martes, 9 de noviembre de 2010

EL MISTERIO DE LA LAGUNA DE SANGAMACOCHA

- Compadre Guto, compadre Guto.
-Sí, compadre-contestó Guto.
-Cumpita, cumpita, acaba de llegar la Sra. Encarna de Sangamacocha muy asustada, está en la casa del sanitario Nolvin, está muy pálida la pobre.
-¿Qué pasó cumpa Eloy? Dime de una vez,que pasó-dijo Guto.
-Dice la Sra. que vio una inmensa boa en Sangamacocha y casi la traga, logró escaparse cargando a su llullito y está casi desmayada la pobre-dijo el cumpa Eloy.
-Vamos compadre a Sangamacocha, avisa a toda la gente-dijo Guto.
Salió Guto de prisa con destino a la cocha. En la pista de aterrizaje estaba toda la gente agrupada esperando al maestro Guto. Corrieron los hombres. algunos armados de machetes y escopetas. Pasaron por San Andrés y los pobladores se aunaron al grupo, pasaron por Dos de Mayo y así desfilaron los hombres en fila india. Guto iba adelante del grupo, llegaron al lugar y avanzaron en puntillas. La quincha de la casa tenía una perforación cubierta de una sustancia gelatinosa, había una huella de 30 cms. Que avanzaba hacia la orilla de la cocha. Las hierbas y hojarascas estaban húmedas con ciertas hilachas de flemosidades.
Los hombres avanzaban agazapados siguiendo la huella pòr la orilla de la cocha y llegaron a un bosquecito, aquí lograron observar alrededor de dos metros de cola, cuya punta roma tenía cerca de 10 cms. de diámetro. El maestro Guto dispuso el disparo de las armas, la boa se sumergía con su lentitud natural, indiferente al dolor por los cientos de municiones que ingresaban a su cuerpo y desapareció por completo.
- Habrá ingresado las municiones a su cuerpo-dijo un hombre.
- No vemos sangre, es raro-dijo otro hombre acercándose a la huella de la orilla.
- Las municiones habrán quedado prendidas en la piel del animal como garrapatas-dijo Guto.
Y de pronto escucharon la detonación de un sonido similar a una bomba en el centro de Sangamacocha. Un chorro de 50 mtrs, se suspendió a 50 mtrs.de altura y cuando cayeron las gotas de agua sobre la superficie del lago, llegaron a la orilla olas cada vez más fuertes y el nivel del agua crecía en forma rápida.
Los hombres asustados regresaron por el camino presurosos, soportando una lluvia torrencial que del momento se desató, entre los rayos que caìan alrededor de la cocha y los truenos persistentes que retumbaban. Los hombres se encontraban perdidos en esa montaña virgen donde reinaba la oscuridad, perdieron el control del tiempo y el viento soplaba en todas direcciones que derribaba árboles en forma estrepitosa.
Los hombres estaban agrupados, peroEloy, un conocido montaraz de San Pablo, se alejó del grupo a tientas en la oscuridad. Cuando llegó a una parte clara que estaba solo a doscientos metros de la cocha y dejaron la tempestad que desapareció poco a poco. Pasaron varios años que la cocha no fue visitada, hasta que un día Filucho Rivero contrató a unos hombres para construir una zanja por uno de los desaguaderos de la cocha hasta llegar a la desembocadura en la quebrada de Ishangayacu. Las aguas de la cocha pasaba por la zanja en abundancia, llevando consigo boquichicos, fasacos, pañas y Filucho estaba contento de su trabajo.
-Cuando seque bien sembraré arroz y produciré bajo el sistema de riego, porque la alimentación de agua de las quebradas lo mantendrán permanentemente con agua, y ya traje semilla de Chiclayo. Las plántulas de arroz tenían quince días y estaban muy hermosas. Filucho estaba feliz con este Proyecto. La superficie de la cocha estaba a punto de secarse, algunas partes estaban en lodo y solo en algunos pozos había agua transparente donde los peces apiñados corrían desesperados y Filucho contrataba mas personal para sembrar más plántulas de arroz.
Hasta que una noche se escuchó el estruendo del, sonido de una bomba, que dejó a Filucho asustado y a sus acompañantes.
-¿Qué ha sido eso amigo?- dijo Filucho dirigiéndose a su amigo Alfredo.
-Parece que fue el sonido de Sangamacocha.
-No, no puede ser. Sangamacocha ya no existe, ya pasó a la historia-dijo Filucho incrédulo. Esto, preocupaba a Filucho, que esa noche no pudo dormir y a las cinco de la mañana, en mancha con sus peones, Filucho fue a Sangamacocha, pasó por San Andrés, Dos de Mayo y la gente le decía que la cocha había reventado. Grande fue la sorpresa y la desilusión de Filucho al observar desde una loma, que Sangamacocha estaba ya en su estado natural, el nivel del agua era normal. Y la zanja estaba totalmente cubierta de lodo que impedía el drenaje acelerado de las aguas de la cocha, solo salía ya el volumen de desague normal.
Misterioso ¡No!

Carlos Velásquez Sánchez

No hay comentarios:

Publicar un comentario