jueves, 1 de septiembre de 2016

LA MISTICA DEL MASATO



En el mundo entero los seres humanos, hemos constituido históricamente, una cultura del buen gusto por la vida, o una cultura de la ebriedad. Son reconocidas por ejemplo, la cultura del vino, de los aguardientes, del tabaco, y otros elíxires exóticos. El masato, nuestra típica y festiva bebida amazónica, tiene un sentido y un valor muy particular. Beber masato, constituye toda una mística, y es una práctica poco comprendida, y por lo tanto, poco aprovechada en su real dimensión.

Así como el vino y el pisco tienen su base en la uva, el tequila lo tiene en el agave, y el masato en la yuca. La yuca, atsa (Manihot esculenta, Euphorbiaceae), es un tubérculo domesticado por los amazónicos. La yuca contiene un glucósido que al descomponerse al aire produce el ácido cianídrico, HCN, muy tóxico. Se distingue entre la yuca amarga y la yuca dulce, de las cuales, la yuca dulce, es la que se cultiva en el Ucayali, y el glucósido se encuentra sobre todo en la piel y la cáscara. La yuca dulce se puede comer, luego de darle una simple hervida.

En nuestra selva amazónica, la yuca es un alimento de gran valor nutricional. La yuca acompaña muy bien a todas las carnes, y reemplaza a la papa y al pan. La yuca puede comerse sancochada, asada, frita y pulverizada. De la yuca se prepara fariña, tapioca, galletas y otros dulces con su fino almidón. Para las fiestas típicas y jornadas laborales, tradicionalmente siempre se ha preparado el masato, una bebida fermentada y espumosa en base a la yuca. Las mujeres mastican una porción de yuca cocinada y la escupen en la masa de yuca sancochada contenida en un cántaro, llamado Mahuetá. Las enzimas de la saliva ayudan para la fermentación de la bebida, evitando el empleo de azúcar, muy escaso en las zonas rurales.

Desde los primeros años del contacto del llamado mundo civilizado con el mundo ancestral amazónico, siempre la gente mestiza y foránea, han tenido cierta reserva respecto a beber el masato. En el libro “Una Ventana hacia el Infinito, Arte shipibo-conibo” del Instituto Cultural Peruano Norteamericano (ICPNA), se reproduce la siguiente indignación que expresó el padre Ortiz. “Si supieron la repugnancia que esto causa a los que no pertenecemos a su medio ambiente. A pesar de ello, después de haber presenciado este preparado, he tomado el masato con mucha, muchísima repugnancia”. 

La repugnancia y asco, se ha basado siempre, en la manera cómo nuestros ancestros, han preparado el masato, centrada en la masticada y escupida del bolo alimenticio, que permite una efectiva fermentación de la masa de yuca sancochada. Al margen de esta repugnancia cultural, el masato es una bebida muy sana, semejante en sabor al yogurt, y su ingestión proporciona gran cantidad de vitaminas al organismo. 

Lo más conocido de la cultura del masato, es su función embriagadora y útil para las festividades. El masato, o cerveza de yuca, es la bebida que hermana y cohesiona a la población. Respecto a las borracheras en torno al masato, los shipibos argumentan que “el hombre “sano” siempre esconde su verdadero carácter. La borrachera es el momento de la verdad. No se puede conocer un hombre sin tomar juntos. Rechazar a emborracharse con un nativo equivale a negarle la sinceridad. Sin embargo, la mayoría de las fiestas terminan en peleas: quizá es desagradable escuchar la verdad”.

Es un hecho real que en las reuniones con vino, wisky, tequila o masato, las personas débiles de pensamiento y poco maduras, perderán el control de sus actos y emociones; en cambio, las personas mejor definidas y maduras, expresarán un comportamiento atinado y muy consciente. Esta capacidad de conocer la verdad, y saber quién es quién en la borrachera, a la que hacen referencia los shipibos, es una de las virtudes de la cultura de la embriagues con masato. 

Pero además de embriagues, y esto es lo más importante, el masato ha sido bebido, y todavía hoy en día, es bebido con gran devoción, para la realización de las duras actividades del campo. Es decir, los pobladores rurales, que desde las cinco de la mañana, cuando recién empieza a amanecer, y hasta altas horas de la tarde, soportando altas temperaturas, trabajan muy concentrados en sus labores, lo hacen bebiendo masato todo el día. El masato embriaga un poco, suspende el hambre, inyecta energías, y el estado de cierta euforia y embriagues, se convierte en trabajo realizado con cariño y gran concentración.

Esta mística de beber el masato, para traducir la embriagues en energía física y mental, y consolidar importantes jornadas de trabajo en el campo, es poco conocida. Y en esta mística, reside el gran valor cultural y nutricional que tienen el masato casha casha (fermentación fuerte).

Similares actitudes del hombre del campo, la encontramos en la mística de la Mamá Coca en la región andina. La sagrada hoja de coca, además de ser parte del chamanismo andino, es también un alimento, y el elemento vegetal que permite soportar bajísimas temperaturas de frío, dado su gran poder para generar calorías, su virtud para suspender el hambre, y la euforia o psico-actividad que permite dedicarse con gran concentración a una labor. 

Si la coca, es la planta de gran poder energético en la cultura andina, la yuca, a través del masato, lo es en la cultura amazónica. La mística para realizar el trabajo en nuestras culturas, tiene de por medio a vegetales como la coca y la yuca, con gran poder energetizador. Estas virtudes revitalizadoras, son legados culturales que no se están aprovechando en su real dimensión.

Solo para referirnos al masato en el contexto urbano, esta bebida es considerada, o relegada, como un salvaje licor, propio de gente primitiva. El único conocimiento (conocimiento vulgar) que se tiene del masato, es como simple y ordinario trago para la borrachera. El masato, siempre es motivo de chiste, de burla y de desprecio hacia nuestra cultura amazónica. Se bromea y enfatiza sobre la repugnancia del masticado, sin comprender, que esta modalidad, es una solución genial en el contexto del mundo rural, donde escasea todo.

Es comprensible sentir repugnancia por la masticación de la yuca en el preparado del masato, dado los distintos valores culturales que cada uno posee. Pero alternativamente existe la posibilidad de preparar el masato sin el masticado, sino con el empleo de azúcar o camote como elementos fermentadores. Otras variantes de cómo se toma el masato es no tan fermentado, diluido con agua, o con ponche. Otros lo prefieren bien fermentado (casha casha) y combinado con aguardiente de caña o jugo fresco de caña. 

Las modalidades de cómo disfrutar mejor del masato irán aumentando, ya que el boom de la gastronomía en nuestro país y el mundo, invita a experimentar e ir combinando el preparado. Sea el masato típico, masticado y escupido, o el masato gourmet, igual deberíamos aprovechar al máximo las bondades de esta bebida ancestral.

Quizá el alcoholismo actual (adicción) basado en el consumo de cerveza, sea una degeneración de esta antigua afición por la embriagues del ser humano. Quizá la mística de beber el masato, tenga mayor sentido y provecho. La gente en las cantinas bebe cerveza y pierde el sentido. El alcohol degenera, y es la causa de millares de accidentes de tránsito todos los días. La cerveza deja una terrible resaca y promueve el olvido. El masato es orgánico, alimento y místico. El masato energetiza y motiva la realización del trabajo.

En las ciudades, la gente asume su trabajo como un martirio, y solo esperan el fin de semana para perder la razón con el alcohol. En el campo el trabajo es realizado con gusto, y el masato alegra la vida. No estaría mal, que existan lugares donde pueda uno tomarse una buena jarra de masato y surja una amena, humana e inspiradora conversación. Ahora que está muy de moda inflar el pecho y declararse amante de nuestra cultura, sería bueno consumir lo que nuestra región produce y reivindicar el estatus místico del masato. Salud.

Carlos Velásquez Sánchez

2 comentarios:

  1. Excelente. Completamente maravillado querido amigo Tío mañanero. Espero puedas responder al e-mail que te envié para entrar en contacto.

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    1. Por si las dudas dejo mi correo: josemedina.cj@gmail.com

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