombre: Sal del hueco, no te haré nada, pues tu eres hombre como yo. Pero, el hombre no se atrevía a salir, luego llegaron otros cinco tigres más a olfatear a la presa. El tigre se quitó la cushma para que el hombre le observara desde el hueco y viera que era nativo como él y en su presencia amarró al tigrillo y a los otros cinco tigres.
Después escarbó la tierra, quitó el tronco y sacó a la fuerza al hombre, que asustado le observaba.
El tigre dijo al nativo: Yo soy tu paisano , no me tengas miedo. Recibe este “piri piri” que te doy y mañana me esperas en tu casa para salir a pasear contigo. Le prestó también la cushma para que parezca tigre y reciba a los tigres.
El hombre se fue masticando el piri piri a su casa, en el trayecto se encontró con muchos tigres, le respetaban porque notaban que había masticado el piri piri y conversaron con él.Solamente el tigre negro no le habló y se detuvo lejos sentado sobre su rabo, mirando al nativo con ojos de rabia.
Cuando el nativo llegó a su casa , saludó a su mujer, suegro, cuñados y demás paisanos, les dijo sobre las visitas de los tigres que iban a venir al Caserío y les aconsejó que se conservaran a cierta distancia de ellos y no les molestaran para no ser atacados.
El nativo rozó, limpió al lado de su casa, formó una plaza y colocó algunos asientos para que descansaran los tigres cuando fuesen a buscarlos. Hasta que cierto día se aparecieron en la casa del nativo una manada de tigres, venían a vistarle, él les invitó a comer, pero ellos no le aceptaron la comida.
El hombre se extrañó y tuvo miedo y le preguntó al tigre porque aquel desaire. El tigre le contestó: Porque cada cual trae su comida, pero además le dijo:No les invites a comer, porque se comerían a tu mujer.
Efectivamente, esa era la razón, pues el nativo vio que ellos traían carne humana: piernas de gente ahumada, sachavacas, venados, monos. El tigre grande traía además sachapapas para su fiambre. Cada tigre extendió en el suelo el envoltorio de hojas y comieron. Terminada la comida se fueron los tigres, pero regresaron a los tres días, van y vienen cada cierto tiempo.
El nativo llegó a casarse con una tigre hembra que le visitaba y con ella tuvo cinco hijos. Un día esta mujer se llevó al nativo de paseo a su casa, era éste un hueco entre las peñas, allí estuvieron cinco meses, sus hijos ya eran grandes.
Los nativos del caserío estaban nerviosos entre tantos tigres que les visitaban, pensaban en aquellas visitas tan pacíficas habrían de tener mal fin.Por eso decidieron matar al nativo, pues muerto él, se irían los tigres. Así lo acordaron y así lo hicieron.
Unos cazadores envenenaron al nativo y murió.Sus dos mujeres, la nativa y la tigre hembra lo enterraron y a los pies de la tumba se colocó un hijo suyo, a la cabecera otro y encima se echaron las dos mujeres una a cada lado.
Sobre la tumba del nativo cuidarían al difunto y le llorarían eternamente.Lloraban sin consuelo día y noche y cuando llegaron los tigres para hacer su acostumbrada visita, las encontraron todavía llorando.
Ellos también sintieron el dolor del amigo muerto, se juntaron todos y comenzaron a gritar, aullar y llorar la muerte del nativo, pasaba ya una semana y seguían llorando sin consuelo, se juntaba a la pena el hambre y lloraron también de hambre.
La mujer nativa tenía hambre, quiso ir al platanal, pero no se decidía por miedo a tantos tigres hambrientos, pidió garantías para su vida y el tigre grande se las dio. La mujer fue al platanal, comió plátanos, sació el hambre y recuperó las fuerzas perdidas para continuar llorando.
Las demás gentes del caserío, también se habían asustado al ver y oir aquel espectáculo, que también eran víctimas del hambre.
Cuando se cumplió un mes de la muerte del nativo, todos los tigres se fueron a sus guaridas, la mujer tigre y sus hijos también se fueron.
La nativa que había quedado viuda, se quedó en el caserío, allí encontró otro marido, paisano suyo, con él se juntó y vivió feliz y los tigres nunca más se aparecieron por e caserío.

LA CIUDAD ENCANTADA

Hace cientos de años había una ciudad muy bonita de calles rectas y elegantes casas, fue la antigua ciudad de Saposoa.
Esta ciudad se encontraba cerca de las nacientes del río Saposoa, pero años después en la época de la Colonia, el Capitán español Lope de Aguirre, aventurero y ansioso de riquezas llegó a ella. Los habitantes al verle con barbas de oro, ojos azules y regia vestidura, se llenaron de espanto y se refugiaron casi todos en el Templo, cuyos ornamentos e ídolos estaban fabricados de oro y plata.
El Capitán Lope de Aguirre que tenía el brazo derecho más largo que el izquierdo y una estatura considerable, aprovechó el temor de los pobladores y se dirigió al Templo donde estaban reunidos y ante su presencia los pobladores huyeron despavoridos al bosque.
Lope de Aguirre entró al Templo y cogiendo los ídolos de oro, salió y cerca de la puerta del templo había un pequeño charco, donde Lope agobiado por el peso de su carga, dejó caer un ídolo, el cual se sumergió en el fondo.
Y pocas horas después el pequeño charco se iba agrandando con un remolino de espumas en la superficie.
Este pequeño charco convertido ya en laguna, tenía como “madre” un toro negro que salía por las mañanas y tardes a bramar furioso. Lope de Aguirre llevando los ídolos que le quedaba se fue a Loreto.
La ciudad fue tragada por la laguna, los moradores bajaron por el río en balsa y canoas en busca de un sitio apropiado para fundar un nuevo pueblo y llegaron al lugar comprendido entre el río Saposoa y el riachuelo Balsayacu donde se establecieron.
En este lugar, sin embargo, vivían mortificados por las nubes de vampiros.
En tales circunstancias, los indios lamistos, atraídos por la caza, hicieron su campamento en un hermoso lugar a orillas del río Saposoa. Y mediante un entendimiento con estos indios, los pobladores se establecieron en este sitio, dando origen a la actual ciudad de Saposoa.
La antigua ciudad de Saposoa, está , pues encantada, convertida en una hermosa laguna a donde nadie puede llegar.

LAS HUANGANAS
Los jabalíes, son los gitanos de la selva. Andan por toda ella en manadas inmensas, acampando por la noche y emprendiendo la marcha a las primeras luces del día.
Son una avalancha incontenible.Una fuerza ciega. El jefe va 50 o 100 metros adelante,guiando a la manada.Es un macho recio, astuto, luego vienen otros muchos, formando como una especie de cuerpo de choque.
Enseguida las hembras y las crías protegidas por columnas de machos por los flancos y la retaguardia. Las huanganas son del tamaño de un cerdo, de color cenizo, con mandíbulas blancas y no poseen cola.
Pasan un río, por mas considerable que sea, a nado. Se empujan unas a otras y cuidan principalmente de las crías a las que las levantan con los hocicos. El hombre les tiene miedo. Cuando oye a las huanganas, inmediatamente se suben a un árbol, desde el cual les caza con armas de fuego o cerbatana.
Procura matar al jefe, al guía, pues la muerte de éste origina confusión y el desbande de la manada. Se cuentan muchas historias de hombres destrozados por las huanganas, de árboles donde se hallaban, a los cuales les derribaban a mordiscones estos enfurecidos animales.
Ni los tigres se atreven a atacarles, se contentan con seguirles y sorprender a las atrasadas, a las cansadas. Por eso acampan temprano, antes que anochezca, encerrando los machos en un círculo de hierro a las hembras y jabatos, y centinelas apostados estratégicamente en torno de la manada amanecen en vela.
Pero, ay del tigre que cae en medio de ellas, en menos de lo que pica un zancudo no queda de él ni su bigote. Cuando el tigre es acorralado por las huanganas, se tumba en el suelo, se hace el muerto y se deja comer por las huanganas.
Manadas batidas por los cazadores, sin guías, sin jefes, salen a veces a los pueblos,aturdidas y atolondradas.
Las gentes hacen entonces una abundante y fácil cacería.Matan huanganas con escopetas, cuchillos, garrotes, luego salan su cuero y la ponen a secar al sol en los patios y huertas, en elevados armazones.(Francisco Izquierdo Ríos)

MISTERIOSA SELVA

De la selva, solo tenía algunas referencias : que hacía un calor maldito y llovía mucho, que sus mujeres ardientes y hermosas podían enloquecer a los hombres.
Algunos amigos me contaron bellas y terribles historias de amor, si te descuidas, me dijeron : la selva te puede atrapar con sus encantos y yo les decía que no eran más que creencias, puras leyendas.
Jamás imaginé que podría vivir en el agua sin resfriarme, aquí el ambiente selvático era agradable y surcar los ríos de la selva.
Con mis amigos Shemeco,Bolches y Rafico armábamos la timba y en las noches de lluvia, los lugareños narraban historias inagotables en la que los chullachaquis juguetones y chichas agoreras compartían el monte con los tunchis y los yacurunas,mientras las botellas con extrañas cortezas maceradas en aguardiente pasaban de mano en mano, afloraban los secretos del monte: pusangas para conquistar a la mujer esquiva, bufeos que se llevaban a sus parejas escogidas o los poderes de muerte del árbol de la lupuna.
Los sábados había que bajar al pueblo al Bar de la Negra,allí la conocí y me impresionó su belleza selvática, su juventud y tristeza que habitaba en su rostro y me enamoré de ella con locura, mejor dicho nos enamoramos los dos y comenzamos a vernos a escondidas en el monte.
Veía que la obsesión de ella por el río era constante y en la quietud del bosque parecía entender el lenguaje que provenía de sus aguas.
Y esa noche, ella mirando al río me dijo:”Mi amor, un día, nos iremos para siempre “.
Pero, yo estaba decidido a sacarla de la selva y llevarla conmigo a Trujillo y cuando le decía esto, solamente sonreía.
Una noche, junto al río contemplábamos en silencio el cielo iluminado, de pronto una manada de bufeos colorados apareció, y comenzaron a saltar sobre las aguas y ella mi “negrita” presa de un extraño temblor se apretó contra mi cuerpo buscando protección y dándome un beso en cada pàrpado me dijo: “Para que nunca me dejes “ y se fue.
Al día siguiente, mi amigo Ishtán me avisó que habían visto a la Negra regresar al río a la medianoche y entrar desnuda en sus aguas. Luego de varios días de búsqueda infructuosa, el brujo en sus sueños de ayahuasca, localizó su cuerpo carcomido por los peces río abajo.
La enterramos, y desde ese mismo día comencé a sentir su insistente llamado. Abrumado por la tristeza y asustado por lo que ya presentía, solicité a la Empresa mi urgente regreso a la ciudad de Trujillo.
Partí en medio de una incesante llovizna en la madrugada y en la curva del puente a la salida del pueblo, por no chocar con un camión hice una mala maniobra y caí al río,luego el silencio absoluto y la oscuridad total que poco a poco se va aclarando y una luz intensa me invita a cruzar hacia mi nueva forma.
Intento avanzar, los latidos de mi corazón tienen otro ritmo, siento la necesidad de vivir en el agua, ya puedo controlar mis aletas y con las ondulaciones de mi cuerpo voy avanzando por la playa. Emito mis primeros chillidos que en el aire de la noche se entrecruzan con los de ella, mi Negra, que me espera en el agua, juntito a la arena y en el centro del río, la manada juguetona nos recibían alegres.
Yo y mi querida Negra,éramos ya unos BUFEOS felices en las profundidades de este río amazónico.

Carlos Velásquez Sánchez

jueves, 18 de agosto de 2011

EL MACHACUYACU

El Machacuyacu, es una quebrada que corre por el fondo de las Pampas de Fachín de la ciudad de Moyobamba y tributa sus aguas al río Mayo.
La creencia popular se expresa en que una burra era la “madre” de dicha quebrada, que aumentaba de tamaño al ser montada por un grupo de traviesos niños que paseaban por ese lugar, con la pretensión de sumergirlos en el agua y llevarlos a las profundidades donde se ubica su palacio construido con perlas y conchas de caracoles, cucharas y piedras preciosas, con abundantes peces que eran la fuente de la alimentación y la fortaleza de los vivientes.

EL CHAPANERO
Es el que tiene a su cargo la mitad de carne, el que hace el servicio de ir al monte y traer carne, de allí también que se le diga mitayero, del quechua “mitayoc”, el que hace o tiene a su cargo la ejecución de un servicio a favor del grupo familiar o ayllu de referencia.
Mitayo, se dice a las piezas de carne traídas por el chapanero. El chapanero hace parte de un grupo integrado por un número variado de personas de 4 a 6 que pueden ser familiares y amigos, que en ciertas épocas del año hacen expediciones de caza y recolección para proveerse de carne del monte, pues protegidos de gruesas sandalias, el pantalón ajustado a la cintura con una angosta faja de hilo, la escopeta sobre el hombro apoyada por la mano izquierda, un filudo sable corto en la mano derecha, que utiliza de vez en cuando para marcar en la corteza de los árboles la ruta de la selva.
Distingue perfectamente a la razón de tal o cual ruido. Sabe del ruido que produce el desplazamiento del venado, del majás, del armadillo y de los animales que se desplazan por las ramas de los árboles, a veces con saltos firmes y bien dirigidos, otras veces por las lianas o sogas que se tejen en el frondoso bosque.
Normalmente los que van de chapana son hombres, pero pueden ir, aunque es raro, también mujeres; la edad para integrarse a un grupo de chapaneo normalmente se inicia a temprana edad, no directamente para realizar las actividades de caza, sino como ayudante del grupo. Este puede ser un niño de 8, 12 a 14 años de edad que recibe el nombre de “camero”.
El camero colabora con el equipò principalmente cuidando las provisiones del grupo cuando éste constituye su campamento en la zona del monte. Ayuda al grupo eviscerando las piezas, salándolas, ahumándolas, haciendo el fuego, trayendo leña y cuidando de que las piezas cazadas o los trozos de carne ya preparados no sean objeto de sustracción por parte de animales o personas que eventualmente podrían transitar por el campamento cuando el grupo de chapaneo se ausenta de éste.
En la chapana se usa principalmente al denominada retrocarga, un arma de fuego de cañón largo que usa cartuchos cilíndricos de cartón, de base metálica, en cuyo centro existe una punta que hace las veces del disparador. Estos cartuchos llamados balas los consiguen en las tiendas locales.
Se trata de una escopeta, un arma de fuego de un metro de longitud formada por una pieza de madera en la que va el dispositivo para disparar y un cañón montado a continuación de ella.
El cuchillo y machete son los otros instrumentos necesarios para esta tarea, tanto para cortar y tasajear la carne del monte como para abrir la trocha y eventualmente para defenderse y matar animales.
El chapanero tiene que ser una persona que converse con la “sacha” ó monte. Coversar no solo implica conocer los caminos del monte, los hábitos y el ciclo de vida de los animales y aves del monte, saber disparar adecuadamente la retrocarga, sino estar en empatía con el monte, ser un conocido de éste, hasta llegar a ser un miembro más del bosque.

LA RUNA MULA
Nombre compuesto por los vocablos: “runa” que significa hombre y “mula” que es una bestia producto de la hibridación del caballo con el burro.
La Runa Mula, es una mujer casada que tiene relaciones sentimentales con el cura. Esta, en las noches de los días martes y viernes, toma la forma de una blanca y hermosa mula, la misma que es montada por un pequeño jinete con látigo en la mano.Cuando éste llegaba a la casa de la mujer, ella se revolcaba por el suelo y al instante quedaba convertida en “mula”.
El diablillo jinete montaba y luego de darle con furia con la rienda sobre las ancas, salían a todo galope por las calles botando chispas de candela, tanto del anca como del piso.
Cuenta la tradición que para saber, que mujer era la que convivía con el cura, se tenía que disponer de una hebra larga de soga de caballo, la que se atravesaba en la calle, porque iba a pasar la runa mula y al tomar contacto con la rienda, la mula tomaba forma natural de mujer.
Relatan que en distrito de Habana, provincia de Moyobamba, había un cura muy famoso, por sus aventuras amorosas con mujeres casadas, incluso llegó a procrear hijos en una de ellas.
Cuando la Runa Mula salía por las calles, la gente decía: ¡Está pasando la Agueda montada por el Padre Villacorta! Y cuando amanecía iban a ver a doña Agueda y la encontraban desganada, rendida sin ánimo de trabajar, pues, aducen que era por los fuertes latigazos que le propinaba su jinete en la noche anterior.

Carlos Velásquez Sánchez

martes, 21 de junio de 2011

NARRACIONES DE NUESTRA AMAZONIA

GRITOS Y LLANTOS

En el año 1978, los pueblos de la cuenca del Huallaga, Biabo, Mayo y otros cargaban con su cruz hacia su calvario. En Semana Santa, abandonados a su suerte, viven su tragedia, pero los hombres y mujeres de todas las edades no se acobardan, se agigantan, luchan incansablemente, las aguas han invadido las calles y plazas de muchos pueblos, los víveres escasean y el agua turbia y sucia no sirve para beber.
Pero pasó todo, el sol de la selva envía sus rayos de fuego y de las turbulentas aguas de los ríos, solo queda en la memoria como un mal recuerdo: grandes pérdidas.
El río Huallaga semejando una gran serpiente plateada, luego de haber saciado su hambre, se ha estirado a lo largo de su cauce, dejando al descubierto sus siniestras huellas, desolación y muerte, hambre y miseria, viviendas, escuelas, templos y grandes extensiones de sembríos destruidos.
Cuando era las 2.00 a.m., el río Huallaga había crecido mucho por encima de lo normal y Radio Tropical informaba sobre los primeros desastres ocurridos a lo largo y ancho de nuestra zona.
Hombres y mujeres luchaban a brazo partido contra las fuerzas incontrolables de la naturaleza, rápidamente las aguas avanzaban por las calles de los pueblos ribereños, lamiendo y carcomiendo los cimientos de las viviendas y que muy pronto se desplomaban ante la mirada de sus propietarios.
Los niños mas pequeños han sido trasladados a lugares seguros, se improvisaban pequeñas balsitas y en cuya cubierta amontonaban los pocos enseres y pertenencias que salvaban. El resto de sus cosas han sido arrasados por el torrente o han sido aplastados bajo las paredes de las viviendas desplomadas.
Después de muchos gritos y llantos, pasó el vendaval, las aguas han vuelto a sus cauces normales. Pero, la gran “llocllada” ha dejado sentir su paso por la selva, ya no se escucha como antes el croar de los sapos, al parecer el gran torrente también los ha arrastrado.
Las gentes de los pueblos se han refugiado en las escuelas y templos, de la tushpa o cocina campesina no han quedado ni sus rastros. Nuestras mujeres trabajadoras, apoyada por los varones improvisan pequeñas fogatas, con los pocos palos secos que encuentran y en torno a estas fogatas se agrupa la gente para recibir su calor y comentan todo lo que pasó.
El mas anciano del pueblo dice: “Yo soy uno de los pocos viejos que aún quedan en la zona, ya mis contemporáneos se han ido de este mundo, a ver si también llueve en el otro lado. Durante los años que he vivido, èsta es la mas grande las inundaciones que superó a la creciente del Huallaga de los años 1940.
En aquella vez, también llovió mucho y los ríos se desbordaron, hubo muchas pérdidas en animales y sembríos, sufrimos grandes hambrunas y carestías, en aquella vez todavía no había la radio, no habían los aviones, los helicópteros, solitos nomás y calladamente sufrimos, pero con esfuerzo y trabajo habíamos logrado superar la crisis.
En aquella vez, se culpó a unos montaraces, que yendo a cazar animales, le hicieron enfadar a la YACUMAMA ó MADRE DEL AGUA.
La Selva es otro mundo, en sus profundidades habitan seres de toda clase, desde los más pequeños arbustos, insectos, árboles, fieras gigantes.
En sus entrañas existen lagunas inexploradas perdidas en los remotos confines de la selva, lagos y lagunas en cuyas cristalinas aguas se ven peces multicolores, en la superficie de sus aguas se ven patos, gansos y hasta cisnes salvajes.
Pero, más al fondo en las mismas entrañas de esas lagunas, vive una descomunal serpiente, es la dueña y guardiana de esas aguas.
Es la YACUMAMA o MADRE DEL AGUA, cuya tranquilidad debe ser respetada, pero, en aquella oportunidad se contaba de que unos montaraces turbaron su tranquilidad, allá en las montañas del Alto Huallaga, al disparar varios tiros de escopeta, de inmediato vieron aquellos cazadores como el cielo se oscurecía, un débil y delgado arco iris se dibujaba entre las nubes, para luego caer sobre el agua, violentos rayos y relámpagos rasgaban el cielo y los remolinos de vientos huracanados abatían las ramas de los árboles que hizo caer torrenciales lluvias.
Había enfadado la YACUMAMA.

Carlos Velásquez Sánchez

MITOS Y LEYENDAS DE NUESTRA SELVA

EL MACHACUYACU

El Machacuyacu, es una quebrada que corre por el fondo de las pampas de Fachín de la ciudad de Moyobamba y tributa sus aguas al río Mayo.
La creencia popular se expresa en que una burra era la madre de dicha quebrada, que aumentaba de tamaño al ser montada por un grupo de traviesos niños que paseaban por ese lugar, con la pretensión de sumergirlos en el agua y llevarlos a las profundidades, donde se ubica su palacio construido con perlas y conchas de caracoles, cucharas y piedras preciosas, con abundantes peces que eran la fuente de la alimentación y la fortaleza de los vivientes.

EL CHAPANERO

Es el que tiene a su cargo la mitad de carne, el que hacer servicio de ir al monte y traer carne, de allí también que se le diga mitayero, del quechua mitayoc, el que hace o tiene a su cargo la ejecución de un servicio a favor del grupo familiar o ayllu de referencia.
Mitayo se dice a las piezas de carne trañidas por el chapanero. El chapanero hace parte de un grupo integrado por un número variado de personas de 4 a 6 que pueden ser familiares o amigos, que en ciertas épocas del año hacen expediciones de caza y recolección para proveerse de carne del monte, pues protegidos de gruesas sandalias, el pantalón ajustado a la cintura con una angosta faja de hilo, la escopeta sobre el hombro apoyada por la mano izquierda, un filudo sable corto en la mano derecha, que utiliza de vez en cuando para marcar en la corteza de los árboles la ruta de la selva.
Distingue perfectamente a la razón de tal o cual ruido.Sabe del ruido que produce el desplazamiento del venado, del majás, del armadillo y de los animales que se desplazan por las ramas de los árboles, a veces con saltos firmes y bien dirigidos, otras veces por las lianas o sogas que se tejen en el frondoso bosque.
Normalmente los que van de chapana son hombres, pero pueden ir, aunque es raro, también mujeres, la edad para integrarse a un grupo de chapaneo normalmente se inicia a temprana edad, no directamente para realizar las actividades de caza, sino como ayudante del grupo.Este puede ser un niño de 8, 12 a 14 años de edad que recibe el nombre de camero.
El camero colabora con el equipo principalmente, cuidando las provisiones del grupo cuando éste constituye su campamento en la zona del monte.
Ayuda al grupo eviscerando las piezas, salándolas, ahumándolas, haciendo el fuego, trayendo la leña y cuidando de que las piezas cazadas o los trozos de carne ya preparados no sean objeto de sustracción por parte de animales o personas que eventualmente pueden transitar por el campamento cuando el grupo de chapaneo se ausenta de éste.
En la chapana se usa principalmente la denominada retrocarga, un arma de fuego de cañón largo que usa cartuchos cilíndricos de cartón, de base metálica, en cuyo centro existe una punta que hace las veces del disparador.Estos cartuchos llamados balas los consiguen en las tiendas locales.
Se trata de una escopeta, un arma de fuego de un metro de longitud formada por una pieza de madera en la que va el dispositivo para disparar y un cañón montado a continuación de ella.
El cuchillo y machete son los otros instrumentos necesarios para esta tarea, tanto para cortar y tasajear la carne del monte como para abrir la trocha y eventualmente para defenderse y matar animales.
El chapanero tiene que ser una persona que converse con la sacha o monte. Conversar no solo implica conocer los caminos del monte, los hábitos y l ciclo de vida de los animales y aves del monte, saber disparar adecuadamente la retrocarga, sino estar en empatía con el monte, ser un conocido de éste. Hasta llegar a ser un miembro más del bosque.

LA RUNAMULA

Nombre compuesto por los vocablos: runa que significa hombre y mula que es una bestia producto de la hibridación del caballo con el burro.
La Runa Mula es una mujer casada que tiene relaciones sentimentales con el cura. Esta, en las noches de los martes y viernes, toma la forma de una blanca y hermosa mula, la misma que es montada por un pequeño jinete con látigo en la mano.Cuando éste llegaba a la casa de la mujer, ella se revolcaba por el suelo y al instante quedaba convertida en mula.
El diablillo jinete montaba y luego de darle con furia con la rienda sobre las ancas, salían a todo galope por las calles botando chispas de candela, tanto del anca como del piso.
Cuenta la tradición que para saber que mujer era la que convivía con el cura, se tenía que disponer de una hebra larga de soga de caballo, la que se atravesaba en la calle, por donde iba a pasar la runa mula y al tomar contacto con la rienda, la mula tomaba la forma natural de una mujer.
Relatan que en el distrito de La Habana, provincia de Moyobamba, había un cura muy famoso, por sus aventuras con mujeres casadas, incluso llegó a procrear hijos en una de ellas.
Cuando la runa mula salia por las calles, la gente decía:¡ Está pasando la Agueda montada por el Padre Villacorta¡
Y cuando amanecía, iban a ver a doña Agueda y la encontraban desganada, rendida, sin ánimo de trabajar, pues aducían que era por los fuertes latigazos que le propinó su jinete en la noche anterior.

Carlos Velásquez Sánchez

ARBOLES Y PLANTAS MAS CONOCIDAS EN LA REGION POR SU MADERA, SU RESINA, SUS FIBRAS, SUS FRUTOS, SUS PROPIEDADES MEDICINALES Y OTROS USOS

Naranja: Planta frutal, cítrica, muy conocida.
Níspero: Arbusto de fruto dulce, comestible.Se diferencia del níspero de la costa por que éste es más agridulce.
Nudillo: Planta silvestre y cultivada que sirve de alimento al ganado.Forraje.
Ñejilla: Palmera de tronco delgado,espinoso, que crece, a orillas de cochas, tahuampas y aguajales. Su fruto se da en racimos como la uva, pero solo sirve para chupar el jugo que es dulce.
Ñucñupichana: Planta pequeña, silvestre. Medicinal contra el asma.
Ojé: Arbol de resina medicinal, muy parecido a la leche. Es el remedio del pobre para curar diversas enfermedades, particularmente es un poderoso reconstituyente, muy eficaz contra la anemia y los parásitos intestinales.
Actualmente se explota en pequeña escala y se exporta bajo la forma de polvo para fines farmacológicos.
Orégano: Planta pequeña de hortaliza aromática, empleada como condimento en las comidas.Es también medicinal para dolores de barriga.
Orquídea: Planta silvestre parásita que da la flor del mismo nombre.Hay de diversas formas y colores, muy hermosas.
Paico: Planta pequeña de hortaliza, medicinal, para combatir la parasitosis intestinal. También se le emplea como desinfectante y desinflamante de heridas.
Pájaro Bobo; Arbusto que cree en las playas y en algunas orillas inundables. Se le emplea para hacerpequeños tambos de circunstancias tanto en el techado como en la cerca. Tiene propiedades medicinales para las afecciones renales.
Palillo: Arbol frutal cultivado, de fruto pulposo y algo aromático, muy agradable.
Palo cruz: Arbol de madera jaspeada muy hermosa, dura, apreciada en ebanistería.
Palo rosa: Arbol de madera aromática de la que se extrae el aceite del mismo nombre muy cotizado en el mercado mundial para la fabricación de perfumes y otros productos.
También es medicinal contra los dolores reumáticos aplicándose en forma de frotaciones.Pertenece a la familia de la moena.
Palo sangre: Arbol de madera muy dura rojiza, utilizada en ebanistería.
Palo violeta: Arbol de lindísima madera color violáceo, muy dura y pesada, poco explotada por no existir en abundancia. Es especial para trabajos de arte.
Palometa huayo: Arbusto silvestre, cuyo fruto sirve de comida a los peces conocidos como “palometas” y como tal es empleado para pescarlos con anzuelo.
Palo de balsa: Arbol de madera muy liviana y blanda que crece a orilla de los ríos.Se le utiliza en la construcción de balsas y de muchos otros artículos menores.Su flor sirve para la fabricación de colchones, siendo mejor que el algodón y que la misma lana para estos fines.En la región se le conoce como “topa”.

Carlos Velásquez Sánchez

sábado, 11 de junio de 2011

MITOS, LEYENDAS Y REGIONALISMOS

EL MONTARAZ

El montaraz es la persona que conversa, dialoga y comparte su vida con esa gran comunidad vegetal, animal de cochas, ríos y espíritus que es el monte.
El montaraz no es el que va al monte sino que es uno de sus miembros, es el que habita el monte.
Montaraz es sinónimo de selvático y su cosmovisión del mundo, sea cuando hace chacra o cría el monte, se halla saturado del sentimiento de ser un miembro más del paisaje amazónico.Posee una sabiduría extraordinaria sobre la vida de cada una las Comunidades que pueblan la sacha, conoce los seretos de cada una de las plantas, ríos y aves y por cierto de los espíritus y deidades.
Su modo de conversar, cuando se halla en el monte, es la chapana, una actividad y al mismo tiempo un lugar, que espera la vinculación estrecha entre hombre y naturaleza en esta parte de la Amazonía Peruana.
Mediante la chapana cría a la naturaleza, al tiempo que es criado por ella.El chapaneo empieza desde temprano en su vida, prácticamente desde niño ya dialoga con el ambiente que rodea su chacra mediante las expediciones de shishaneo(quechua) Shishay: caminar buscando alimento.

CHULLACHAQUI

El Chullachaqui, es el diablo burlón de los bosques de la selva, que suele aparecerse a la gente en forma de animal, o de mismo hombre, para engañarlo y llevarlo al fondo de la selva.
Si embargo, cuando se transforma en hombre es fácil reconocerle, porque el pié izquierdo es como el de una criatura recién nacida o como raíz de árbol o como pata de jaguar, aunque el condenado procura ocultar ese pié de cualquier modo.
Además se delata por el fuerte olor a chivo que despide, y la gente, entonces, ya se halla en guardia, reza y hace cruces con los dedos o con ramas.
Generalmente rapta a los niños que se quedan solos en las chacras o que andan así por los caminos.
¿ Cómo puede un niño resistir el deseo de adueñarse por ejemplo de una gallina blanca con primorosos pollitos, que de pronto se les aparecen y entran por el bosque?, ¿ O de coger un pajarito de bello plumaje que se detiene junto a él y entra luego en el bosque suavemente cantando?, ¿ O de seguir a su padre, su madre u otro pariente(que no son tales sino el diablo convertido en ellos), que de improviso se les presentan?
Ya en el interior del bosque, el chullachaqui recobra su horrible figura de diablo y cuelga a sus víctimas de los cabellos en las ramas de los árboles mas altos, tirándoles de las orejas, burlándose y riéndose de ellos.

EL TUNCHI

Es el espíritu de los muertos, que regresa del otro mundo a cumplir alguna penitencia o el alma de los que van a morir y están recogiendo sus pasos antes de abandonar la tierra.
Estas almas en pena, son entes etéreos que se anuncian a los vivos con un silbido lúgubre muy característico: fin, fin, fin,fin,finnnnnn, con la resonancia de sus pisadas o con ruidos de las cosas o muebles que tocan, causando temor y espanto a los que escuchan.
Algunas veces los tunchis se materializan bajo la forma de espectros o fantasmas de blancas vestiduras, que se desplazan a baja altura sin tocar el suelo.Algunos han sentido su frío aliento en la espalda y otros le han escuchado hablar y dice que su voz es nasal y espeluznante.

LA SIRENITA

Pez en forma de mujer que vive solitaria en las profundidades de los ríos, pero en busca de un compañero suele subir a la superficie de una playa solitaria en donde canta.
Se dice que si un hombre escucha su canto, será atraído hacia el lugar donde está la sirenita y no podrá resistirse a sus encantos.El hombre dejará todo y se irá con ella para siempre, desapareciendo en el fondo del río y conducido hacia un palacio dorado y adornado con piedras y conchas preciosas donde la sirena vive como reyna servida por todos los hombres que ella llevó hacia las profundidades.

ELURCUTUTO

El urcututo es un búho de gran tamaño que vive en la copa de los árboles más grandes de la selva. La leyenda dice que algunos brujos “maleros”(los que hacen daño con sus hechizos) utilizan estos búhos para enviar dardos mágicos sobre una pèrsona elegida para causarle algún daño.
También utilizan a los urcututos como mensajeros y para espiar el lugar donde algún curandero realiza sesiones de ayahuasca para curar a una persona que el mismo brujo malero dañó.
Es considerado por algunas personas como animal de mal agüero, por otras de buena suerte, dependiendo de la creencia y de las circunstancias.Suele emitir graznidos posándose en los árboles, preferentemente en horas de la noche.

Carlos Velásquez Sánchez

CUENTO AMAZONICO

DON ARTEMIO Y EL DIFUNTO

En Yurimaguas, la Perla del Huallaga, existía hace muchos un barranco. En el día era dificultoso atravesarlo, por los palos movedizos que habían puesto sobre el agua, en la noche se evitaba pasarlo, pues aparte del peligro de caerse, se contaban muchas leyendas y supersticiones, que el alma penaba, que se aparecía el demonio, que el difunto dejaba escuchar su característico fin…fin….fin….y solo los valientes lo hacían con linterna en mano y lo contaban como hazaña.
Que tunchi, ni que difunto, exclamó el joven Artemio, tenía sus 20 años de edad. Son supersticiones, yo no creo, ni creeré nunca.
No crees en los curanderos y brujos, contestó el viejo Samuel, debes saber que los curanderos conocen las propiedades, virtudes y efectos de determinadas raíces, cortezas, hojas y frutos y hacen el bien curando y se ha visto casos de enfermos desahuciados por los médicos, estos curanderos han hecho el prodigio de conseguir su recuperación y devolverles la salud.
Los brujos, en cambio, también conocen las propiedades de las plantas, tierras y restos de animales, pero lo utilizan para hacer el mal y para vengarse.
Eso es otra cosa, dijo Artemio, los daños y bienes que hacen los brujos, eso yo no lo niego, inclusive los doctores en Iquitos dan leche de ojé, sangre de grado, chuchuhuasi y hasta ayahuasca.
En cambio, el difunto, el tunchi, ese ser de otro mundo que silba, que llama y que la persona que lo oye tiembla de miedo. No hay nada, cuando uno muere, se acaba todo y nos comen los gusanos.
Y Artemio, así se burlaba de los seres de ultratumba. En la noche en reuniones, decía que no creo en los tunchis, pero cuando estaba solo no comentaba ni quería recordar a estos seres del otro mundo, porque tenía miedo.
Una noche se celebraba una fiesta y el joven Artemio no podía faltar, vivía con su mamá y sus hermanos. De su casa al lugar del baile tenía que pasar por el barranco de los espíritus malignos en forma obligatoria.
Artemio le dijo a su mamá: Voy al baile, he trabajado todo el día, voy a divertirme un rato. Ella le contestó: No te demores mucho y para sus adentros se dijo: Pobre mi hijito, ya tiene edad, que tenga su moza.
Artemio llegó a la fiesta, bailó animadamente y luego salió disgustado por que su enamorada no le hizo caso. Regresaba a su casa, la noche era negra, cuando de pronto la idea del tunchi salta a su memoria y siente miedo, cuando de pronto escucha al tunchi y su fin….fin…..finnn…..
Comienza a temblar, sus nervios se alteran, escucha nuevamente el fin….fin….fin…, temblando y pálido, sigue caminando, está cerca de su casa, recobra valor y le remeda al tunchi y como burlarse repite su fin…fin…fin. Y corre a su casa, las piernas le tiemblan, se asusta y sigue corriendo, siente que el tunchi le sigue, le alcanza, corre más y cae contra la puerta de su casa.
El ruido de la caída, despierta a su madre, quién salió a ver que sucedía y cual fue su sorpresa al encontrar a su hijo tendido en el suelo, inconsciente, botando espuma por la boca, no podía hablar.
Se muere mi hijo, exclamó se muere y su hemana Miguelina salió con una vela y vé junto al cerco y a un arbusto un cuerpo velludo, con la cabeza agachada, garras filudas y piernas que terminaban en bolos.
Casi se desmaya de miedo y dijo: Ahí está, sus hermanos salieron para ver al tunchi, sin embargo éste había desaparecido, no vieron nada.
Artemio, se había recuperado y quedó dormido. El tunchi se presentó en su sueño y le dijo con voz gangosa: Da gracias que has estado cerca de tu casa, sino ya estuvieras conmigo.
Han pasado muchos años y don Artemio, ahora jamás se burla de los difuntos.

Carlos Velásquez Sánchez

jueves, 7 de abril de 2011

MISTERIOSA SELVA


De la selva, solo tenía algunas referencias : que hacía un calor maldito y llovía mucho, que sus mujeres ardientes y hermosas podían enloquecer a los hombres. Algunos amigos me contaron bellas y terribles historias de amor, si te descuidas, me dijeron : la selva te puede atrapar con sus encantos y yo les decía que no eran más que creencias, puras leyendas.

Jamás imaginé que podría vivir en el agua sin resfriarme, aquí el ambiente selvático era agradable y surcar los ríos de la selva. Con mis amigos Shemeco, Bolches y Rafico armábamos la timba y en las noches de lluvia, los lugareños narraban historias inagotables en la que los chullachaquis juguetones y chichas agoreras compartían el monte con los tunchis y los yacurunas, mientras las botellas con extrañas cortezas maceradas en aguardiente pasaban de mano en mano, afloraban los secretos del monte: pusangas para conquistar a la mujer esquiva, bufeos que se llevaban a sus parejas escogidas o los poderes de muerte del árbol de la lupuna.

Los sábados había que bajar al pueblo al Bar de la Negra, allí la conocí y me impresionó su belleza selvática, su juventud y tristeza que habitaba en su rostro y me enamoré de ella con locura, mejor dicho nos enamoramos los dos y comenzamos a vernos a escondidas en el monte. Veía que la obsesión de ella por el río era constante y en la quietud del bosque parecía entender el lenguaje que provenía de sus aguas. Y esa noche, ella mirando al río me dijo:”Mi amor, un día, nos iremos para siempre”. Pero, yo estaba decidido a sacarla de la selva y llevarla conmigo a Trujillo y cuando le decía esto, solamente sonreía.

Una noche, junto al río contemplábamos en silencio el cielo iluminado, de pronto una manada de bufeos colorados apareció, y comenzaron a saltar sobre las aguas y ella mi “negrita” presa de un extraño temblor se apretó contra mi cuerpo buscando protección y dándome un beso en cada pàrpado me dijo: “Para que nunca me dejes “ y se fue. Al día siguiente, mi amigo Ishtán me avisó que habían visto a la Negra regresar al río a la medianoche y entrar desnuda en sus aguas. Luego de varios días de búsqueda infructuosa, el brujo en sus sueños de ayahuasca, localizó su cuerpo carcomido por los peces río abajo. La enterramos, y desde ese mismo día comencé a sentir su insistente llamado.

Abrumado por la tristeza y asustado por lo que ya presentía, solicité a la Empresa mi urgente regreso a la ciudad de Trujillo. Partí en medio de una incesante llovizna en la madrugada y en la curva del puente a la salida del pueblo, por no chocar con un camión hice una mala maniobra y caí al río,luego el silencio absoluto y la oscuridad total que poco a poco se va aclarando y una luz intensa me invita a cruzar hacia mi nueva forma. Intento avanzar, los latidos de mi corazón tienen otro ritmo, siento la necesidad de vivir en el agua, ya puedo controlar mis aletas y con las ondulaciones de mi cuerpo voy avanzando por la playa. Emito mis primeros chillidos que en el aire de la noche se entrecruzan con los de ella, mi Negra, que me espera en el agua, juntito a la arena y en el centro del río, la manada juguetona nos recibían alegres.

Yo y mi querida Negra, éramos ya unos BUFEOS felices en las profundidades de este río amazónico.


Carlos Velásquez Sánchez

MITOS, LEYENDAS Y REGIONALISMOS


EL AYAYMAMA


Ave nocturna rara casi desconocida, que se le escucha cantar solamente en las noches claras de luna en las partes más altas de los grandes àrboles. Su cantar estremece el alma por ser muy melancólico y contenido humano, expresando claramente las siguientes palabras: “AY-AY-MA- HUISCHUHUARQUI “, cuya traducción es más o menos la siguiente: “ Ay madre, ay madre, porque me has abandonado “ Se dice que siempre anda en parejas y que representa a dos niños huérfanos abandonados por la madre en el interior del bosque. En cierta ocasión una madre al verse abatida por la crisis y al haber perdido a su esposo, tomó la decisiòn de reunirse con otro marido, pero con la condición de que a sus hijos del primer esposo, los abandonaría en plena selva para que mueran destrozados por los tigres o mordidos por las víboras. En más de dos oportunidades la madre intentó dejarlos en la espesura del bosque, pero, los niños que conocían las intenciones de la madre, iban llevando en sus bolsillos o pañuelos un poco de maíz para ir regando por el camino y así poder regresar otra vez a casa. En la tercera vez, la madre malvada, vendó los ojos de los niños y ya no pudieron regresar. Se dice que por arte de encantamiento de un hada buena de la selva se convirtieron en pájaros para no morir. Estas son leyendas que se cuentan en la selva y que forma parte de nuestro folklore popular.


EL SACHAMAMA


A este animal se le conoce con el nombre de MADRE DEL MONTE, lo describen como un monstruo que mide más de 60 mtrs. de largo y un diámetro superior a un metro más o menos o sea el grosor de un bidón, una cabeza y unas fauces descomunales, capaz de tragar entero a cualquier ser viviente. Este animal descomunal, vive en los lugares más recónditos de la selva, casi inmóvil, estirado en todo su largo, estratégicamente ubicado para atrapar a sus víctimas, dando la impresión a simple vista de ser un inmenso tronco viejo sobre el cual crecen hongos, musgos y pequeñas plantas que le sirven como camuflaje. Los que han logrado contemplarlo de frente, pero bastantes alejados de la cabeza, manifiestan que tiene unos grandes ojos y fulgurantes, los cuales ejercen una poderosa e irresistible atracción para todo ser viviente que pase cerca de ellos y caiga bajo el haz del rayo que proyectan, yendo directamente a parar a la boca del animal donde desaparecen al instante.


LA YACUMAMA

La Yacumama :Madre del Agua; boa gigante del agua que vive en las profundidades de los ríos y cochas, saliendo raras veces a la superficie; y es en estas pocas ocasiones que puede causar daños irreparables en las embarcaciones y sus pasajeros, haciéndoles naufragar y perecer bien sea ahogados o atrapados por el monstruo. Se dice, que al emerger el animal produce un inmenso remolino y gran oleaje,poco comunes en los ríos y cochas, dejando al descubierto su descomunal cabeza que decansa sobre un cuello erguido que sobresale del agua a una altura de dos a tres metros, desplazándose de esta forma por el centro del río, zambulléndose de trecho en trecho, hasta que al fin se sumerge para no aparecer más. Otras veces sale a la superficie y permanece a flor de agua atravesada de banda a banda del río, causando el efecto de un árbol gigantesco caído que represa el agua formando fuertes correntadas que impiden que una embarcación pase por este sitio sin peligro de naufragar.


Carlos Velásquez Sánchez

miércoles, 26 de enero de 2011

COMPLEJO ARQUEOLOGICO “EL GRAN SAPOSOA” EL REINO OCULTO ENTRE EL MITO Y LA REALIDAD


Los exploradores sabían que no podían estar lejos, y a punta de machete abrieron el sendero que los conduciría al secreto mejor guardado de la selva. Atravesaron el lodo y la maleza de la Amazonía, con la certeza de su existencia, la cual nunca estuvo en duda. Y su descubridor acertó, salvo en un detalle, porque él buscaba Cajamarquilla, la ciudad tantas veces mencionada en las crónicas de los conquistadores, pero, encontró el último tesoro de la civilización chachapoyana: el Complejo Arqueológico “El Gran Saposoa”.

Este Complejo fue descubierto en el año de 1,999 y se la dio a conocer al mundo con una expedición que partió el 18 de Julio y culminó el 15 de Agosto del 2,004. Desde entonces, el Gran Saposoa se sumó a la larga lista de maravillas de nuestro país y que según el Inca Garcilaso de la Vega, Cajamarquilla sería una de las siete ciudades perdidas de los Chachapoyas, y este Complejo del Gran Saposoa habría albergado a unos 10,000 habitantes. La Andean Explorers Foundation, organización fundada por el descubridor de este Complejo Gene Savoy, invirtió cerca de 800,000 dólares en diversas excursiones de investigación.

En el año 2,007 se realizó la expedición más exitosa al Complejo Arqueológico “El Gran Saposoa”, donde más de 20 expedicionarios partieron de la ciudad de Saposoa, de donde recabaron importante información fotográfica y de la población. Este Complejo empezó a edificarse en el siglo X, y se encuentra en el Distrito de Saposoa, Provincia de Huallaga, Región San Martín, a unos 2,800 m.s.n.m y limita con Amazonas y La Libertad hacia el Oeste y con Lamas, Bellavista y Mcal. Cáceres hacia el Este, que son Provincias de la Región San Martín. Sobre el mapa, se ubica en las márgenes del río Huabayacu, en las cuencas de los ríos Yonán, Huayabamba, Bravo y Huabayacu. Los principales Caseríos que están a lo largo de este Complejo son: La Canaán, Pampa Hermosa, Los Chilchos, Añazco Pueblo y La Morada, que tienen intercambio comercial con la Provincia de Bolívar (La Libertad), ya que la distancia que los une es mucho menor a la Provincia de Huallaga, que son aproximadamente 165 kms. de camino de herradura y espesa selva, razón por la cual la Municipalidad Provincial de Huallaga en Convenio con el GORESAM realizaron el Proyecto de Construcción de un camino pedestre al Complejo Arqueológico, partiendo de Saposoa el 08 de Octubre del 2,008 y retornando el 17 de Marzo del 2,009,realizándose 120 kms. de camino hasta el Caserío de La Canaán, participando un total de 25 personas.

Este conjunto arquitectónico del Gran Saposoa se extiende a lo largo de 100 kms2. y está construído totalmente de piedra. Esta metrópoli se compone de más de 500 unidades arquitectónicas y unas cien terrazas agrícolas ubicadas en las laderas de los cerros, quién además de ser notables arquitectos, destacaron por su artesanía, sobre todo en el arte de la orfebrería y textilería, y según el Arqueólogo Angel Cornejo García, el Complejo del Gran Saposoa es el más extenso de todos los descubrimientos en la zona de los Andes Amazónicos Orientales.

Para llegar a este Complejo Arqueológico del Gran Saposoa, los viajeros que parten desde Lima, deberán primero llegar a Tarapoto y luego a la ciudad de Saposoa. Una vez allí, se parte rumbo al Alto Pachiza (Motelillo), de donde empieza la aventura por el camino pedestre, atravesando los poblados de Pampa Hermosa, La Canaán, Añazco Pueblo, La Morada y Tres Cruces. En este último poblado, los visitantes deberán hacer tres horas de viaje a lomo de mula, para llegar al Gran Complejo Arqueológico “El Gran Saposoa”, siguiendo así esta ruta de los expedicionarios con un turismo de aventura en plena selva virgen que dura aproximadamente unos quince días, EL GRAN SAPOSOA LES ESPERA.

Carlos Velásquez Sánchez