miércoles, 10 de marzo de 2010

CREENCIAS DE LOS INDIGENAS EN LA SELVA


Según los piros existe en la selva o en el fondo de los ríos unos espíritus, los tunchis del río o del monte como los llaman los piros. Estos espíritus unas veces se dejan ver bajo la forma de hermosas mujeres cubiertas de pelo todo el cuerpo o de sirenas, otras veces semejan hombres altos, fuertes, feos y repugnantes o simplemente se dejan sentir mediante ruidos, cantos o gemidos. Lo más común es que estén representados por un pájaro que pía tristemente.

Los bosques tenebrosos y solitarios, los malos pasos de los ríos, las casas deshabitadas, los panteones son los lugares preferidos de estos espìritus.
Salen todos los días y noches por los caminos transitables, hablando solos, llorando y gritando o simulando ser gentes conocidas de los viajeros. Su oficio es asustar, también se les atribuye ser causa de enfermedades, muertes y secuestros.
Muchos de esos espíritus son llamados “mama” o madre habitan en los remolinos de los ríos, en los árboles, en las corrientes y en otras muchas manifestaciones de la tierra y de la vida y se llaman “mama”, porque son el origen de esa cosa, la fuentes de su actividad y sus celosos guardianes. Así el remolino, el río, el árbol tienen una “madre” que les dá la vida, que llora, que canta y ríe y venga las injurias que el hombre osado se atreve a inferirles.

Carlos Velásquez Sánchez

No hay comentarios:

Publicar un comentario