Este pez, es la anguila de agua dulce, de cuerpo cilíndrico, que tiene la propiedad de producir descargas eléctricas mientras está vivo, capaz de paralizar a un hombre. Es comestible, de color negro, que tiene la apariencia de una serpiente acuática. Pueden ser confundidas como tal y causar un gran susto a la persona que nunca la ha visto antes.
C U E N TO
En cierta oportunidad participé en una pesca hecha con barbasco en una cocha pequeña, echamos el veneno y luego los peces salían desesperados a la superficie, aprovechando de esto, los íbamos cogiendo con las manos o utilizando cestos, redecillas, flechas, machetes, etc. Unos estábamos metidos en el agua y otros en su canoa.
Estábamos en lo mejor de la fiesta de la pesca, cuando de pronto ví emerger una larga y fea cabeza junto al borde de la canoa, muy cerca de mí, que me impresionó mucho y le asesté un feroz golpe con el machete y al instante recibí tal descarga que me hizo gritar y fui arrojado sobre la canoa, perdiendo el conocimiento.
Luego desperté y gracias a los cuidados de mis amigos, quienes me explicaron de la rara propiedad de este pez para producir descargas eléctricas y que por tal razón para pescarlo hay que utilizar una flecha o una lanza con mango de madera, cuidando siempre que no haya contacto con un cuerpo metálico, mientras esté vivo, porque sino es peligroso, por eso es aconsejable matarlo tan pronto como es pescado, a fin de evitar este peligro.
En otra ocasión, se bañaban varias personas en el río, cuando de pronto una de ellos lanzó un terrible grito, sobresaltando a todos los demás, quienes al voltear a mirarle le vieron covulsionarse y desaparecer en el agua, al instante, todos, los amigos se arrojaron tras el desaparecido y pronto lo rescataron, lo sacaron a la orilla y le dieron los primeros auxilios.
Después de un largo rato, volvió en sí y se recuperó. Entonces contó que había recibido una fuerte descarga eléctrica al sentir el contacto de algo blando sobre sus piernas. Al oir esto, los demás alarmados exclamaron: la anguila y dio gracias a Dios, por estar allí presentes para salvarle de una muerte segura por ahogamiento.
Carlos Velásquez Sánchez
C U E N TO
En cierta oportunidad participé en una pesca hecha con barbasco en una cocha pequeña, echamos el veneno y luego los peces salían desesperados a la superficie, aprovechando de esto, los íbamos cogiendo con las manos o utilizando cestos, redecillas, flechas, machetes, etc. Unos estábamos metidos en el agua y otros en su canoa.
Estábamos en lo mejor de la fiesta de la pesca, cuando de pronto ví emerger una larga y fea cabeza junto al borde de la canoa, muy cerca de mí, que me impresionó mucho y le asesté un feroz golpe con el machete y al instante recibí tal descarga que me hizo gritar y fui arrojado sobre la canoa, perdiendo el conocimiento.
Luego desperté y gracias a los cuidados de mis amigos, quienes me explicaron de la rara propiedad de este pez para producir descargas eléctricas y que por tal razón para pescarlo hay que utilizar una flecha o una lanza con mango de madera, cuidando siempre que no haya contacto con un cuerpo metálico, mientras esté vivo, porque sino es peligroso, por eso es aconsejable matarlo tan pronto como es pescado, a fin de evitar este peligro.
En otra ocasión, se bañaban varias personas en el río, cuando de pronto una de ellos lanzó un terrible grito, sobresaltando a todos los demás, quienes al voltear a mirarle le vieron covulsionarse y desaparecer en el agua, al instante, todos, los amigos se arrojaron tras el desaparecido y pronto lo rescataron, lo sacaron a la orilla y le dieron los primeros auxilios.
Después de un largo rato, volvió en sí y se recuperó. Entonces contó que había recibido una fuerte descarga eléctrica al sentir el contacto de algo blando sobre sus piernas. Al oir esto, los demás alarmados exclamaron: la anguila y dio gracias a Dios, por estar allí presentes para salvarle de una muerte segura por ahogamiento.
Carlos Velásquez Sánchez
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