domingo, 11 de diciembre de 2016

SUPERSTICIONES DE LA SELVA : EL AYAPULLITO Y LA CHICUA

                      EL AYAPULLITO : PAJARO DEL BRUJO ANUNCIANDO LA MUERTE





AYA : MUERTO                  PULLITO  ; PAJARITO


Es una avecilla de mal agüero, ha sido creada para hacer el mal, lo encuentran como un “pullito” abandonado, muy tierno  en las noches y escondido en los follajes de los árboles altos.
Se le conoce como el espíritu del brujo, que lleva la muerte camuflada en ave, se presume que es el viejo malero en busca de su víctima.

Nadie ha podido comprobar el color de sus plumasm que seguramente tienen colores opacos y su canto anuncia un funeral.
En toda la amazonia se le conoce como el pájaro que lleva en sus patas el heraldo de la muerte misma.
Este pajarito mensajero del brujo, es un fiel cumplidor de sus órdenes, primero pía y pía, dando tiempo a que el brujo actúe, para luego entrar a los domicilios guiados por su dueño y hacer lo que le ordenan.
Las personas temerosas de su destino, se frotan con timolina, agua bendita, humo de cigarro para ahuyentarlo, no hay remedio que valga cuando la decisión del hechicero ya está dada.
Se cuenta que el ayapullito se metió a la casa donde dormía una bella joven, como un viento furioso entró a  su vagina y la desgarró, la infeliz murió en el acto .


                                        LA CHICUA : VIEJA CHISMOSA




Cuenta la leyenda que la chicua era una vieja flaca, andariega, habladora, arrugada y chismosa que andaba de casa en casa, averiguando la vida de la gente e ir a comentar con otras amigas.
De tanto hablar, los hechos se deformaban y se volvían cada vez más difíciles e inconcebibles.
Una bruja cansada que le delatara ante sus vecinos, la convirtió en ave, echándole una maldición: “así andarás toda la vida, contando a la gente lo que ocurre y ocurrirá”
Por esta maldición, la chicua, de patas flacas, se desespera desde las ramas, se rasga las patas, zapatea y se ríe para anunciar los hechos, lo  bueno, lo malo, lo feo y lo triste que llegará.
Tish, tish,tish, chicua, chicua,chicuaaaaa, así canta.
Los nativos la detestan por las risotadas de funesto presagio, carcajadas estrepitosas que erizan los pelos y ponen a volar la imaginación.
Cuando canta esta avecilla, algo malo anuncia.
Carlos Velásquez Sánchez

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