LA MADRE
El pueblo cree que las enfermedades y los fenómenos atmosfèricos tienen madre, o sea un ser misterioso, animal o con personificación humana que los origina, asì como tambièn algunas cosas: àrboles, lugares, rìos, lagos, fuentes, cerros, minas, etc a los que ademàs cuida o defiende.
En algunos casos la madre desempeña el papel solo de guardiana.
La madre de la gripe es una vieja toda abrigada que va estornudando, tosiendo por los caminos o calles de las poblaciones en las noche propagando el mal.
La madre de la disenterìa , otra vieja que va quejàndose con dolor de barriga.
La madre de la viruela es una vieja cubierta de granos.
La madre de un árbol,de un rìo,de una fuente,de un cerro puede ser un animal o un ser con personificación humana: un tigre, una víbora, un raro hombrecillo como duende, como vieja, un personaje mitad humano y mitad animal.
La madre de las minas de sal: la Cachimaman, que en quechua significa: cachi: sal y maman: madre. Es una vieja horripilante con nariz como pico de loro o de pinsha (tucàn) con uñas como garras de felino.
La madre del bosque: la Sachamaman, que en quechua significa: sacha: monte silvestre y maman: madre. Es comúnmente una fabulosa serpiente con apariencia de tronco cubierto de hierbas y arbustos, una serpiente árbol que camina por la jungla producièndose un rumor como de aguacero.
Seguramente el origen de este monstruo puede encontrarse en la existencia de viejìsimas boas que por la acciòn del tiempo dan la impresión de ser troncos en descomposición, cubiertos de barro y fango, por lo que aùn crecen en ellas hierbas o pequeños arbustos.
Se cuenta que muchos caucheros se han sentado a picar tabaco o ha hacer sus capachos sobre estos troncos aparentes y que han tenido que correr espantados al sentir que el tronco de pronto se movìa.
La madre del bosque, puede ser una mujer anciana (achiquin vieja), feìsima, con sogas como cabellos, luciérnagas como ojos, garras de tigre como dedos, larga nariz como `pico de pinsha.
La YACUMAMAN, en quechua significa: yacu: agua y maman: madre. Es la madre de ciertos rìos y lagos. Una serpiente colosal, una boa. Dicen que en los instantes pròximos a las tempestades, estas serpientes brincan del fondo de las aguas hasta el espacio, con tal violencia que producen ruidos como truenos.
La Curumaman, madre de las hormigas, que en quechua significa: curu: gusano, hormiga. Es una serpiente que vive en las madrigueras de ciertas hormigas, sobre todo en la de los curuhuinsis. Su cuerpo es cilìndrico y parece no tener cola, por lo que la gente cree que es una víbora con dos cabezas.
La madre de la ayahuasca es una vieja mujer –ave o un esqueleto.
EL TUNCHI
Se trata del alma de los muertos, de los difuntos. Con este nombre de “tunchi” se le conoce en la Selva al espìritu de los muertos. Su silbo es un escalofriante nasal: fin…..fin….fin en la profundidad de los bosques, de las noches, en los recodos de las soledades de los dìas, en los caminos, en las calles, en las huertas, en las casas.
Ademàs de tunchi,el pueblo le llama la sombra o espìritu de los muertos.
La gente aùn asocia al tunchi a una avecilla: el ayapullito o sea el pollito de los muertos, que dicen es de plumaje negro como la noche y cabeza pelada como calavera, que se alimenta en el cementerio con los ojos de los muertos y que su canto es triste como de un pollito que se muere de frìo. Sale a vagar con el difunto por las noches. Su canto es pues, anuncio de que el tunchi està andando por allì cerca.
LA LAMPARILLA
Es un horroroso fantasma, un esqueleto que lleva a la altura del corazòn una làmpara de llama azul. Sale del cementerio a altas horas de la noche a recorrer el poblado. Va por las calles con su maravillosa luz y el crujir espantoso de sus huesos.
Los pobladores selvàticos cuentan que cuando la lamparilla se detiene en la puerta de alguna casa, alguien de allì va a morir.
Carlos Velásquez Sànchez
El pueblo cree que las enfermedades y los fenómenos atmosfèricos tienen madre, o sea un ser misterioso, animal o con personificación humana que los origina, asì como tambièn algunas cosas: àrboles, lugares, rìos, lagos, fuentes, cerros, minas, etc a los que ademàs cuida o defiende.
En algunos casos la madre desempeña el papel solo de guardiana.
La madre de la gripe es una vieja toda abrigada que va estornudando, tosiendo por los caminos o calles de las poblaciones en las noche propagando el mal.
La madre de la disenterìa , otra vieja que va quejàndose con dolor de barriga.
La madre de la viruela es una vieja cubierta de granos.
La madre de un árbol,de un rìo,de una fuente,de un cerro puede ser un animal o un ser con personificación humana: un tigre, una víbora, un raro hombrecillo como duende, como vieja, un personaje mitad humano y mitad animal.
La madre de las minas de sal: la Cachimaman, que en quechua significa: cachi: sal y maman: madre. Es una vieja horripilante con nariz como pico de loro o de pinsha (tucàn) con uñas como garras de felino.
La madre del bosque: la Sachamaman, que en quechua significa: sacha: monte silvestre y maman: madre. Es comúnmente una fabulosa serpiente con apariencia de tronco cubierto de hierbas y arbustos, una serpiente árbol que camina por la jungla producièndose un rumor como de aguacero.
Seguramente el origen de este monstruo puede encontrarse en la existencia de viejìsimas boas que por la acciòn del tiempo dan la impresión de ser troncos en descomposición, cubiertos de barro y fango, por lo que aùn crecen en ellas hierbas o pequeños arbustos.
Se cuenta que muchos caucheros se han sentado a picar tabaco o ha hacer sus capachos sobre estos troncos aparentes y que han tenido que correr espantados al sentir que el tronco de pronto se movìa.
La madre del bosque, puede ser una mujer anciana (achiquin vieja), feìsima, con sogas como cabellos, luciérnagas como ojos, garras de tigre como dedos, larga nariz como `pico de pinsha.
La YACUMAMAN, en quechua significa: yacu: agua y maman: madre. Es la madre de ciertos rìos y lagos. Una serpiente colosal, una boa. Dicen que en los instantes pròximos a las tempestades, estas serpientes brincan del fondo de las aguas hasta el espacio, con tal violencia que producen ruidos como truenos.
La Curumaman, madre de las hormigas, que en quechua significa: curu: gusano, hormiga. Es una serpiente que vive en las madrigueras de ciertas hormigas, sobre todo en la de los curuhuinsis. Su cuerpo es cilìndrico y parece no tener cola, por lo que la gente cree que es una víbora con dos cabezas.
La madre de la ayahuasca es una vieja mujer –ave o un esqueleto.
EL TUNCHI
Se trata del alma de los muertos, de los difuntos. Con este nombre de “tunchi” se le conoce en la Selva al espìritu de los muertos. Su silbo es un escalofriante nasal: fin…..fin….fin en la profundidad de los bosques, de las noches, en los recodos de las soledades de los dìas, en los caminos, en las calles, en las huertas, en las casas.
Ademàs de tunchi,el pueblo le llama la sombra o espìritu de los muertos.
La gente aùn asocia al tunchi a una avecilla: el ayapullito o sea el pollito de los muertos, que dicen es de plumaje negro como la noche y cabeza pelada como calavera, que se alimenta en el cementerio con los ojos de los muertos y que su canto es triste como de un pollito que se muere de frìo. Sale a vagar con el difunto por las noches. Su canto es pues, anuncio de que el tunchi està andando por allì cerca.
LA LAMPARILLA
Es un horroroso fantasma, un esqueleto que lleva a la altura del corazòn una làmpara de llama azul. Sale del cementerio a altas horas de la noche a recorrer el poblado. Va por las calles con su maravillosa luz y el crujir espantoso de sus huesos.
Los pobladores selvàticos cuentan que cuando la lamparilla se detiene en la puerta de alguna casa, alguien de allì va a morir.
Carlos Velásquez Sànchez
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