jueves, 17 de octubre de 2013

SANGAMA Y LA BOA


De pronto una boa asomo por la abertura del pozo, junto a una de sus piernas de Sangama y con la rapidez del pensamiento lo levanto y lo dejo caer violentamente, para arrastrarlo luego al pozo. Asustado veía una de sus manos agarrarse de una raíz cuyo extremo se sumergía en el agua y que atraído por una fuerza irresistible fue deslizándose sobre ella con tal presión que le arrancaba la dura corteza.

Debió haber transcurrido un segundo desde que esa mano crispada trato de asirse a la vida, hasta que desapareció en esa aguas negras.

Se acabo, se acabo, adiós Sangama.

Horas más tarde regresamos al lugar donde Sangama había sido jalado por la boa y de pronto escuchamos una voz ronca y apagada y cuál sería mi asombro al encontrar a Sangama, casi oculto entre las malezas de la orilla ¡ vivo!.Tenía las ropas destrozadas y cubiertas de ese lodo negro y maloliente del pozo, sus cabellos y brazos cubiertos de moscas como si fuera un cadáver y le ayudamos a salir, le desnudamos, le bañamos y limpiamos hasta su recuperación.

Ya recuperado, nos dijo:”Comprendo, que arden Uds. en deseos de saber cómo me libere del reptil, considerado el animal más fuerte de la selva” y nos empezó a narrar lo sucedido.

Los caimanes y los cocodrilos son más pescadores que cazadores. Las boas son mas cazadoras que pescadoras. Ambas especies tienen sus maneras peculiares de actuar, pero jamás devoran a sus presas dentro del agua, sino en la superficie o en tierra.

En esto se parecen los caimanes y los cocodrilos, no pueden pescar dentro del agua, ni siquiera son capaces de perseguir a los peces cuando nadan en la superficie. Se sitúan entre dos aguas, en los lugares donde se encuentran los cardúmenes, cierran por medio de una contracción especial la faringe y abren la boca permaneciendo inmóviles hasta que la presa penetre en la cavidad, confundiéndola seguramente con los troncos flotantes.

Al sentirla en su cavidad bucal, el caimán levanta la cabeza sacándola del agua, hasta ponerla casi vertical y la victima desciende por su propio peso a lo largo del esófago abierto.

Esta operación no puede efectuarla dentro del agua porque se llenaría el vientre y moriría ahogado.

¿ Nunca has visto dar muerte a un caimán negro?

Cubren de carne un pedazo de topa y lo tiran al agua, donde queda flotando, el animal hambriento se abalanza sobre la supuesta presa con las quijadas en alto y la aprisiona de una feroz dentellada. La topa, además de ser flotante, es muy blanda, los dientes del caimán al morderla penetran íntegros en la madera y quedan sujetos a ella, sin permitir que la boca se abra ni se cierre completamente. El agua, entonces, entra por la garganta abierta hasta llenar la panza, a los pocos minutos se hunde, el caimán sigue luchando en el fondo hasta que se ahoga, luego aparece en la superficie flotando con la panza hacia arriba, señal de que está muerto.

Con las boas, sucede lo mismo, estas son muy afectas a las delicadas carnes de las aves, para cazarlas no tiene más que levantar donde pueda ser vista y emitir su grito, que tiene algo de relincho e instantáneamente paraliza de terror a las aves que se encuentran en los arboles cercanos, que caen como desmayadas y la boa se dedica entonces a recogerlas y devorarlas.

A los mamíferos como el venado y el ronsoco son cazados cuando se acercan a beber y la boa en cuanto los tiene a su alcance se lanza sobre él con la velocidad del rayo, allí lo tritura y lo devora.

Cuando las boas pescan en los lugares de poco fondo, saca la cabeza fuera del agua y la levanta para dejarle caer sobre el pez elegido, así lo atrapa, vuelve a salir para tragarlo en el aire. En el agua no puede hacerlo porque se llenaría su enorme vientre, que se expande como un globo y se alarga y encoge como un acordeón.

Cuando una boa logra coger un animal que se encuentra nadando, lo mantiene sumergido hasta que se asfixie, después lo conduce a la orilla para tragarlo.

Las boas saben que los animales de la selva, se ahogan en el agua con mucha facilidad, basta impedirles que saquen la cabeza, para lo cual ellos no requieren de mucha fuerza, sujetan a su víctima valiéndose solo de su enorme peso y le ahogan en el agua. Por eso las boas viven orgullosas de poder estar lo mismo dentro como fuera del agua.

¿Has visto bien, la enorme mordedura que me dio en el muslo? Mordedura de boa dispuesta a no soltar hasta que su víctima este completamente muerta. Pero te aseguro que esa serpiente no volverá a cazar mientras viva y que será por muy poco tiempo.

Le ataque por su única parte vulnerable que son los ojos , que logre arrancarlos de sus orbitas, sin que esa cabeza rápida tan solo para el ataque, pueda nunca darse cuenta de cómo unos dedos al parecer inofensivos, pero guiados por la inteligencia humana, consiguieron vencerla, dejándola ciega. Esa boa, ya no cazara nunca más.

Por eso, yo siempre permanecía cierto tiempo dentro del agua, cuando pescaba. Eso, salvo mi vida.

Carlos Velásquez Sánchez

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