lunes, 22 de enero de 2018

LA SHAYANDERA

                     ( JOSE FELIZ MAQUEN GAMARRA )
Se encontraban reunidos en la Plaza de Armas de Bellavista, los promociones Elías, Vicente, Adrián, Manuel y Juvencio dialogando sobre sus aventuras y anécdotas y se apareció de pronto la hermosa y seductora Matilde, más conocida como la “Shayandera”, porque su placer era de andar de casa en casa visitando sin descanso a amigos y familiares durante la mayor parte del día.
Al pasar al lado de los alegres amigos les dijo:
-¿ Que ya vuelta hace este racimo de maduros muro muro aquí? ¡Lo que los llevo para mi chapo así, jajajajaaaaiiiiiiiii.
-Aquí pues amorcita esperando una bolsa para meter nuestros maduros – respondió- de la forma más educada don Elías.
-Jajajajaaaaaiiiiii manavalques, pela ocotes, que pues valen sus apiachos – respondió – dándose por ofendida a la que seguía su camino entre las risas de los inseparables amigos.
-Esta al parecer me quiere – comentó Vicente, entre risas.
¿Porque crees que te quiere Viche? , le preguntó burlonamente el sonriente Juvencio.
Porque cada vez que la encuentro como pájaro mal agüero en mi camino y como voy a chequear de la remesa de ganado a Iquitos, seguro el olor a billete la atrae.
Te equivocas Viche, ella no es lerda, es a mí a quien más se cruza por todo lado.
Como tardo en la orilla del río Huallaga, ha visto que despaché dos balsas con ganado y por eso su olfato de perro sajinero experimentado está que me apunta, pero, yo, nada que ver.
Vayan deseando nomás ese cuerito y comiencen la mala vida- comentó Elías, sonriente.
Tal vez no saben que a la vieja Rosha vivía paleándola Felipe porque esta Shaya quería ser más que la titular y si no crees, pregúntale a la flaca Okey, ella como vecina sabe bien todo la historia negra.
Solo el día que murió Felipe quedó en paz la pobre vieja, pero después que le hizo blanquear antes de tiempo todo el cabello.
Cuenta la tía Rosha que el día que lo velaban, cuando estaba frente al cuerpo sin vida de su marido rodeada de la familia que le daban el pésame, no sabía si llorar o reír y no sintiendo ninguna emoción tuvo que bajar la cabeza para que no se de cuenta la familia.
Eso no es nada Elías, después del Felipe sedujo a Martín y lo hacía arrodillar pidiéndole  que no lo deje.
Cuidadito nomás, tú también termines igual con esa hembra pusanguera y viciosa de sexo, ni te metas.
Por si acaso te anticipo que también le dicen la “come hombre” – dijo Juvencio.
Martín y su esposa Orocia, en quién tenía 05 hijos terminaron separándose porque la Mati, cuando la esposa dormía en el cuarto del fondo y el marido tenía una habitación que da a la calle, la muy conchuda a eso de las  10 de la noche ya estaba metiéndose en su habitación y con la e experiencia y poder que ejercía sobre él, terminó destruyendo su humilde hogar.
Eso no pasará conmigo, yo soy verraco, dijo Adrián entre risas.
Entonces reciban tus bolsillos y rodillas. Mi más sentido pésame, sentenció el callado Manuel.
Ese no era su oficio, pero parecía.
Cada cosa que le inventaban por shayandera, por andar de un lado a otro, de casa en casa chismoseando.
Y con ese cuerpazo seductor hasta sus primos la tentaban, al extremo de que las esposas después de las visitas empezaban con los reclamos.
Te he visto mirándola de reojo, eres un mañoso y cosas por el estilo.
Otras veces,  se pasaban horas criticando la vida de todo el vecindario. Su fama se hizo grande y su belleza encendía deseos y pasiones que traspasaban los límites del Distrito de Bellavista.
Más seguro es que si caes en sus brazos, te dedicarás a cocinar, lavar y planchar, mientras ella saldría a pasear por todo el pueblo y no te veremos más en nuestras reuniones – dijo Mañuco.
Ja, a este shungo lo riega el río Huallaga en crecida y a esa isla la chimbaría en mis brazos y como a las briosas aguas le hundiría mi tacarpo y se le quiten las ganas de andar vecineando en todo el pueblo.
Eso, ya vuelta, mentecato chambón, alaba. Mejor anda haz tu mercado y aliméntate bien, so eteco telen telen, porque ese otro deseo de seguro te mandará a la tumba.
Envidioso eres Mañuco, yo estoy curado del manchari y aunque no lo creas, la Shaya no pasara de un mes que caerá mansita como yonca en mis brazos.
Será tu problema Adrián – vociferó Mañuco y se retiró silbando dejándolo pensativo conversando solo y preguntándose si de verdad sería uno más en la lista de muertos de la Shaya, porque estaba decidido a conquistarla y eso significaba un reto en su vida.
Son miedos infundados – se dijo – y se propuso a enamorarla para demostrarse y también a sus amigos que hombres como él siempre consiguen su objetivo.
Al día siguiente bien de madrugada compró en el mercado 02 kgs. de carne de chancho y se fue directo a la casa de la Shayandera, haciendo que preguntaba por el tío Leonidas y entregándole la carne para el desayuno, entablaron una agradable conversación con promesas de otras visitas y regalos y que al tercer día nomás dio los alegres resultados esperados.
La relación clandestina era un misterioso secreto. Nadie de los amigos que se reunían e la plaza se percataron e porque de Matilde pasaba cerca de ellos y ya no los molestaban , hasta que año y medio después Adrián moribundo le contó a Viche y este el día del velorio viendo al lado del ataúd a la Shayandera derramando gruesas lágrimas declaró a todos los amigos que ella era la causante  de la fatal muerte, noticia que corrió por todo el pueblo y le cambió de fama.
Esto fue motivo de la shayandera quedó solterona por el resto de su vida.

Carlos Velásquez Sánchez

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