viernes, 16 de octubre de 2009

EL HUEVO MISTERIOSO

En cierta ocasión dos hermanos se encontraban una noche sentados junto a la tushpa (cocina a leña), conversando y tomando de rato en rato su espumoso masato, y decìan: Hermanito, que te parece si mañana temprano vamos a mitayear (cazar) al monte. Y acordaron ir por tres dìas sus mujeres prepararon fiambre para el largo viaje y salieron muy temprano llevando sus canastos con unos cuantos plàtanos, yuca, masato en masa y sus escopetas. Caminaron todo el dìa, llegaron a un lugar determinado, hicieron un tambo, prendieron candela y al dìa siguiente bien temprano los dos hermanos se fueron con sus perros, cada uno por diferentes trochas.

Uno de los hermanos llamado Brito caminado, encontrò en medio de la trocha sobre una piedra: un huevito, lo cogiò y lo guardò para comerlo después pensando que era de perdiz, pero en realidad era un huevo de un misterioso pàjaro de la selva que casi nunca se deja ver. Y al no encontrar nada de mitayo (carne de monte) regresò al tambo para comer. Empezò a asar unos plàtanos y colocò junto a la candela el huevo que habìa recogido en el monte para que se fuera cocinando. Luego llegò su hermano que habìa cazado dos maquisapas (monos arañas) y le preguntò a su hermano que es lo que habìa cazado y le dijo nada, solo encontrè este huevito en la trocha, creo que es de perdiz y lo estoy asando para comerlo. Me haces probar, le dijo el hermano. Luego empezaron a descuartizar a las dos maquisapas, Brito cogiò el huevito asado, comiò la mitad y la otra mitad le dio a su hermano, pero èste le dijo: Guarda mi parte. Brito que habìa comido medio huevo del pàjaro misterioso comenzò a tener hambre, comiò plàtano asado pero su hambre no le pasaba, entonces comiò la otra mitad del huevo que habìa guardado para su hermano, èste le vio comer pero no le dijo nada y pensò tiene hambre mi hermanito.

Se fueron a dormir, Brito se morìa de hambre, tomaba masato, luego comiò las tripas de los maquisapas y se volvìa a acostarse. Màs tarde se levantò para comer màs plàtanos asados y su hermano le dijo: Que te pasa, porque comes tanto y Brito le respondiò: Hermano, tengo un hambre insoportable porquè serà, y seguìa comiendo mas carne de maquisapa, cuando de repente empezò a comer trozos de carne de su propio cuerpo, estaba pura sangre y decìa: Tengo hambre, tengo hambre. Su hermano le alumbrò con su linterna y ledio: Hermano, que haces, estàs comiendo tu propio cuerpo. Brito era puro hueso, un esqueleto viviente y le dijo a su hermano: Avisa a mi mujer, que traiga mis adornos, mi lanza, mi tambor, mis flechas y mi vestido. No le digas nada de èsto, no quiero que sufra.

Su hermano marchò triste a avisar a su cuñada y le dijo: Mi hermano quiere que le lleves sus adornos, su lanza, su tambor, sus flechas y su vestido. La mujer recogiò todo y lo llevò donde su marido y lo encontrò hecho un esqueleto, puro hueso.
Su marido le dijo: Mujercita, por favor no me mires. Ella le dijo: Vamos a la casa mi amor. Brito le dijo: Tù vete adelante, yo irè atrás, no me mires, quiero comer màs, quiero comer màs. La mujer llegò a la casa y cuando mirò atràs, su marido no estaba y ella se quedò bien triste. Por la noche se presentò su marido, ya no era puro hueso, estaba bien vestido, llevaba en su cabeza una corona con plumas de tucàn, adornos para bailar, cascabeles en los tobillos, aretes tejidos y sobre su pecho un collar cruzado de semillas y se hizo una fiesta, la mujer abrazaba a su marido elegantemente vestido como si nada hubiera pasado.

Su marido cantaba diciendo: Yo soy el pàjaro misterioso de la Selva, antes de que salga el sol como sapo saltarè. Todavìa era de noche, cuando de pronto dio un salto tremendo, se subiò al techo de palmera de su casa y volando desapareciò misteriosamente por la Selva. Para siempre.

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