sábado, 9 de enero de 2010

HISTORIA DE LOS PUEBLOS AMAZONICOS

EL ENFRENTAMIENTO ENTRE JUANJUINOS Y SAPOSOINOS

Este incidente ocurrió en el año de 1,927. Resulta de que n la ciudad de Juanjuí había un grupo de personas muy creidas de sus amplios conocimientos de abogacía, entre ellos estaba un tal Vásquez, Elías, Roberto Arévalo, Misael Salas y el gringo Kenesh.

Estos señores inducían a la gente de Juanjuí de que la Sub Prefectura pasara de Saposoa a Juanjuí y lo único que habría de hacer era quitarle los sellos a los saposoínos Organizaron una cuadrilla de 50 hombres bien armados con carabinas, llegaron a las 11.00 a.m., cruzaron el río Saposoa por La Muyuna y caminaron en fila por la cuadra 1 de la Av. Lima, por la cuadra 1 del Jr. Soledad y por las cuadras 2 y 3 de la Av .Loreto para ingresar a la huerta de la Escuela Primaria de Varones Nro. 181 frente a la Plaza de Armas de Saposoa.

Se atrincheraron dentro de las aulas apuntando sus carabinas al local de la Sub Prefectura, pocas personas observaron a los atacantes, porque los agricultores estaban en sus chacras, las madres cocinaban y los maestros en sus aulas.

En la Escuela 181 hicieron que los profesores y alumnos se tiren al piso boca abajo. Esperaban que el Sub Prefecto Juan Rivera Lozada saliera de su Oficina para pedirle los sellos y si se negaba lo mataban. El pánico se apoderó de la poca gente que seguía este incidente y comunicaron al Sub Prefecto lo que iba a ocurrir y el Sub Prefecto cerró la puerta principal.

Al ver eso los juanjuínos al mando del soldado Mamani dispararon a la puerta de la Sub Prefectura, la autoridad y algunas personas que tenían armas contestaron a los tiroteos y otras personas de Saposoa se unieron para enfrentar a los juanjuinos.

Se escuchaban los silbidos de las balas, las mujeres lloraban, aumentaron los hombres con armas para rechazar el ataque, de pronto se escuchó un grito de dolor en el interior de la Escuela: ”El soldado Mamani está herido”, luego de 03 horas de tiroteo, de pronto una mujer valiente y aguerrida cogió una tela como símbolo de paz y caminó sola por la Av. Lima. Otras mujeres de sus casas le llamaban: ”Señora no te vayas, no te vayas por favor, te van a matar”.

Era Rosaura Doñe, que daba pasos largos con bastante aplomo que denotaban seguridad, las mujeres le suplicaban que no avance más, que corría peligro su vida, los llantos de las mujeres por momentos querían contagiara Rosaura Doñe.
Ella se daba más ánimo y levantaba más la bandera blanca diciendo: ”Yo quiero paz en mi pueblo de Saposoa” y enrumbó al centro de la Plaza de Armas, allí se paró, levantó la bandera ante el asombro de los saposoínos y gritó: ”Hermanos, hermanos, quiero la paz en mi pueblo, cálmense…….”. No pudo hablar más, pues un certero balazo acabó con su vida al instante, su cuerpo yacía ensangrentado sobre el pasto. Los saposoínos dejaron de disparar y corrieron desde diferentes puntos para auxiliar a Rosaura Doñe.

Por su parte los juanjuinos salieron de la Escuela en pequeños grupos por el Jr. Arica detrás del local de la Sub Prefectura, seguían haciendo tiros y la gente de nuevo se metió a las casas para protegerse del ataque. Llevaron a Rosaura a una casa aledaña par limpiar sus heridas y llorar su muerte.
De pronto a las 4.00 p.m un disparo impactó en el cuerpo de don Fidel Tuesta Mendoza quien caminaba ajeno al incidente por la quinta cuadra de la Av Lima pensando que ya todo había pasado.

Viendo que el rescate de los sellos de la Sub Prefectura era imposible y que ya habían dado muerte a dos personas inocentes, los juanjuinos optaron por la retirada dejando escapar tiros al aire.

El Sub Prefecto comunicó de inmediato a la Superioridad mediante un telegrama y rápido se constituyó un Batallón de 100 soldados desde Iquitos a Saposoa y se creó la Gobernación Militar de Saposoa a cargo de Absalón Quevedo.

Los soldados se constituyeron a Juanjuí en busca de los cabecillas, y es así como matan a Zoilo Córdoba en Pachiza por correr al advertir la presencia de los soldados y atraparon a todos los cabecillas y los castigaron.

Después el gringo Arturo Kenesh había llegado a ser Inspector de Educación en Juanjuí y producía bastante frutas y para evitar que le robaran envenenaba a sus frutas. La población de Juanjuí se enojó por que muchos de sus hijos habían resultado intoxicados por comer algunas frutas de los Kenehs, hasta que un grupo de personas decidieron quemar la casa del gringo. Allí decían los juanjuinos, que había sido el gringo Kenesh quién mató a Fidel Tuesta Mendoza frente a la casa del Sr. Leoncio Ríos. El gringo antes vivía en Saposoa casado con la Sra. Romero, luego de separarse se trasladó a Juanjuí y compartió su vida con la Sra. Vela, y éste al notar que era repudiado por los pobladores de Juanjuí optó por abandonar dicha localidad.

Carlos Velásquez Sánchez

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