sábado, 24 de abril de 2010

NARRACIONES POPULARES DE NUESTRA SELVA

- Los Paucares construyen sus nidos en las ramas de un árbol próximo a la vivienda del hombre. Sus nidos de paja cuelgan como bolsas de las ramas. Cantan del amanecer al anochecer e imitan todo lo que oyen, el llanto de las criaturas, el mugido de los toros, los ladridos, el silbo de los campesinos y diferentes voces.
Por esta singular cualidad, el pueblo los considera muy inteligentes y algunos, para que sus hijos sean inteligentes como los paucares, les hacen tomar caldo de cabeza de esos pájaros o les hacen comer el cerebro crudo a sus hijos.
También los paucares buscan para establecerse, árboles con casas de avispas y es para contar con la ayuda de éstas en la defensa de su hogar, de sus poblados, del ataque de las víboras y del tucán o pinsha y así las avispas son sus valiosas aliadas.

- El Tucán o Pinsha es un ave triste, sobre una rama parece que está pensando, meditando, quizás en el obstáculo que le significa tener su pico desmesurado, pues a causa de ello no puede tomar normalmente el agua de los ríos o de los lagos, ni comer las frutas y polluelos.
Tiene que arrojar primero el agua con las alas y la cabeza hacia arriba y esperar con el picazo abierto, lo mismo hace con las frutas y los polluelos, los coge y arroja hacia arriba y los espera con el picazo, verdaderas pruebas de acrobacia, pero a veces falla, por eso prefiere tomar el agua de la lluvia y por eso cree la gente que el tucán pide lluvia a Dios con su angustioso canto, llenando de melancólica emoción al cielo y selva. Y dicen que Dios le concede la gracia de la lluvia.

- Hay una garza de cucharudo pico que sabe pescar como el hombre: la huapapa, rompe la corteza del árbol catahua y se embadurna el pico con la resina de ese árbol que es venenoso, luego se dirige a la poza de un río o lago, mueve el pico en el agua, desliendo el veneno y a poco rato blanquean un montón de peces atontados, que van a pasar al buche de la huapapa y ésta aún lleva los peces a sus polluelos.

- Asegura el poblador selvático que la capirona, uno de los árboles mas bellos de la selva por su lisa estructura y color metálico de su tallo y según el sonido que sus ramas emiten con el viento, anuncia el nacimiento en ese instante de una niña o niño en alguna parte de la selva.
Cuando semeja llanto de una criatura se trata de varón y cuando es risa, se trata de una mujer. Llora, porque sabe que el hombre que está naciendo, mas tarde, le cortará convirtiéndolo en trozos de leña y ríe cuando está naciendo una mujer, porque de ella no espera nada malo, razón por la cual se alegra.

- Los monos blancos son los más traviesos y los más inteligentes de la gran familia simia de la selva peruana. Desbaratan los nidos de los pájaros, cogen pequeños motelos y los suben a los árboles, donde los golpean, los machacan hasta destrozarlos. En estado doméstico lavan ropa y cantando.

- Los maquisapas, monos de grandes manos, recorren los bosques en manadas de 5 a 10, a saltos, emitiendo gritos semejantes a la voz humana, a veces cuando tratan de vencer ciertas distancias de 6 a 8 mtrs. entre los árboles, se cogen unos a otros de las colas y dándose impulso logran su objetivo.
A los cazadores les tiran hojas, ramas, frutos y les muestran enfurecidos sus dientes. Son traviesos y cogen chanchos de la cola y se los llevan a los árboles.
La maquisapa hembra domesticada se convierte en una fiel sirvienta de la casa y hasta en magnífica niñera cuida a los niños como una madre, los hamaca, los acaricia, los arrulla, los hace pasear sobre su espalda, los sienta sobre las piernas y no permite que un extraño se acerque a ellos. Las maquisapas vigilan con gran celo, con un gran sentido de respònsabilidad ciertas cosas que los dueños de casa les encargan, tales como ahumaderos, armazones de palos, donde a un fuego lento se secan pescados o carne, permanecen al frente de esos ahumaderos, armados de un garrote, alejando a perros, gallinas y a todo bicho que quiere robar el pescado o la carne.

Carlos Velásquez Sánchez

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