( Darìo Vàsquez Saldaña )
Era un 21 de Mayo de 1,970 el Prof. Ròger Sánchez Ruiz se iba a trabajar en la Escuela Primaria de San Roque de Cumbaza (Lamas) como Director, y le habìan dicho: ”Profesor Sánchez, se va Ud. a reemplazar a un borracho y debe tener mucho cuidado”.
Y en el camino a dicha Escuela, le dio alcance una señora, quièn le dijo que iba al mismo lugar. Antes de llegar al pueblo, tenìan que pasar por el Trapiche de don Marden Ochoa en donde procesaba miel de caña, chancaca y el infaltable ventisho casha casha (aguardiente).
Profesor - le dijo su acompañante - quiero que me permita invitarle un poco de jugo de caña, le harà muy bien para este sofocante calor.
El Profesor Sánchez (Gasparìn) no se olvidaba de las enseñanzas de sus profesores:”Hay que saber contemporizar con la colectividad, participar de sus actividades y sus costumbres. Eso es lo que nos integra a la Comunidad”. Se sentò, y el primer pate (vasija) lo tomò de un solo empujòn.
- Don Marden- hablò la señora- el profesor viene a trabajar en la Escuela como relevo del Prof. Manuel Delgado.
- No sabe, cuànto me alegra Profesor. decìa el dueño del trapiche.
- Ud. le va a enseñar a mi hijo, la verdad, que el Prof. Delgado es muy machaguay (borracho).Y como se llama Profesor.
- Ròger Sánchez Ruiz.
- Cuànto me alegra Profesor, no se porquè, pero tengo el pàlpito de que con Ud. vamos a trabajar muy bien, Profesor.
- Asì lo espero, Señor, pondrè todo de mi parte para corresponder a la confianza de la Comunidad.
- Acèpteme, Profesor que celebrmos su llegada con otro ventishito.
Y los ventishitos iban y venìan. ”Hay que saber contemporizar- era lo ùnico que se acordaba Gasparìn. La señora se fue muy tranquila y don Marden se comprometiò a acompañarle hasta la Escuela para que tome posesión de cargo.
El Profesor Ròger nunca fue un buen bebedor, era lo que se dice un ”cabeza de pollo”, tan pronto tomaba los primeros tragos, ya estaba enterrando el pico y se emborrachó hasta las patas.
Don Marden no tuvo mayores problemas para subirlo a su caballo y le aseguró las manos al aparejo y así como un Nazareno a caballo se lo llevó hasta la Escuela.
Los pobladores que le observaron atravesar por la Plaza se percataron de quièn era el visitante.
¡Que salado es este pueblo! Comentò uno de ellos. Sale un Profesor borracho y lo reemplaza otro màs borracho todavía.
Al dìa siguiente, una gran cantidad de padres de familia se agolparon en la puerta de la Escuela y cuando el Director se dispuso a anunciar la llegada del nuevo Director, los Directivos de la APAFA se acercaron al Prof. Gasparìn y el que era el Presidente, le dijo:
-Profesor, ya tenemos mala experiencia con los borracho, asì que le pedimos con todo respeto y con todo cariño:”QUE SE VAYA”.
El Profesor quiso alegar algo en su defensa, pero, no lo dejaron hablar, y lo levantaron en vilo para subirle en un burro y asì lo devolvieron por el camino, por donde vino.
Carlos Velásquez Sànchez
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